El Auge de los Regímenes Antidemocráticos en el Período de Entreguerras

La Decadencia de las Democracias

Pese al aparente triunfo del parlamentarismo que trajo consigo la Primera Guerra Mundial, en pocos años se produjo un ascenso de regímenes antidemocráticos. La crisis de las democracias se puede explicar como resultado de la concurrencia de una serie de factores:

  • Consecuencias de la guerra: La exaltación nacionalista y el descontento de amplios sectores con los tratados de paz de París debilitaron a las democracias.
  • Crisis económica: El deterioro económico provocó el descontento y la polarización social. Esto se agravó por el crac del 29 y la Gran Depresión.
  • Rechazo al sufragio universal: Las clases alta y media se sentían amenazadas por los nuevos derechos de las masas y por los partidos y movimientos obreros.
  • Imposibilidad para configurar gobiernos estables: La debilidad de los gobiernos provocó la proliferación de dictadores (los llamados «cirujanos de hierro»), aupados al poder por los sectores conservadores como garantes del orden establecido. En muchos países con sistemas democráticos de reciente implantación, la acumulación de problemas y factores desestabilizadores impuso regímenes autoritarios.

En muchos países con sistemas democráticos de reciente implantación se impusieron regímenes autoritarios. Solo en Estados en los que la tradición democrática estaba asentada resistió el sistema parlamentario. De entre todos, destacaron el Reino Unido y Francia.

Reino Unido

El período de entreguerras se caracterizó por la entrada en el Parlamento del partido laborista, la crisis del partido liberal y el dominio político del partido conservador. Los sucesivos gobiernos tuvieron que afrontar la crisis de la economía británica, que obligó a devaluar la libra esterlina y a renunciar al patrón oro.

Francia

El Gobierno de posguerra estuvo controlado por el partido conservador de Georges Clemenceau, hasta que en 1924 el radical Édouard Herriot tomó el poder y formó un Gobierno apoyado por los socialistas. El estallido de la Gran Depresión incrementó la inestabilidad política, sobre todo por la presión ejercida por la extrema derecha.

El Fascismo

El fascismo, movimiento político que nació en el período de entreguerras, se caracterizaba por la exaltación nacional, el militarismo, el elitismo, el corporativismo y el totalitarismo. Bajo dicha denominación han sido agrupados varios modelos políticos que, pese a tener características específicas, mantuvieron afinidades con el fascismo italiano. Se suele hablar de fascismos para referirse a aquellas opciones políticas y regímenes que compartieron algunos rasgos básicos, como la subordinación del individuo a los intereses del Estado, el carácter antidemocrático y la visión totalitaria de la política y la sociedad. El principal aspecto fue un nacionalismo exacerbado, agresivo y militarista. Consideraba al resto de los países como potenciales enemigos de los intereses nacionales. Este nacionalismo se materializaba en el Estado. Otro rasgo es el rechazo del parlamentarismo y de la democracia liberal, sustituidos por un modelo de partido único cuyo destino se identifica y liga indisociablemente con el de la nación.

  • Control estatal: El Estado respeta la propiedad privada, pero controla la política económica y planifica sus líneas de actuación. Con la autarquía busca la autosuficiencia y eliminar la dependencia exterior. Además, la necesidad de reducir el desempleo inspiró la creación de obras públicas que otorgaban al Estado un «prestigio monumental».
  • Políticas económicas agresivas: Practicó una economía imperialista basada en la expansión territorial, lo que derivó en la fabricación de armamentos y en una fuerte militarización de la ciudadanía.

Fascismo Italiano

Una vez en el poder, Mussolini implantó un régimen totalitario dominado por una política basada en los principios del fascismo, un sistema socioeconómico dirigido por el Estado y una política exterior agresiva.

  • Política: En 1925 se decretó el cierre del Parlamento. Italia se convirtió en una dictadura. Se promulgaron las «leyes fascistísimas» para organizar el nuevo Estado y el Partido Nacional Fascista se convirtió en partido único.
  • Organización social y económica: El Estado totalitario se basó en el corporativismo, un sistema inspirado en los gremios medievales, que incluía a patrones y obreros. En 1927 se promulgó la Carta di Lavoro, que regulaba las relaciones sociales y laborales. En el plano económico se implantó una política proteccionista y autárquica, centrada en el sector industrial y en las grandes explotaciones agrícolas.
  • Política exterior: Estuvo guiada por dos ejes: dominar el Mediterráneo y ampliar el imperio en África. En el Mediterráneo se anexionó la ciudad de Fiume e intensificó su presencia en Albania. Además, participó en la guerra civil española en apoyo de los sublevados.

Nazismo al Poder

Una vez en el poder, Hitler se desentendió de sus socios y persuadió a Hindenburg para que convocara nuevas elecciones en marzo de 1933. La campaña electoral estuvo teñida por un ambiente de violencia extrema, ejercida sobre todo por las SA. El 27 de febrero se produjo el incendio del Reichstag, acto del que se acusó a un militante comunista; en realidad había sido obra de agentes nazis, que buscaban una excusa para declarar el estado de emergencia y suspender los derechos democráticos. Los nazis adoptaron un conjunto de medidas que respondía a su programa político.

  • Economía: Para que la autarquía era la forma de garantizar la independencia económica nacional, la política de rearme sirvió para reactivar la economía y disminuir el paro, por lo que Hitler se ganó el apoyo de los industriales.
  • Expansión territorial: Los nazis percibían a Alemania como un pueblo elegido que precisaba un espacio vital para sobrevivir. Así, su objetivo era doble: por una parte, el pangermanismo aspiraba a agrupar todos los territorios de población germánica en el Gran Estado alemán.
  • Racismo: Hitler creía en la existencia de una raza aria superior que debía mantener la pureza racial. De ahí que todo aquel que no encajase en el ideal ario fuera perseguido y, en el extremo, exterminado. Cuando alcanzó el poder, sus creencias se transformaron en la ideología oficial.

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