Las democracias occidentales
En la década de 1920, los republicanos ocupan la presidencia del país. Sus gobiernos se caracterizan por sus políticas de rechazo hacia la ideología socialista, restricción de la emigración, control de la inmigración europea y el aislacionismo. En la década de los 30 llegó el mandato del demócrata Franklin Roosevelt (1933-1945), cuyo programa de reformas del New Deal consiguió estabilizar la economía.
Reino Unido
Grave situación económica agravada por el conflicto con Irlanda, que se cerró con el tratado que permitió la creación del Estado Libre de Irlanda en 1922. El resto de Reino Unido tuvo una grave situación económica y social con numerosas huelgas y protestas sociales canalizadas por el Partido Laborista a través de cauces democráticos. El país mantuvo la estabilidad política e institucional gracias a la debilidad de grupos comunistas y fascistas y por la popularidad de la Corona.
Francia
Grandes movilizaciones de los sectores de derecha y la izquierda radical. Los grupos de izquierda formaron una coalición, el Frente Popular, para participar en las elecciones de 1936.
La República Alemana de Weimar
Tras la abdicación de Kaiser Guillermo II en 1918, el Reich alemán dio paso a un régimen republicano federal, la República Democrática de Weimar, que no consiguió estabilizar el panorama político y económico, a pesar de los efectos positivos del Plan Dawes. En 1919 se produjo el levantamiento comunista de la Liga Espartaquista, el episodio fue duramente reprimido y marcó la oposición de los comunistas a la República. Los grupos nacionalistas radicales también se opusieron al gobierno por haber aceptado las condiciones del Tratado de Versalles.
El auge de los regímenes totalitarios
Italia fue el primer estado liberal que muestra síntomas de debilidad. Su contexto de crisis impulsó a muchas personas a creer en el Partido Nacional Fascista de Benito Mussolini.
Fundamentos teóricos del fascismo
El origen ideológico del fascismo se encuentra en las ideologías nacionalistas que en el siglo XIX impulsaron los procesos de unificación o independencia de algunos países europeos.
Desprecio al liberalismo y democracia: el fascismo negaba el principio de igualdad entre personas y rechazaba el sistema representativo, soberanía popular y sufragio, siendo radicalmente contrario al marxismo.
Total subordinación de la persona al estado: los regímenes fascistas prohibieron los partidos políticos excepto el fascista. Una vez en el poder, el partido fascista pasó a confundirse con la estructura del estado, eliminando cualquier oposición política y sindical.
Existencia de una élite y un líder carismático: el líder concentraba todos los poderes y era el dirigente del partido único y del estado. Se desarrollaba propaganda y símbolos de exaltación que servían para legitimar su figura y su régimen.
Rechazo de la tradición racionalista de la cultura occidental: se exaltaban elementos irracionales de la conducta que llevaban a la sumisión, la intolerancia y el fanatismo a través de la violencia y la guerra, considerados como elementos para el progreso.
Justificación de una política expansionista como respuesta a un nacionalismo radical.
Reivindicación de la revolución y la juventud: los fascistas se consideraban un ejemplo de modernidad y la juventud era un sujeto activo en su programa político.
La Italia fascista
Tras la Primera Guerra Mundial, Italia vivió un clima de frustración por no obtener recompensas territoriales. Esta situación acentuó el nacionalismo radical, pues el país pasaba por una profunda crisis económica y generaban importantes protestas sociales. Estos movimientos fueron duramente reprimidos por el temor a la expansión de la Revolución Rusa.
Benito Mussolini, antiguo socialista y combatiente, fundó en 1919 los Fasci di Combattimento, movimiento que agrupaba a ex combatientes, vestían camisas negras y practicaban una violencia selectiva contra socialistas y comunistas. En 1921, Mussolini convirtió este movimiento en el Partido Nacional Fascista, bajo ideario nacionalista, populista y militarista en la política exterior. Se presentó como la solución al comunismo y garantizó el orden social. Los fascistas se presentaron en las elecciones a partir de 1919, aumentando sus seguidores. En agosto de 1922, hubo una huelga general por los grupos de izquierda que sirvió de pretexto a Mussolini para subir al poder. En octubre, 40,000 fascistas participaron en la Marcha sobre Roma para exigir su entrada en el gobierno. Víctor Manuel III, con el apoyo del ejército, pidió a Benito que forme gobierno.
Benito Mussolini respetó las democracias y continuidad de algunas instituciones hasta las elecciones de 1924, en las que los fascistas obtuvieron la mayoría absoluta gracias al fraude electoral. Las denuncias fueron silenciadas con el asesinato del diputado socialista Matteotti, que marca el inicio de la dictadura fascista. A partir de 1925, Mussolini inicia la organización de un estado totalitario encabezado por él mismo como Duce. En 1929, el parlamento fue sustituido por la Cámara de los Fasci y de las Corporaciones, se suprimieron las libertades y derechos, y se ilegalizaron los partidos políticos y sindicatos. La política social se reguló a través de la Carta del Lavoro (1927), los representantes sindicales y patronales fueron encuadrados en corporaciones, y el estado controlaba las reivindicaciones sociales.
En política exterior, el estado fascista desarrolla una política de entendimiento y acuerdos con la iglesia. En los años 30, promueve la expansión territorial en Europa y África, apoya a Franco en la Guerra Civil Española y mantiene un trato de amistad con la Alemania de Hitler.
La Alemania nazi
(1933-1939): difícil contexto económico y conflictividad social y política crearon en Alemania un clima favorable al nacionalismo alemán que compartía elementos con el fascismo italiano, con un elemento característico: fuerte racismo y antisemitismo. Una vez Adolf Hitler se autoproclamó Führer del Tercer Reich, impuso un totalitarismo racista y expansionista que conduciría al estallido de la Segunda Guerra Mundial.
En 1929 se creó el Partido Nacionalista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP) o partido nazi, una formación abiertamente racista y antiliberal. En 1921, Hitler consiguió el liderazgo del partido y usó la violencia contra sus opositores, el antisemitismo y adoptó una simbología característica.
En 1923, Adolf protagonizó en Munich un intento de golpe de estado, fue arrestado y condenado a cinco años de cárcel. En la cárcel escribió su única obra, Mein Kampf (Mi Lucha), donde expone su visión del mundo y un programa político similar al fascismo italiano, al que añadió el antisemitismo. Al recuperar la libertad, asumió el liderazgo del partido y de la sociedad alemana. En 1925, creó su brigada de protección personal (SS) y en 1926 las juventudes hitlerianas (HJ), un movimiento pensado para adoctrinar y entrenar de manera militar a la juventud alemana.
El partido nazi no obtuvo resultados electorales hasta la Gran Depresión. La crisis de 1929 hundió la economía alemana, aumentó el número de desempleados y la pérdida de confianza en el gobierno y el sistema. En un clima de fuerte violencia política, el partido nazi fue aumentando sus apoyos. En las elecciones de 1930, el partido nazi se convirtió en la segunda fuerza del parlamento (107 escaños). En 1932, subió a 196, mientras que los comunistas obtuvieron 100 escaños, lo que provocó el temor de los partidos conservadores y nacionalistas, que decidieron dar su apoyo a Adolf Hitler y formar un gobierno de coalición.
El presidente de la República nombró canciller a Hitler en 1933. Accedió al poder por la vía democrática y convocó nuevas elecciones en marzo. No obtuvo la mayoría absoluta y necesitó otro grupo de apoyo, el centro católico, para concederle plenos poderes.
Hitler y el estado nazi
La concesión de plenos poderes al canciller supuso el fin de la República de Weimar y la implantación en Alemania de una dictadura totalitaria. En 1934, se suprimieron todos los derechos y libertades. El sistema parlamentario quedó eliminado y la estructura del partido nazi se fusionó con la del estado. En 1933, se creó la Gestapo para eliminar cualquier oposición. Los nazis asesinaron a miembros del partido en la Noche de los Cuchillos Largos.
Desde 1933, se crearon los campos de concentración. Al morir el presidente de la República, Hitler asumió todo el poder y se proclamó Führer del Tercer Reich.
El responsable de la economía del régimen nazi aplicó una política económica autárquica e intervencionista que facilitó la recuperación de la economía. Para conseguir la sumisión del pueblo alemán a la ideología nazi, se llevó a cabo una fuerte política propagandística a través de la censura y del control de la cultura y los medios de comunicación. La educación tuvo un papel muy importante en la base de la ideología del nazismo, proclamando la superioridad de la raza germánica (raza aria superior) con una violenta persecución de minorías étnicas, sexuales, judíos, gitanos, eslavos, etc. La mayor manifestación de racismo fue en el antisemitismo, que culpabilizaba a los judíos de los males internos. Las minorías étnicas fueron recluidas en campos de concentración que en la Segunda Guerra Mundial se convirtieron en campos de exterminio.
En política exterior, el estado nazi se caracteriza por su expansionismo territorial, con la idea de alcanzar el espacio vital que la nación aria necesita. Se anexionó territorios de países vecinos de Europa Oriental, rompiendo los acuerdos del Tratado de Versalles y estableció el clima para el estallido de la Segunda Guerra Mundial.