La Italia de Mussolini
Ascenso del Fascismo (1919-1922)
En Italia, la caída de las instituciones liberales se produjo en 1922. La ascensión del fascismo trajo consigo deseos de revisar los acuerdos de paz, la crisis económica y el miedo a la revolución.
Para la opinión pública italiana, la Paz de París era humillante y no había recompensado al país por el esfuerzo realizado. Los italianos reivindicaban Fiume, que había sido invadida por el ejército de voluntarios italianos en 1919.
El ex socialista Benito Mussolini abandonó el movimiento obrero porque este no apoyó la intervención de Italia en la Primera Guerra Mundial. En marzo de 1919, fundó los fasci di combattimento, combinando en su programa el nacionalismo furibundo con el sindicalismo revolucionario y anticlerical.
Tuvieron unos resultados electorales pésimos, pero logró atraer la atención de muchos excombatientes de la Primera Guerra Mundial.
La débil economía italiana quedó dañada después de la contienda: inflación, deudas, caída de la producción agraria… El movimiento obrero no fue lo suficientemente fuerte como para desencadenar una revolución; por ello, comenzó el ascenso del fascismo y sus escuadras atacaron violentamente a los sindicatos, sobre todo del campo.
Los terratenientes y capitalistas se vieron protegidos por los fascistas. Por otro lado, el Partido Nacional Fascista (llamado así desde 1921) de Mussolini eliminó los aspectos revolucionarios y comenzó a tener diputados.
El sistema electoral italiano favorecía la división del Parlamento en numerosos partidos políticos. Los gobiernos eran inestables y tenían poco margen de actuación. Mussolini organizó una manifestación masiva de fascistas, denominada Marcha sobre Roma (octubre de 1922), para exigir todo el poder. El rey Víctor Manuel III cedió y encargó a Mussolini la tarea de formar un gobierno. Este acto simbolizaba la nula voluntad de resistencia de la sociedad italiana frente al ascenso del fascismo.
Consolidación del Régimen Fascista (1922-1929)
Mussolini contó con tres ministros en el primer gobierno, pero el Parlamento le dio todos los poderes y las tropas fascistas impusieron su ley en las calles. En 1924, los fascistas lograron una amplia mayoría en las cámaras y reprimieron la oposición política y social. Ese mismo año, Matteotti, que había denunciado a Mussolini, fue secuestrado y asesinado. Este escándalo fue aprovechado para acabar con la oposición: en 1925 se disolvieron las cámaras legislativas y comenzó una dictadura personal que duraría hasta 1945. Mussolini adoptó el título de Duce (caudillo).
Los partidos políticos y sindicatos fueron disueltos, la prensa libre suprimida y los comunistas encarcelados. Había nacido el Estado totalitario fascista: en 1929 se votó una lista única (el listone). El Estado italiano se reconcilió con la Santa Sede (Pacto de Letrán, 1929).
El Estado Corporativo Italiano (1929-1940)
Los patronos y obreros fueron agrupados obligatoriamente en corporaciones. Así se suprimía la lucha de clases y se encuadraba a todos los grupos de la sociedad según la actividad que ejercían. En economía, se fomentó el proteccionismo y las grandes concentraciones empresariales. El fascismo obtuvo el apoyo de los industriales y productores agrarios. En los años 30, el régimen fue más autárquico e intervencionista, con el objetivo de proteger a Italia de los efectos de la Gran Depresión, imitar a la Alemania nazi y militarizar el país para intervenir en sucesivas guerras.
El Nazismo en Alemania
La República de Weimar y la Ascensión del Nazismo (1918-1933)
Alemania fue vencida en la Primera Guerra Mundial. El régimen, democrático y parlamentario, fue conocido como la República de Weimar. Esta tuvo numerosos problemas que permitieron el desarrollo del nazismo: la derrota en la Gran Guerra, el desorden económico de la posguerra, la debilidad del régimen, la división del Parlamento y la crisis del 29.
Aunque se firmó el Tratado de Versalles con los vencedores, la mayoría de los alemanes lo consideraron humillante. Muchas fuerzas políticas alemanas pretendían revisar el acuerdo. Los partidos nacionalistas, antiliberales y militares, que eran numerosos en la zona de Baviera, rechazaban el nuevo régimen y el Tratado de Versalles. Mientras tanto, Adolf Hitler refundó el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en Múnich, en 1921.
La Primera Guerra Mundial provocó hiperinflación y el dinero se devaluó. Los más afectados fueron los ahorradores, pensionistas, viudas de guerra, funcionarios y asalariados. Era frecuente acusar a los judíos de conspirar para enriquecerse a costa de los “buenos alemanes”.
La República de Weimar tuvo que hacer frente a los intentos revolucionarios promovidos por el Partido Comunista, a los intentos de separación de varios estados y a los golpes de Estado de grupos de extrema derecha. Con el tiempo, la república se hizo más derechista y reprimió con más dureza al movimiento obrero.
El sistema electoral impedía que los partidos obtuvieran mayorías suficientes para gobernar en solitario. Esto obligó a formar gobiernos de coalición inestables (Partido Socialdemócrata y el Zentrum).
El Partido Nazi acabó participando en los acuerdos y coaliciones de los partidos de derechas; al principio fue rechazado, pero luego fue útil por su antimarxismo y porque amedrentaba a comunistas y sindicalistas. Hitler recibió el apoyo de diversos grupos sociales y la financiación del gran capital; por ello, pudo acceder al poder.
En Alemania, se incrementó el malestar social y el desempleo, que amenazó con arruinar a la temerosa clase media alemana. En las elecciones de 1932, el Partido Nazi fue el más votado. El militar Hindenburg invitó a Hitler a dirigir un gobierno de coalición derechista (30 de enero de 1933).
Las Milicias del Partido Nazi
Estaban las SA (tropas de asalto paramilitares creadas en 1920), conocidas por su uniforme de camisas pardas. Las SS (policía diseñada como guardia personal de Hitler) eran enemigas de las SA y fueron las principales responsables de los campos de concentración y del exterminio judío.
Los Nazis en el Poder (1933-1945)
Hitler construyó un régimen (el Tercer Reich) con el fin de suprimir la democracia, exterminar toda la oposición, imponer una economía de guerra y emprender una política exterior agresiva. Para suprimir la democracia, Hitler disolvió el Reichstag y convocó elecciones. En febrero de 1933, decretó el estado de excepción, una medida que suprimía todos los derechos democráticos. En las elecciones de marzo de 1933, los nazis solo lograron un 44% de los votos. Otra medida adoptada por Hitler fue prohibir los partidos políticos y asociaciones. Logró que el Reichstag votase a favor de una ley de emergencia, que le permitía aprobar leyes sin contar con el Parlamento. En noviembre de 1933, Alemania se convirtió en un Estado de partido único. Tras la muerte de Hindenburg (1934), Hitler se autoproclamó Führer (caudillo).
Para exterminar toda oposición, Hitler se deshizo del ala más radical de su partido, liderada por las SA. En 1934, en la llamada “noche de los cuchillos largos”, fueron asesinados todos los dirigentes de las SA y muchos conservadores. Desde entonces, las SS y la Gestapo (policía política) dirigieron la represión. Hitler logró hacerse con todos los poderes, ayudado por: Göring (economía y Ejército), Goebbels (propaganda) y Himmler (policía política).