El Fascismo en Italia
En 1919, Benito Mussolini creó los «fascios de combate» contra la democracia y las organizaciones obreras. Sus principios doctrinales eran:
- Nacionalismo radical: representaba a los pueblos que se sentían vencidos y defraudados por no haber logrado lo que consideraban un derecho. En el caso italiano, el fascismo se apoyó en la frustración de no haber conseguido sus objetivos tras la Primera Guerra Mundial. En Alemania, el descontento se originó por las consecuencias del Tratado de Versalles.
- Antiparlamentarismo y antiliberalismo: acusaba a los sistemas democráticos de promover la división entre los ciudadanos. Fomentaba la sumisión del individuo y la negación de las libertades personales. Según esta ideología, los individuos estaban subordinados al Estado dictatorial, y el gobierno debía ser dirigido por una élite selecta.
- Racismo: justificado por la ideología fascista.
- Desconfianza en la razón y la intelectualidad: a pesar de mostrar ciertas preocupaciones sociales.
- Liderazgo absoluto: la nación debía poner su destino en manos de un líder que reuniera todos los poderes.
En sus primeras manifestaciones, Mussolini y las camisas negras representaban una mezcla de progresismo social, expansionismo territorial y militarismo. En los enfrentamientos con la izquierda, atacaban violentamente a los huelguistas. La clase media y el gobierno vieron en ellos un instrumento para frenar el movimiento obrero y restaurar el orden público. En 1921, los fascios se convirtieron en el Partido Nacional Fascista con financiación de la patronal y apoyo político de las clases medias. Este apoyo impulsó a Mussolini al poder mediante la Marcha sobre Roma. El rey Víctor Manuel III nombró a Mussolini primer ministro, quien, con el apoyo de la corona y el ejército, transformó el Estado democrático en una dictadura. En 1924, obtuvo el 65% de los votos, y en 1926 reforzó su autoridad censurando la prensa y persiguiendo a sus enemigos políticos. Introdujo ideas fascistas entre los jóvenes, aplicó una política de grandes obras públicas (autopistas, edificios), fomentó la industria con medidas proteccionistas e introdujo la Seguridad Social y las vacaciones laborales.
El Nazismo en Alemania
El Partido Nazi, fundado en 1920, era de extrema derecha nacionalista. En 1921, Hitler se convirtió en su líder. En 1923, el fallido golpe de Estado contra el gobierno (Putsch de Múnich) llevó a Hitler a prisión durante nueve meses, donde escribió Mi Lucha, donde expuso sus ideas políticas: nacionalismo, derogación del Tratado de Versalles, racismo, superioridad de la raza aria, antisemitismo, expansionismo, desprecio por el liberalismo y odio al socialismo y al comunismo.
En los años 20, Hitler eliminó cualquier disidencia interna y consolidó su autoridad. La crisis de 1929 aumentó el apoyo a los nazis, especialmente entre las clases medias, y obtuvo importantes apoyos económicos de grandes industriales. Entre 1933 y 1934, Hitler transformó el régimen democrático alemán en una dictadura. Fue nombrado canciller por Hindenburg el 30 de enero de 1933. El gobierno convocó nuevas elecciones, y los nazis incendiaron el Reichstag como excusa para una campaña contra la oposición. Tras el incendio, se promulgó el Decreto de Protección de la Nación y el Estado, otorgando poderes a la policía. Las elecciones del 5 de marzo dieron la victoria a los nazis y sus aliados. Hitler consiguió plenos poderes durante cuatro años, y una ley convirtió al Partido Nazi en el único partido legal. El 30 de junio de 1934, en la Noche de los Cuchillos Largos, 300 miembros de las SA fueron asesinados para eliminar cualquier disidencia. Tras la muerte de Hindenburg, Hitler acumuló las funciones de canciller y presidente, concentrando el poder absoluto. La administración quedó bajo el control total del partido. Himmler, jefe de la Gestapo, la policía secreta y las SS (sustitutas de las SA), actuaba con total impunidad. Comenzó la persecución de los judíos, culminando en 1938 con la Noche de los Cristales Rotos, con la quema de sinagogas y el arresto de miles de judíos. Se creó el Frente de Trabajo. Económicamente, se realizaron grandes obras públicas y se incrementó la industria armamentística, lo que redujo el paro y benefició a la industria y la banca. La vida cultural y artística fue supervisada y censurada.