El Auge del Capitalismo Industrial: Bancos, Finanzas y la Segunda Revolución Industrial

Bancos y Finanzas

La banca se convirtió en intermediaria entre los ahorradores que entregaban su dinero en depósito y los industriales que necesitaban capital para invertir. Las empresas exigían grandes aportaciones de dinero, que un solo empresario no podía suministrar. Entonces surgieron las sociedades anónimas, donde el capital está fraccionado por acciones. Estas pueden ser adquiridas o vendidas a una institución especializada: la bolsa.

La Expansión del Capitalismo Industrial

Se extendió a países como Francia y Bélgica. Entre 1850 y 1870, Rusia, Alemania, Estados Unidos y Japón también se industrializaron. En el sur de Europa coexistieron regiones industrializadas y zonas esencialmente rurales. La Europa oriental se mantuvo en casi su totalidad al margen del proceso de industrialización hasta entrado el siglo XX.

La Segunda Fase de la Industrialización

La Segunda Revolución Industrial comenzó a finales del siglo XIX, en la cual el liderazgo económico de Gran Bretaña empezó a ser compartido con nuevas potencias industriales como Alemania, Estados Unidos y Japón.

Nuevas Fuentes de Energía y Nuevas Industrias

En esta etapa, la electricidad y el petróleo desbancaron al carbón. La invención de la dinamo (1869) permitió producir electricidad en centrales hidroeléctricas, mientras el alternador y el transformador (1897) hicieron posible el traslado de la corriente eléctrica. El petróleo comenzó a extraerse en Estados Unidos a mediados del siglo XIX, la invención del motor de explosión posibilitó su utilización como combustible (1885), un medio de transporte fundamental en el siglo XX. La aplicación de un motor diésel a la navegación marítima permitió aumentar la rapidez y capacidad de los barcos. La aviación fue otra de las grandes innovaciones posibles gracias al petróleo. El primer vuelo lo llevaron a cabo los hermanos Wright (1903). La metalurgia adquirió un gran impulso debido a la producción de nuevos metales como el acero inoxidable y el aluminio. La industria del automóvil, con la nueva invención de Henry Ford del coche unitario, consiguió una gran expansión en Estados Unidos. La industria química logró un importante desarrollo en Alemania gracias a nuevos abonos, pesticidas, productos químicos, etc. Finalmente, con el cemento armado se construyeron los primeros rascacielos.

Nueva Organización Industrial

A finales del siglo XIX, la fabricación de producción se orientó a la fabricación en serie como mejor manera de aumentar la productividad, disminuir el tiempo empleado y reducir costes. El nuevo método de trabajo (Taylorismo) consiste en la fabricación en cadena, es decir, la división del proceso de producción en tareas muy específicas. Este sistema nació en Estados Unidos y la fábrica de automóviles Ford fue una de las primeras en emplearla. Las elevadas inversiones de capital que requerían las innovaciones tecnológicas estimularon la concentración industrial y las empresas se hicieron cada vez mayores.

Nueva Sociedad Industrial

La vieja sociedad estamental dio paso a la sociedad de clases, estructurada principalmente por dos grandes grupos: la burguesía y el proletariado.

La Burguesía

Se convirtió en el grupo hegemónico, al ser la propietaria de las industrias y los negocios. Existía una gran burguesía integrada por banqueros, rentistas y propietarios de grandes fábricas; una mediana burguesía compuesta por profesionales liberales, funcionarios y comerciantes; y una pequeña burguesía que eran los empleados y tenderos.

Los Obreros

Los trabajadores de las fábricas formaban el proletariado industrial y urbano. Constituían la mano de obra necesaria para las fábricas. Al principio, no existía ninguna legislación que fijase las condiciones laborales, por eso los horarios, los salarios y festividades eran establecidos arbitrariamente por los empresarios. La jornada duraba 12 o 14 horas, las remuneraciones eran insuficientes para mantener una familia. Además, los talleres carecían de condiciones higiénicas e incrementaban las enfermedades entre los obreros.

Marxismo, Anarquismo e Internacionalismo

Marxismo y Socialismo

Karl Marx y Friedrich Engels denunciaron la explotación de la clase trabajadora y defendieron la necesidad de una revolución obrera para destituir el capitalismo. Los marxistas propusieron la creación de partidos obreros socialistas. Su objetivo era la realización de la revolución proletaria, pero defendían también su intervención en la vida política a través de la participación en las elecciones y la entrada en los parlamentos nacionales. Los diputados socialistas impulsarían una legislación más favorable a los trabajadores.

El Anarquismo

El anarquismo reunió a un conjunto de pensadores que tenían en común tres principios básicos: la exaltación de la libertad individual y de la solidaridad social; la crítica a la propiedad privada y la defensa de formas de propiedad colectiva; y el rechazo a la autoridad, principalmente del Estado. Los anarquistas se oponían a la participación en la vida política y a la organización de los trabajadores en partidos.

El Internacionalismo

Marxistas y anarquistas defendían la necesidad de unir las fuerzas de la clase obrera de todo el mundo para luchar contra el capitalismo. A iniciativa de Marx, en 1864 se creó la Asociación Internacional de Trabajadores, a la que se adhirieron marxistas, anarquistas y sindicalistas. En 1889, algunos dirigentes socialistas fundaron en París la II Internacional, esta, a diferencia de la primera, era una organización exclusivamente socialista. La II Internacional creó algunos de los símbolos de identidad del movimiento obrero, como el himno de la Internacional y la fiesta del primero de mayo.

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