Crecimiento Demográfico y Desarrollo Urbano
En el siglo XIX, la población mundial experimentó un crecimiento sin precedentes, pasando de 900 millones en 1800 a 1600 millones en 1900. La mayor parte de esta población se concentraba en Asia. Tras la Revolución Industrial, se mantuvo una alta tasa de natalidad, mientras que la tasa de mortalidad disminuyó, lo que resultó en un gran crecimiento vegetativo.
La reducción de la mortalidad se debió a varios factores, entre ellos:
- Disminución de las crisis de subsistencias.
- Menos guerras.
- Menos epidemias.
- Mejora en la dieta.
- Desarrollo de la higiene y la sanidad.
Algunos adelantos médicos importantes de la época fueron la vacuna, la aguja hipodérmica y el estetoscopio. Las intervenciones quirúrgicas mejoraron gracias a la anestesia, el spray antiséptico y el uso de guantes de goma. A pesar de estos avances, enfermedades como el cólera seguían afectando a Europa. La esperanza de vida, sin embargo, aumentó en 20 años.
La natalidad se mantuvo alta, especialmente en las zonas menos desarrolladas. Comenzó a descender debido a la aparición de métodos anticonceptivos, el aumento de la renta, la incorporación de la mujer al trabajo y la disminución de la necesidad de mano de obra infantil.
Las ciudades crecieron rápidamente y pasaron a tener millones de habitantes. Este crecimiento se debió a la migración desde zonas rurales y a la llegada de inmigrantes, facilitada por los avances en el transporte. El aumento de la población urbana planteó nuevos desafíos, como la necesidad de mejorar los servicios de limpieza y alcantarillado para hacer frente a la creciente cantidad de residuos y prevenir enfermedades.
Las Causas del Imperialismo
El imperialismo se define como el dominio de unas naciones sobre otras, en este caso, entre las metrópolis y las colonias. Este dominio se caracterizaba por la dominación económica, política, militar y cultural.
Durante el siglo XIX, se promovieron numerosas expediciones y un gran número de exploradores cartografiaron territorios desconocidos para la población occidental. Las metrópolis buscaban nuevas colonias para expandir sus dominios. Los avances en el transporte, como los barcos de vapor, y en la tecnología militar, como los fusiles, facilitaron la conquista y ocupación de estos territorios.
La crisis económica de 1873 y las políticas proteccionistas también impulsaron la búsqueda de colonias. Alemania y Estados Unidos presionaron a otros países industrializados para que encontraran nuevos mercados donde vender sus productos e invertir sus capitales. Las colonias ofrecían mano de obra barata y materias primas abundantes.
Las potencias coloniales buscaban enclaves estratégicos para asegurar sus rutas comerciales y facilitar la explotación de recursos. Algunos ejemplos notables son el Canal de Suez (controlado por los británicos) y el Canal de Panamá (controlado por Estados Unidos).
El Nacionalismo y la Justificación del Imperialismo
El nacionalismo exacerbado también jugó un papel importante en el imperialismo. La posesión de un gran número de colonias se consideraba un símbolo de prestigio político y generaba un mayor apoyo popular en el país colonizador.
Para justificar sus acciones, las potencias europeas recurrieron a argumentos racistas, como la supuesta superioridad de la raza blanca. Se promovieron»misiones civilizadora» con el objetivo de imponer la cultura occidental a las poblaciones consideradas»inferiore».
Los Imperios Territoriales
Los nuevos imperios del siglo XIX ocuparon vastas extensiones de territorio en África, Asia y el Pacífico. La soberanía europea se extendía por el 84,4% del planeta.
Las metrópolis ejercían un control férreo sobre la vida en las colonias. Existían dos tipos principales de colonias: las colonias de explotación, destinadas a la extracción de recursos naturales, y las colonias de poblamiento, donde se establecían colonos europeos.
Según el grado de control que ejercían, las colonias se podían clasificar en:
- Colonias: Dependían completamente de la metrópoli y estaban gobernadas por un gobernador nombrado por esta, con la ayuda de militares y funcionarios.
- Protectorados: Mantenían su propio gobierno, pero su política exterior, ejército y economía estaban controlados por la metrópoli.
- Dominios: Tenían un mayor grado de autonomía, como en el caso de los dominios británicos, que contaban con su propia organización política.
- Concesiones: Eran enclaves cedidos temporalmente a una potencia extranjera para su explotación.
Conflictos Coloniales y Resistencia
La expansión colonial provocó numerosos conflictos entre las potencias europeas y las poblaciones locales. Algunos ejemplos notables son:
- Las Guerras del Opio en China.
- La Rebelión de los Cipayos en India.
- La resistencia de las tribus zulúes en África.
- La Rebelión de los Bóxers en China.
También hubo conflictos entre las propias potencias coloniales por el control de territorios. Algunos ejemplos son:
- La Guerra de los Bóeres en Sudáfrica, entre británicos y colonos holandeses.
- Las tensiones entre Francia y Gran Bretaña por el control del Nilo en el norte de África.
- La Guerra Ruso-Japonesa, en la que Japón frenó la expansión rusa en Asia oriental.
- Las crisis marroquíes, que enfrentaron a Francia y Alemania por el control de Marruecos.
Consecuencias del Imperialismo
El imperialismo tuvo consecuencias profundas y duraderas tanto para las colonias como para las metrópolis.
En las colonias, el imperialismo provocó:
- Explotación económica: Las colonias se convirtieron en proveedoras de materias primas y mano de obra barata para las metrópolis.
- Dependencia económica: Se implementaron políticas que fomentaron la dependencia económica de las colonias hacia las metrópolis.
- Trabajo forzado: En muchos casos, se recurrió al trabajo forzado o semiesclavitud para la explotación de recursos, especialmente en las minas.
- Monocultivos: Se impuso el cultivo de monocultivos para la exportación, lo que provocó el deterioro del equilibrio ecológico en muchas regiones tropicales.
- Infraestructuras desiguales: Se construyeron infraestructuras, como ferrocarriles y puertos, pero estas estaban principalmente destinadas a servir a los intereses de las metrópolis y no a mejorar la vida de la población local.
- Pérdida de autonomía política: Las colonias perdieron su autonomía política y quedaron sujetas al dominio de las potencias europeas.
- Aculturación: Se impuso la cultura occidental a través de la educación, la religión y otros medios, lo que provocó la pérdida de tradiciones y valores locales.
- Resistencia y nacionalismo: El dominio colonial también generó movimientos de resistencia y nacionalismo que lucharon por la independencia.
En las metrópolis, el imperialismo tuvo consecuencias como:
- Aumento de la riqueza: Las metrópolis se beneficiaron de la explotación de los recursos y la mano de obra de las colonias, lo que contribuyó a su crecimiento económico.
- Competencia y conflictos: La competencia por las colonias generó tensiones y conflictos entre las potencias europeas.
- Cambios demográficos: La emigración a las colonias provocó cambios demográficos en las metrópolis.
- Críticas al imperialismo: Surgieron movimientos críticos con el imperialismo, que denunciaban sus abusos y abogaban por la independencia de las colonias.
En definitiva, el imperialismo del siglo XIX fue un fenómeno complejo con consecuencias de gran alcance que siguen resonando en la actualidad.