El Bienio Conservador
Las Elecciones de 1933: El Gobierno de Derechas
Las elecciones generales del 18 de noviembre de 1933 fueron las primeras en España en las que votaron las mujeres. La izquierda se presentó desunida, con los republicanos y los socialistas presentando candidaturas separadas. La derecha, por su parte, se presentó unida y organizada, obteniendo la victoria. Los partidos de centro-derecha, como el Partido Radical de Lerroux y la CEDA de Gil Robles, obtuvieron los mejores resultados.
La Paralización de las Reformas
El nuevo gobierno, presidido por Lerroux, paralizó una buena parte del proyecto reformista anterior. En el campo, se frenó la reforma agraria, se anuló la cesión de tierras mal cultivadas a los campesinos y se concedió total libertad de contratación, lo que supuso una tendencia a la baja en los salarios de los jornaleros. Los propietarios mostraron su voluntad de desquitarse de las reformas anteriores, y los campesinos respondieron con huelgas.
La Revolución de Octubre de 1934
La izquierda interpretó la entrada de la CEDA en el gobierno como una deriva hacia el fascismo. Al día siguiente de la formación del nuevo gobierno, se produjeron huelgas y manifestaciones en algunas grandes ciudades para defender las reformas sociales. El movimiento fracasó a nivel nacional, pero los acontecimientos fueron graves en Asturias y Cataluña.
En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social, ocupando los pueblos de la cuenca y enfrentándose con las fuerzas del orden. El gobierno envió desde África a la Legión, al mando de Franco, y la represión fue durísima.
En Cataluña, la revuelta tuvo un carácter más político que en Asturias. Contaba con el respaldo del presidente de la Generalitat, Lluís Companys, y pretendía evitar la entrada de la CEDA en el gobierno. Se proclamó la República Catalana dentro de la República Federal Española, pero la negativa de la CNT a participar en la huelga y el escaso apoyo ciudadano hicieron fracasar la insurrección.
La Crisis del Segundo Bienio
Las consecuencias de la Revolución de Octubre fueron notables. La CEDA aumentó su influencia en el gobierno y se mostró partidaria de aplicar las condenas con rigor y de proceder a una reorientación más dura de la política del gobierno. Se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña, se anuló la Ley de Contratos de Cultivo y se nombró a Gil Robles ministro de la Guerra y a Franco jefe del Estado Mayor.
Una fuerte crisis de gobierno estalló en 1935, cuando el Partido Radical se vio afectado por una serie de escándalos de corrupción.