El Bienio Progresista y la Vuelta al Moderantismo en España (1854-1868)

Epígrafe 2.3. Bienio Reformista y Vuelta al Moderantismo

Tras la caída del gobierno moderado tras la revolución de 1854, llega una época llamada el Bienio Progresista (1854-1856). Este nuevo gobierno intentó restaurar los principios del progresismo restaurando la Milicia Nacional y la Ley Municipal. También preparó una nueva Constitución en 1856 que no llega a ser promulgada (non nata) que introducía libertad de cultos y libre elección del Senado.

También realizó un plan de reformas económicas en apoyo de la clase media como el desarrollo económico y la industrialización. Se realizaron también reformas como la Ley de Ferrocarriles (1855) y la creación del Banco de España (1856).

La Desamortización de Madoz

Destacamos en 1855, hecha por el ministro de Hacienda Pascual Madoz, la Ley de Desamortización General donde se puso en venta los bienes del Estado, la Iglesia y los Ayuntamientos (bienes propios y comunales) que afectó negativamente a los campesinos ya que utilizaban esos terrenos. La más beneficiada fue la burguesía adinerada que tuvo una participación mayor que en la desamortización de Mendizábal.

Con esto se consiguió recursos para Hacienda e impulsó la modernización económica de España. Muchos de estos ingresos sirvieron para crear la red de ferrocarriles para el intercambio y la industria española. Con la Ley General de Ferrocarriles se reguló su ejecución y ofreció amplios incentivos a los que ayudaran en ella sobre todo los capitales extranjeros que acudieron en abundancia.

También se desarrollaron planes de reforestación, el sistema telegráfico, la red de carreteras, se fomentaron las sociedades de acciones, la banca y la minería.

Crisis Social y Fin del Bienio

Las medidas reformistas no remediaron la crisis de subsistencia por lo que se provocaron huelgas obreras en Cataluña que pedían la reducción de la jornada laboral, la eliminación de los consumos, la mejora de los salarios y la abolición de las quintas. Esto llevó a levantamientos campesinos en Castilla y Andalucía. Para acabar con esto se creó una Ley del Trabajo que introducía mejoras y permitía asociaciones obreras provocando el comienzo del movimiento obrero español.

Además los desacuerdos entre la Unión Liberal y el Partido Demócrata se agudizaron. O’Donnell dio un golpe de Estado y Espartero dimitió. La reina nombra presidente del gobierno a O’Donnell que reprimió las protestas por lo que realizó una contrarreforma de su propio gobierno.

Los Gobiernos Unionistas (1856-1863)

Comienzan los gobiernos unionistas (1856-1863) donde el nuevo gobierno intentó un equilibrio político entre moderados (Constitución de 1845) y progresistas (desamortización y limitación del poder de la Corona). De este modo se consiguió una relativa estabilidad y una etapa de prosperidad económica debido al ferrocarril.

Política Exterior

Se destaca este gobierno en política exterior para recuperar el prestigio internacional:

  • Expedición a Indochina (1858-1863) con Francia para castigar una matanza de misioneros. Francia inició la exploración colonial en esta zona.
  • Intervención de México (1862) para cobrar una deuda atrasada lo cual fracasó.
  • Campañas militares en Marruecos (1859-1860) con triunfos de Tetuán y Castillejos donde se destaca el general progresista Prim. La paz de Wad-Ras incorpora el territorio del Ifni y la ampliación de Ceuta.

La Vuelta de los Moderados y la Crisis Final (1863-1868)

En 1863, la descomposición interna del gobierno y las revueltas agrarias y obreras provocaron la dimisión de O’Donnell pasando el poder a los moderados.

Esta época llamada los gobiernos moderados (1863-1868) será presidida por Narváez. Este impondrá una forma autoritaria de gobierno, al margen de las Cortes y los grupos políticos y una fuerte represión contra la oposición.

En 1866 una grave crisis económica arruina la industria y la agricultura. Se descubren casos de corrupción de gobernantes moderados. Esto lleva a que se den en ese año dos pronunciamientos: el del general Prim y el de los sargentos demócratas del cuartel de San Gil.

La represión del gobierno se endurece y en agosto de 1866 se firma el Pacto de Ostende (progresistas, demócratas y Unión Liberal (Serrano)) que tenía como objetivo acabar con el gobierno moderado, expulsar a Isabel II del trono, celebrar Cortes Constituyentes y determinar la forma de Estado (Monarquía o República).

La Revolución de 1868

En 1868 se produce la revolución de 1868 (La Gloriosa) en la que Topete, Serrano y Prim se pronuncian en Cádiz con el Manifiesto «España con Honra» y formándose Juntas Provinciales en toda España. Tras la batalla de Alcolea cae el gobierno moderado, Isabel II abandona el país y se forma un gobierno de coalición entre unionistas, progresistas y demócratas con el general Serrano como presidente y el general Prim como ministro de guerra.

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