El Bienio Reformista de la Segunda República Española (1931-1933)

II) El Bienio Republicano Azañista:

Durante el bienio republicano se desarrollaron una serie de problemas, para cuya solución la administración llevó a cabo una serie de reformas.

1. El problema religioso y la secularización de la vida civil

Los grupos progresistas y obreros cobraron mayor importancia, mientras que el peso de la Iglesia era cada vez menor. Ante esta situación, el Estado tomó una serie de medidas:

  • Estructuró un estado laico, aconfesional y neutral en materia religiosa, lo que permitió aprobar los divorcios y matrimonios civiles, así como la secularización de los cementerios.
  • La enseñanza pasó a ser pública y laica con la Ley de Congregaciones, ya que existe libertad religiosa. También se disolvió la Compañía de Jesús.

Reacciones de distintos grupos:

  • La Iglesia se mostró reacia a aceptar todas estas medidas, siendo el tema de la enseñanza el más problemático. Estas posturas generaron un acercamiento a grupos monárquicos.
  • Por parte de los republicanos de izquierdas y extremistas se produjeron actos de conflictividad social (incendiaron iglesias y conventos), actividades ante las que el gobierno se mostró indiferente hasta la destitución del Director General de Seguridad.

2. El problema agrario y la cuestión social

A pesar de la industrialización de las primeras décadas del siglo, la producción seguía siendo mayoritariamente agraria, lo que unido a la tremenda desigualdad en el reparto de las tierras y la ineficacia y atraso de las técnicas agrícolas, generaba que el nivel de vida de los campesinos se situase por debajo de la subsistencia.

La capacidad de resolver este problema daría prestigio y credibilidad a la República. El impulsor de las medidas será Francisco Largo Caballero. En marzo de 1932 se empezó a discutir la Ley de Reforma Agraria, acelerándose su aprobación debido a la Sanjurjada en septiembre de ese año.

La insuficiencia de las medidas se vio reflejada en los sucesos trágicos de Ciudad Real, Castiblanco o Arnedo, con levantamientos campesinos. Por parte de la derecha se generó una actitud golpista.

Para la reforma se creó el I.R.A. que actuaba confiscando las tierras, que pasaban a las Juntas Provinciales y de estas a los campesinos que podían explotarlas individual o colectivamente. Sin embargo, se enfrentaron a un gran número de problemas, siendo el resultado decepcionante. Por otra parte, las reacciones de la patronal fueron el rechazo y bloqueo de la ley, uniéndose en asociaciones legales como la Unión Nacional Económica y el Bloque Agrario.

3. El problema regional

En las zonas con lengua propia y una burguesía importante (Cataluña y País Vasco), ante el centralismo borbónico y el liberalismo se rechazaba el viejo modelo de estado, pero se reclamaba una amplia autonomía. Esto generó tensiones con el gobierno que la República debía resolver de forma democrática.

En Cataluña:

El gobierno de la Generalitat estaba formado por republicanos de izquierda (ERC), socialistas, y algunos intelectuales. La Sanjurjada precipitó la aprobación del Estatuto de Autonomía, siendo aprobado su texto original en referéndum en agosto de 1931. El primer presidente de la Generalitat fue Francesc Macià y Lluís Companys el presidente del parlamento catalán.

En el País Vasco:

El movimiento tenía una raíz popular y una fuerte tradición religiosa, manifestada en el propio carlismo. Por ello, el PNV y los carlistas se unieron para preparar un anteproyecto de Estatuto de Autonomía. Sin embargo, las reticencias del gobierno central hicieron que los diputados vascos se retirasen, aplazando su debate. Hasta el triunfo del Frente Popular no se aprobaría el Estatuto en las tres provincias vascas.

Estos estatutos generaron el rechazo de la derecha y del Ejército, que se manifestó en la Sanjurjada.

4. El fin del bienio reformista

Este bienio se caracterizó por seguir una política reformista que intentaba resolver los problemas del país, pero que generó el descontento en amplios sectores de la población.

Por la izquierda se produjo una polarización, ya que las medidas tomadas encontraron la oposición por parte de la patronal, la Iglesia y otras fuerzas sociales.

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