Tras la victoria de la República, republicanos de izquierda y socialistas formaron un gobierno de transición llamado Bienio Reformista, que intentó llevar a cabo un proyecto reformista para afrontar los graves problemas de España, siendo nombrado Alcalá Zamora presidente de la República el 14 de abril.
Reforma Militar
En la reforma militar intentaron asegurar la fidelidad de las tropas a la República y alejar a los mandos monárquicos, por lo que la pieza esencial fue la Ley del Retiro, en la que los oficiales tenían que elegir entre la jubilación con el sueldo íntegro o la permanencia en el ejército. Asimismo se canceló la famosa Ley de Jurisdicciones y se creó la Guardia de Asalto.
Reforma Educativa
En relación a la reforma educativa, podemos especificar que fue clave para conseguir la modernización de España y luchar contra el analfabetismo. Para ello se incrementó el dinero destinado a gastos educativos, construyéndose miles de escuelas; la educación primaria se convirtió en obligatoria y gratuita; y además, se mejoró la enseñanza secundaria y se potenció la investigación en la universidad, aunque la República se enfrentó a un verdadero problema ante la oposición de la iglesia.
Reforma Agraria
En la reforma agraria los objetivos principales fueron entregar tierras a los campesinos para obtener su apoyo, eliminar el poder económico de los grandes terratenientes e incrementar la producción total del sector agrario y elevar el nivel de renta del campesinado. En 1932 se aprobó la ley de reforma agraria, cuyo contenido se resume en que las tierras expropiadas se destinarían al asentamiento de los campesinos; se aplicaba solamente a las regiones de latifundio, y se preveían indemnizaciones para los propietarios, excepto para las tierras de los “Grandes de España”.
Reforma Religiosa
Por otro lado, la reforma religiosa fue inoportuna al agredirse torpemente a los católicos en su deseo de eliminar el poder y la influencia de la iglesia. Esto muchos lo identificaron con un ataque a Dios y no aceptaron el reconocimiento del divorcio, la supresión de la enseñanza religiosa, la eliminación de los crucifijos en las aulas o la supresión de los jesuitas, lo que agrandó el enfrentamiento entre los españoles.
Autonomías
En cuanto a las autonomías, Maciá intentó en abril de 1939 proclamar la República Catalana, que tras una intensa negociación accedió a aceptar un Gobierno autonómico, aunque el Estado se reservaba una larga serie de competencias, sobre todo en relaciones exteriores y en defensa.
Revolución de Octubre de 1934
En cuanto a la revolución de octubre de 1934, comenzó con el intento de conquistar el poder mediante una sublevación armada y por las fuerzas proletarias que contemplaron el triunfo de las derechas como el fin de la República democrática, optando así por la rebelión moderna, la cual adquirió más fuerzas en Cataluña y Asturias.
Triunfo del Frente Popular
Como conclusión, haremos alusión al triunfo del Frente Popular, que tuvo lugar el 16 de febrero de 1936, y se caracterizó por ser una coalición para derrotar a la derecha. Los partidos de izquierda se presentaron unidos a las elecciones a pesar de sus diferencias ideológicas y la alianza acabó denominándose Frente Popular. Manuel Azaña fue nombrado jefe de Gobierno, y sus decisiones más importantes constituyeron la excarcelación de los detenidos por la revolución de octubre, la recuperación del estatuto de autonomía catalán y la ilegalización de la Falange, encarcelando así a Jose Antonio Primo de Rivera. Finalmente en 1936, Azaña ocupó la presidencia de la República sustituyendo a Alcalá Zamora.