El Califato Abasí: Auge, Desarrollo y Declive (750-Siglo XII)

El Califato Abasí: Auge y Declive

La Revolución Abasí (750)

En el año 750, la revuelta Abasí puso fin al califato Omeya. Las causas de esta revolución fueron múltiples:

  • Disputa sobre la legitimidad de los Omeyas.
  • Deseo de igualdad de los muladíes (conversos al Islam) respecto a los árabes.
  • Presiones fiscales.
  • Desintegración administrativa del califato.
  • Sustitución de Damasco por otras capitales.
  • Modificaciones de alianzas tribales.

Los Abasíes, descendientes de Abbas Ibn Al-Muttalib, tío de Mahoma, se aliaron con los chiitas, iraníes y jurasaníes descontentos. El líder religioso Abu Muslim predicó la vuelta a la pureza de las creencias y el derrocamiento de los tiranos, formando un gran ejército. La rebelión llegó hasta Cufa, donde Al-Saffah se proclamó primer califa Abasí tras derrotar a los Omeyas en el río Zab en 750, batalla en la que murió el califa Omeya Marwan II.

Consolidación del Califato Abasí

Al-Saffah (750-754) se enfrentó a rebeldes y buscó el apoyo de generales omeyas. Le sucedió Al-Mansur, quien, con el apoyo de Abu Muslim y los jurasaníes, ejecutó a Muslim y sofocó la revuelta resultante. Se enfrentó a los rawaníes (que querían adorar al califa como a un dios) y a conflictos étnicos y religiosos en Cufa. Por ello, trasladó la capital a Bagdad en 762, manteniendo cerca al ejército jurasaní. Realizó expediciones a Bizancio y mantuvo luchas con chiitas y jurasaníes.

Harun al-Rashid se enfrentó al Imperio Carolingio por el control de las rutas comerciales. Los jariyíes causaron estragos en Armenia y Azerbaiyán, llegando a tomar Mosul. Las diferencias entre muladíes y árabes provocaron tendencias nacionalistas, perdiéndose Traxoniana. Al-Rashid dividió el califato entre sus hijos al-Amin (Iraq, Siria y Magreb) y al-Amun (Jurasán). Al-Amun derrotó a al-Amin y trasladó la capital a Jurasán. Al nombrar un heredero descendiente de Alí, se produjeron revueltas y la ruptura con la aristocracia persa, por lo que regresó a Bagdad. Surgió el problema del mutazilismo, aunque los ulemas se convirtieron en depositarios de la doctrina islámica.

El ejército se debilitó. Al-Mutashim se rodeó de un ejército de mamelucos, fieles a su señor. Estos mamelucos ganaron poder y asesinaron al califa al-Mutawakil cuando intentó recortar sus prerrogativas. Siguió un periodo de anarquía. Los poderes locales se fortalecieron a cambio de reconocimiento e impuestos anuales. La crisis final llegó con el arrendamiento de impuestos, que favoreció la emergencia de grupos poderosos. Finalmente, los buyíes se hicieron con el poder de facto a partir del 946.

Reforma Administrativa

Los Abasíes adoptaron el modelo sasánida. Al-Mansur nombró a miembros de su linaje para cargos militares y administrativos, y a clientes (mayormente jurasaníes) para la administración central y provincial. La administración central se componía de secretarías (diplomacia, correos, finanzas, etc.) con un visir al cargo. La administración provincial contaba con intendentes para censos, libros de cuentas y archivos. Los impuestos incluían el diezmo sobre la tierra, la yizya (para no musulmanes) y el jaray (sobre la tierra). El califa tenía su patrimonio, monopolios industriales y comerciales, un quinto del botín, confiscaciones y bienes vacantes. Los cadíes (jueces) y el cadí mayor de Bagdad eran expertos en Derecho Islámico.

Desarrollo Económico

Se practicaba la agricultura de secano con agua de lluvia y pozos, barbecho e irrigación (servicio público). Se introdujeron nuevas plantas como espinaca, berenjena, arroz, melón, sorgo, caña de azúcar, naranjas, limones, plataneros, cocoteros y plantas tintóreas. La ganadería se centraba en animales de monta (caballo, dromedario). Los tratados de derecho establecían cuatro tipos de propiedad: 1- individual (rara, excepto en la capital), 2- de la comunidad, 3- en usufructo para dimmíes (jaray), 4- de manos muertas (para obras pías, mezquitas, madrazas, etc.).

Se favoreció el artesanado y la industria textil, tintórea, de cuero, cerámica, vidrio, objetos de cobre, papel y muebles. Los oficios se organizaban en el zoco por áreas especializadas. La institución de control de mercado o almutacén surgió en el siglo X. Las rutas comerciales confluían en Bagdad, incluyendo la Ruta de la Seda desde Oriente y la ruta transahariana desde el Magreb. Había especialización regional: lana (Siria, Armenia), lino (delta del Nilo), algodón (Jurasán). Los mercaderes almacenaban el stock en alhóndigas y el comercio mayorista se realizaba a través de corredores. El estado imponía impuestos y monopolios sobre productos como el hierro y la madera.

Religión, Ley y Cultura

Surgió un gran interés por el Corán y sus comentarios (tafsir), lo que llevó a la estandarización de la lengua, la gramática y la creación de diccionarios. Se escribieron relatos de la vida de Mahoma y surgieron escuelas de transmisores de la tradición (hadiz). La Ley Islámica promovía una vida guiada por Dios, abarcando la regulación ritual, las relaciones sociales y la organización del estado. Surgieron diversas escuelas de derecho islámico:

  • Hanafí: la más tolerante y abierta.
  • Malikí: predominante en al-Andalus, centrada en lo útil para la comunidad.
  • Shafií: buscaba eliminar las arbitrariedades de otras interpretaciones.
  • Hanbalí: la más conservadora y crítica del racionalismo.
  • Chiita: no pertenece a la sunna y tiene ritos propios, como impuestos para la llegada del imán oculto.

El Palacio se convirtió en centro de la ciudad y de la creación literaria, con obras que exaltaban al califato y las hazañas guerreras. Se heredó el protocolo de Bizancio, India y Persia, así como conocimientos técnicos en matemáticas, medicina y literatura. Destacaron escritores como Ibn Qutayba y al-Jahiz (siglo IX). Los debates teológicos recibieron influencia griega. En Bagdad se fundó la Casa de la Sabiduría, donde se tradujeron obras de Aristóteles, Galeno e Hipócrates, fomentando la reflexión sobre la fe y la razón.

Decadencia y Movimientos Secesionistas

La decadencia Abasí se debió a la debilidad política y la falta de unidad, ya que todo dependía de la fidelidad al califa. Las iqtas (concesiones territoriales) se resintieron, y los asignados formaron dinastías propias. Ejemplos de esto son los Safaríes de Persia y los Zanyíes en Iraq (esclavos negros que intentaron una revolución social, finalmente sofocada).

Movimientos Secesionistas en el Islam Occidental

  • Aglabíes: En Ifriquiya, al-Aghalb se independizó en 800, estableciendo la capital en Qayrawan. Conquistó Sicilia, Palermo, Malta y saqueó Roma. Se enfrentó a rebeldes, bereberes, bizantinos y fatimíes.
  • Tuluníes: Tulun, administrador de Egipto, ocupó Siria y Palestina. Aunque contrajo lazos matrimoniales con los Abasíes, su territorio fue reconquistado en 905.
  • Fatimíes: Chiitas septimanos liderados por Ubayd Allah, quien escapó de Siria y se estableció en Qayrawan. Derrotaron a los andalusíes y se dirigieron a Oriente para derrocar a los Abasíes. Pactaron con Bizancio, fundaron El Cairo como su capital y se proclamaron califas. Tomaron Damasco, Mosul y expulsaron a los Omeyas del Norte de África. Fundaron la universidad de al-Azhar y promovieron una gran vida cultural. Sin embargo, perdieron territorios gradualmente: los jefes del Magreb se distanciaron, Sicilia fue tomada por los normandos y Trípoli cayó en manos de bereberes locales. La crisis se agravó por luchas internas por el cargo de visir, revueltas como la de Hassan-i-Sabbah, fundador de la secta de los Asesinos o Nizaríes, y hambrunas debidas a las crecidas del Nilo. En el siglo XII, Saladino puso fin a esta dinastía.
  • Omeyas de al-Andalus: En 756, Abderramán, superviviente omeya, se hizo con el poder en al-Andalus y formó un emirato. Enfrentó revueltas de musulmanes (Jornadas del Foso en Toledo, Revuelta de Córdoba) y mozárabes. Abderramán III sofocó estas disidencias y se proclamó califa frente a los Omeyas y Fatimíes. Controló los dominios de León, Pamplona y los condados catalanes. Fundó Medina Azahara, donde Hisham II estableció una biblioteca y amplió la mezquita de Córdoba. Su general Almanzor reformó el ejército con mercenarios esclavones y bereberes, llevando a cabo más de 50 expediciones, incluida la de Santiago de Compostela (997). Tras la petición de Abderramán Sanchuelo de ser sucesor de Hisham II, estalló una guerra civil que descompuso el califato en taifas.

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