El camino hacia la Guerra Civil Española: de la Restauración a la Segunda República

El Regeneracionismo y sus limitaciones (Finales del siglo XIX)

A finales del siglo XIX, el regeneracionismo, una corriente de pensamiento que se había extendido tras la crisis del 98, denunció los vicios del sistema dominado por una oligarquía y realizó una serie de propuestas para la modernización de España. Tanto liberales como conservadores se propusieron realizar una revisión del sistema, modificándolo lo imprescindible y adaptándolo a algunas de las demandas de la sociedad española.

Los gobiernos de Maura y Canalejas (1902-1912)

Cuando Alfonso XIII accedió al trono en 1902, al frente de los partidos dinásticos se encontraban dos líderes: Antonio Maura (Partido Conservador) y José Canalejas (Partido Liberal).

Durante el gobierno conservador de Maura (1907-1909), se llevaron a cabo reformas, pero sin alterar las bases del régimen. La intención era la «revolución desde arriba», para evitar la revolución desde abajo. Las principales medidas adoptadas fueron:

  • Ley de Administración Local, que contemplaba la autonomía de los municipios y provincias.
  • Ley para el descanso dominical.
  • Ley de accidentes de trabajo.
  • Ley sobre las condiciones de trabajo de mujeres y niños.
  • Ley de huelga.

Por su parte, Canalejas (1910-1912) emprendió el intento más importante para llevar a cabo la democratización del régimen. Intentó la secularización del Estado, promulgó la ley de Comunicaciones y redujo la jornada laboral en las minas. Prohibió el trabajo femenino en el cromo, suspendió el Impuesto de Consumos y la Ley de Reclamaciones.

El asesinato de Canalejas en 1912 a manos de un anarquista interrumpió el proceso de reformas y marcó el final de los intentos de regeneración interna del sistema político de la Restauración.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Del Directorio Militar al Directorio Civil

Tras el golpe de 1923, Primo de Rivera se constituyó como ministro único, pasando a ser asesorado por un Directorio Militar.

El Directorio militar (1923-1925)

Su lema era «Menos política y más administración». La falta de actividad gubernamental fue resultado de la improvisación. Se suspendió el régimen constitucional, se prohibieron los partidos políticos y sindicatos, y se persiguió a los anarquistas. La crisis social justificó la implantación del estado de guerra durante casi dos años; se limitaron las reuniones y asociaciones, se implantó la censura, etc.

La dictadura se mantuvo gracias a la favorable coyuntura económica internacional. Sin embargo, el líder rifeño Abd-el-Krim cometió el error táctico de atacar a los franceses en 1925, lo que propició una actuación militar hispano-francesa, suponiendo así el mayor fracaso que el dictador experimentó.

El Directorio Civil (1925-1930)

Resueltos los dos grandes problemas (la conflictividad social y la situación en Marruecos), Primo de Rivera podría haber permitido el retorno a la normalidad constitucional, pero no lo hizo, sino que se propuso renovar su régimen mediante un nuevo directorio civil, demostrando así la intención de perpetuarse en el poder. Las bases principales del nuevo régimen fueron:

  1. Un partido propio, la Unión Patriótica, creado ya en 1924, cuyo lema era: «Religión, patria y monarquía».
  2. Una Asamblea Nacional Consultiva, que se limitaba a elaborar los anteproyectos de ley y a asesorar al gobierno.
  3. Una carta constitucional, presentada en 1929, pero que no llegó a promulgarse.

Sin embargo, al exigir un nuevo régimen, apenas obtuvieron apoyos políticos; por el contrario, recibieron numerosas críticas, manifestaciones de oposición e incluso pronunciamientos. Cada vez más aislado políticamente, Primo de Rivera decidió hacer una consulta a los capitanes generales para saber si contaba con su respaldo; sus tibias respuestas le demostraron que estaba solo y sin apoyos, por lo que en enero de 1930 presentó su destitución al rey.

La Caída de la Monarquía y el Advenimiento de la Segunda República (1930-1931)

Después de la dimisión de Primo de Rivera en 1930, Alfonso XIII, cuya figura estaba vinculada al desacreditado sistema político de la Restauración y a la experiencia de la Dictadura, intentó volver a la normalidad constitucional. Pero los dos gobiernos que se sucedieron en poco más de un año -el del general Berenguer y el del almirante Aznar-, conocidos con el nombre de «dictablanda», eran incapaces de resucitar lo que ya era un cadáver político. El primero de ellos tuvo que hacer frente a una serie de problemas:

  • La coalición de fuerzas opositoras a la monarquía, que habían acordado mediante el Pacto de San Sebastián derribarla. A este pacto se adscriben republicanos, autonomistas, socialistas, carlistas, así como también socialistas y anarquistas.
  • Los intentos de golpe de Estado en Jaca y en Cuatro Vientos.

Berenguer fue sustituido por Aznar, quien convocó elecciones en las que la Coalición Republicano-Socialista se impuso en 41 de las 50 capitales de provincia, motivo por el cual Alfonso XIII decidió abandonar España. Se proclamó la Segunda República el 14 de abril de 1931.

La Inestabilidad de la Segunda República (1931-1936)

Esta nueva etapa se caracterizó por profundas transformaciones políticas y sociales, que buscaban la solución definitiva de los grandes problemas de España. Sin embargo, el advenimiento de la Segunda República coincidió con una etapa de inestabilidad económica interna. Años después, en los años treinta, aunque los efectos fueron menores en España debido a su aislamiento económico, la crisis económica mundial también tuvo consecuencias negativas.

Hubo un aumento del desempleo, una disminución del comercio exterior y las exportaciones, un colapso de las inversiones extranjeras, una interrupción de la emigración a América y un aumento del retorno de muchos emigrados.

La desconfianza se extendió entre terratenientes y capitalistas, mientras que la radicalización y la conflictividad social aumentaron entre campesinos y obreros. Estas tensiones se reforzaron mutuamente y generaron un clima de incertidumbre para el desarrollo económico.

Juan Negrín y los Motivos de la Sublevación Militar

Juan Negrín (Las Palmas de Gran Canaria, 1892 – París, 1956) fue un personaje significativo en la Historia de España. Militante socialista desde 1929, accedió al Ministerio de Hacienda durante el gobierno del Frente Popular (1936).

Análisis del Discurso de Juan Negrín

En un discurso pronunciado un mes después del inicio de la Guerra Civil, Negrín analiza las causas del golpe de Estado:

  • Situación política previa: Destaca la inestabilidad gubernamental, pero también el carácter democrático del país. Resalta la escasa representación parlamentaria de los comunistas.
  • Elecciones de 1936: Subraya la inesperada victoria del Frente Popular y la reanudación de las reformas progresistas, incluyendo la amnistía para los presos de 1934.
  • Reacciones al Frente Popular: Describe la polarización política y el odio entre las diferentes ideologías. Menciona el asesinato de Calvo Sotelo el 13 de junio de 1936.
  • El Golpe de Estado: Vincula el asesinato de Calvo Sotelo con el golpe de Estado del 17 de julio de 1936, que dividió al país en dos bandos y desencadenó la Guerra Civil Española (1936-1939).

Antecedentes de la Guerra Civil

Los antecedentes del golpe de Estado se encuentran en el triunfo del Frente Popular, que supuso la reanudación de las reformas progresistas y la adopción de otras medidas como la amnistía para los encarcelados de 1934. Esto generó diversas reacciones:

  • Los sectores más conservadores se radicalizaron en torno a formaciones como Falange Española.
  • Entre febrero y julio de 1936, se intensificaron las movilizaciones de trabajadores, con saqueos, asesinatos e incendios de sedes, periódicos y edificios religiosos.
  • A nivel internacional, Occidente estaba sumido en la crisis económica de los años treinta, lo que propició el auge del fascismo en Italia y Alemania.

El golpe de Estado estaba planeado desde la victoria electoral del Frente Popular. Los militares incluso sabían la hora en que lo llevarían a cabo («el 17 a las 17»). Sin embargo, no lograron el éxito en todos los acuartelamientos, lo que dividió al país en dos bloques que se enfrentarían en la Guerra Civil Española.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *