La Guerra Colonial y la Crisis de 1898
Introducción
En 1898, España y Estados Unidos lucharon por el control de Cuba y, en menor medida, por Filipinas. Fue un conflicto breve (abril-agosto de 1898) y desigual, dada la superioridad militar norteamericana. Tuvo graves repercusiones para España, que vio liquidado su imperio colonial y favoreció la aparición de movimientos que criticaron el sistema de la Restauración.
Antecedentes: Cuba y Filipinas
- Cuba era española desde 1492 y se convirtió en la primera productora mundial de azúcar de caña. Esta industria azucarera estaba en manos de ricos hacendados cubanos que, temiendo una insurrección de los esclavos, se oponían a la independencia.
- Filipinas fue descubierta para España en 1521 por Magallanes. Miguel López de Legazpi construyó el primer asentamiento español.
Causas del Conflicto
El proceso independentista se dio por causas político-ideológicas, sociales y económicas, sumado a la influencia de las ideas liberales del continente americano, que se convirtieron en el germen de las ideas independentistas. A esto se unieron dos ejemplos revolucionarios: la independencia de las colonias norteamericanas (1775-1783) y la Revolución Francesa (1789-1792).
Causas Sociales
La política de los Borbones y las reformas ilustradas no habían mejorado la gestión política, marcada por la marginación de los criollos. Este grupo se encontraba excluido de ocupar altos cargos oficiales, cuya titularidad se reservaba a los españoles peninsulares. Los criollos, en cambio, sí ocupaban un puesto de relieve social y económico en otros ámbitos, como oficiales del ejército. No es de extrañar su aspiración a conseguir el poder político que la metrópoli les negaba.
Causas Económicas
Cuba era la mayor exportadora mundial de azúcar, café y tabaco. España tenía el monopolio de su comercialización, lo que provocó un creciente malestar en las colonias americanas, ya que la política comercial propia del Antiguo Régimen les afectaba. El monopolio comercial de España, que prohibía comerciar libremente con el extranjero, suponía la ruina de la burguesía criolla, partidaria de la independencia.
Causas Internacionales
La independencia de las colonias británicas de Norteamérica y las ideas liberales europeas influyeron en los criollos. Estos tomaron la iniciativa independentista aprovechando la Guerra de la Independencia en España. Se produjo un aislamiento entre las colonias y la metrópoli española. Esta situación sería aprovechada tanto por Gran Bretaña como por Estados Unidos para ayudar a las colonias hispanoamericanas, deseosos de eliminar el monopolio comercial español y comerciar libremente.
Primeras Insurrecciones
El proceso independentista transcurre entre 1810 y 1824, con dos momentos significativos:
- 1810-1814: Los principales focos independentistas surgieron en México, Venezuela y Argentina, aprovechando los insurgentes el hecho de que gran parte del territorio peninsular estuviera ocupado por las tropas de Napoleón. Tras la llegada de Fernando VII al trono, se paralizaron las insurrecciones y todos los focos fueron sofocados, quedando independiente tan solo Argentina.
- 1815-1824: Durante el reinado de Fernando VII, se produjo una serie de ofensivas victoriosas que en pocos años independizaron a todos los territorios americanos: Chile fue la primera en declararse independiente por San Martín en 1818; Venezuela y Nueva Granada por Simón Bolívar en 1820; México por Agustín Iturbide en 1821; Bolivia y Ecuador por Sucre en 1825.
Ya solo quedaban como territorios pertenecientes al imperio español en América las islas de Cuba y Puerto Rico, además de las posesiones en el Pacífico.
La Guerra de Cuba (1868-1898)
Aprovechando la caída de Isabel II en 1868, Manuel Céspedes inició la guerra contra España por la independencia de Cuba en octubre de 1868 (Grito de Yara). Comenzaba así la cruenta Guerra de los Diez Años o Guerra Larga (1868-1878), una guerra de desgaste en la que los rebeldes practicaron la táctica de la guerrilla. España, enviando al general Martínez Campos, consiguió que terminara la guerra con la Paz de Zanjón (1878), con la promesa de amnistía, reformas y autonomía. Sin embargo, España no cumplió sus promesas, y los cubanos se convencieron de que la única solución era la independencia.
El líder fue José Martí, exiliado en Estados Unidos y fundador en 1892 del Partido Revolucionario Cubano. En 1879 se produjo un nuevo conato de insurrección contra la presencia de España en la isla, que dio lugar a la llamada Guerra Chiquita. La sublevación de los mambises (nombre con el que se conocía a los insurrectos cubanos) fue derrotada al año siguiente por falta de apoyos.
Inicio y Desarrollo de la Guerra
Los dirigentes de la insurrección fueron José Martí, Antonio Maceo, Calixto García y el dominicano Máximo Gómez. La insurrección comenzó en la zona oriental con el Grito de Baire el 24 de febrero de 1895. Tras el Manifiesto de Montecristi, donde los rebeldes, encabezados por José Martí, expusieron que la lucha no iba contra el pueblo español, sino contra el régimen colonial al que España sometía a Cuba.
El éxito experimentado por la insurrección a lo largo de 1895 tuvo como consecuencia el relevo de Sagasta por Cánovas del Castillo. Cánovas envió a la isla al general Martínez Campos, pero la situación era diferente (no se fiaban por el incumplimiento de las promesas por parte de España). Así, en 1896 fue sustituido por el general Valeriano Weyler, quien aplicó una política de «mano de hierro» y transitó de la guerra convencional a la dureza de la lucha antiguerrillera. Dividió la isla en tres sectores para impedir el paso de los rebeldes. Además, concentró a la población en campos para evitar el apoyo a la guerrilla. Las condiciones sanitarias y organizativas en dichos campos eran muy deficientes, lo que provocó un desastre demográfico.
La idea de Cánovas era introducir reformas autonómicas que permitieran estabilizar la situación política. Sin embargo, estas no fueron bien vistas en el seno del propio Partido Conservador, ni tampoco por Estados Unidos. Tras el asesinato de Cánovas en agosto de 1897, Sagasta decidió mandar al general Blanco, que había sustituido a Weyler.