Situación Internacional a Finales del Siglo XIX
Hacia 1870, el mundo experimentaba la Revolución Industrial, el auge del imperialismo y una intensa rivalidad entre las potencias europeas. En este contexto, se buscaba reforzar las relaciones internacionales, como se evidenció en el Reparto de África durante la Conferencia de Berlín en 1885. España, sin embargo, se encontraba alejada de estas dinámicas, en vías de desarrollo y encerrada en sí misma.
Pérdida de las Colonias
Tras la batalla de Ayacucho en 1824, España había perdido la mayor parte de sus colonias americanas, conservando solo Cuba, Puerto Rico y Filipinas. A esto se sumaron tensiones en Marruecos, donde España se vio obligada a compartir un protectorado con Francia, y en las Islas Carolinas, que finalmente quedaron bajo control español con derecho de Alemania a establecer una base.
Cuba: Guerra de los Diez Años y Tensión Creciente
En Cuba y Puerto Rico, la economía se basaba en la explotación de café, tabaco y azúcar, con grandes plantaciones trabajadas por esclavos. La Guerra de los Diez Años (1868-1878), que buscaba la independencia de Cuba, culminó con la Paz de Zanjón, que prometía la abolición de la esclavitud y un gobierno autónomo. Sin embargo, España incumplió estos acuerdos, lo que generó un profundo malestar entre los cubanos.
Intervención de Estados Unidos y Guerra Hispanoamericana
El interés de Estados Unidos en Cuba se intensificó a finales del siglo XIX. La subida de impuestos por parte de España y el incumplimiento de las promesas de autonomía llevaron a un nuevo levantamiento en 1895, liderado por José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. La explosión del acorazado estadounidense Maine en el puerto de La Habana sirvió como pretexto para que Estados Unidos declarara la guerra a España en 1898.
Consecuencias del Desastre del 98
La guerra culminó con la derrota de España y la firma del Tratado de París, por el cual España cedió Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam a Estados Unidos. Las consecuencias de este desastre fueron profundas y se manifestaron en diversos ámbitos:
Consecuencias Políticas
El desastre generó una profunda conmoción nacional y una crítica al sistema de gobierno. Francisco Silvela, en su artículo «Sin pulso», describió a España como una potencia moribunda que necesitaba una urgente regeneración. Se produjo un reforzamiento de los nacionalismos en las regiones periféricas.
Consecuencias Económicas
Aunque España no perdió el mercado con América Latina, la pérdida de las colonias supuso un duro golpe económico. Los capitales repatriados de Cuba se invirtieron en el desarrollo de la industria siderúrgica y textil, y surgieron grandes bancos como el Banco de Bilbao, el Banco de Vizcaya y el Banco Hispano Americano, lo que impulsó un relanzamiento de la economía.
Consecuencias Sociales
La guerra causó un gran número de muertos, especialmente entre las familias más desfavorecidas, lo que generó un alejamiento de la masa social hacia el ejército.
Consecuencias Ideológicas
El Desastre del 98 tuvo un profundo impacto en la intelectualidad española. La Generación del 98, con autores como Unamuno y Pío Baroja, realizó una crítica al sistema de gobierno y abogó por una regeneración de España. Se generó un sentimiento de conmoción nacional, regeneracionismo y antiamericanismo.