El Fin de la Dictadura de Primo de Rivera y el Ascenso de la Segunda República Española
Por supuesto, aquí tienes un resumen más detallado:
La Crisis de la Dictadura
La dictadura de Primo de Rivera enfrentó múltiples desafíos, incluyendo la retirada del apoyo inicial de los nacionalistas catalanes y las críticas de prominentes intelectuales como José Ortega y Gasset y Miguel de Unamuno. A partir de 1926, la dictadura comenzó a perder apoyos, con intentos de restaurar el régimen constitucional, como la «Sanjuanada» liderada por dirigentes conservadores, liberales y republicanos, respaldados por militares descontentos.
La imposición de normas militares conflictivas, como la supresión de ascensos por antigüedad, exacerbó las tensiones, llevando a fricciones con oficiales de artillería y distanciando aún más a una parte del ejército del régimen y del rey.
Formación de Alianzas Republicanas
Se formaron alianzas políticas como la Alianza Republicana, que incluía:
- Acción Republicana liderada por Manuel Azaña
- El Partit Republicà Català liderado por Marcelino Domingo y Lluís Companys
- El Partido Radical de Lerroux
- La Derecha Liberal Republicana de Alcalá Zamora
También cobraron fuerza fuerzas republicanas nacionalistas y regionalistas, como Esquerra Republicana de Catalunya y la Organización Republicana Gallega Autónoma.
La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), radicalizada tras años de represión, vio la formación de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) en 1927, mientras que en Galicia, nacionalistas y republicanos se unieron en la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA) en 1929.
La Caída de Primo de Rivera y el Gobierno de Berenguer
La falta de apoyo, incluso de los militares y el rey, llevó a la dimisión de Primo de Rivera en enero de 1930. El general Dámaso Berenguer asumió el gobierno con la intención de restaurar el turnismo, pero la desconfianza de los partidos conservador y liberal hacia el rey y el creciente republicanismo dificultaron la situación.
El Pacto de San Sebastián y la Proclamación de la República
En agosto de 1930, los partidos republicanos y nacionalistas firmaron el pacto de San Sebastián con el objetivo de proclamar la república mediante un pronunciamiento militar. A pesar de los intentos, los levantamientos de Jaca y Madrid fracasaron debido a la falta de coordinación.
La dimisión de Berenguer tras el anuncio de la no participación en las elecciones de febrero de 1931 provocó la convocatoria de elecciones municipales para abril. La victoria de la coalición republicana y socialista en las grandes ciudades se interpretó como un rechazo a la monarquía, culminando en la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931.