La Crisis de 1917: Un Punto de Inflexión en la Gran Guerra
La prolongada duración y la aparente inutilidad de la Primera Guerra Mundial provocaron que, hacia 1917, se iniciara en muchos países europeos un creciente movimiento favorable a la paz. Sin embargo, dos hechos cruciales dieron un vuelco definitivo al conflicto:
- La Revolución Rusa: La caída del zarismo y la posterior llegada de los bolcheviques al poder en Rusia tuvieron un impacto inmediato. El nuevo gobierno ruso, recogiendo el profundo descontento popular con la guerra, firmó en marzo de 1918 el Tratado de Brest-Litovsk con los Imperios Centrales. Mediante este tratado, Rusia se retiraba unilateralmente de la contienda, abandonaba vastos territorios (como Polonia y los países bálticos) y cedía Besarabia a Rumanía y partes de Armenia al Imperio Otomano. Los aliados occidentales consideraron esta retirada rusa como una traición.
- La Entrada de Estados Unidos: Estados Unidos había mantenido durante largo tiempo una política de neutralidad, en parte debido a la opinión pública reacia a una intervención directa en un conflicto europeo. No obstante, la neutralidad estadounidense se vio crecientemente comprometida por la guerra submarina indiscriminada llevada a cabo por Alemania, que atacaba buques mercantes y de pasajeros, incluidos aquellos con ciudadanos estadounidenses a bordo. Estos ataques, junto con otros factores como el Telegrama Zimmermann, finalmente provocaron la declaración de guerra de Estados Unidos a Alemania en abril de 1917.
1918: La Derrota de los Imperios Centrales
El año 1918 marcó el desenlace definitivo de la guerra. Inicialmente, los Imperios Centrales esperaban que la retirada de Rusia del frente oriental les otorgara la superioridad militar necesaria para vencer en el frente occidental. Sin embargo, la llegada masiva de tropas y armamento fresco de Estados Unidos reforzó considerablemente a las potencias aliadas.
A partir de julio de 1918, las ofensivas aliadas, coordinadas y bien equipadas, comenzaron a hacer retroceder a las fuerzas alemanas. El agotamiento económico y militar, junto con la creciente agitación interna, llevó al colapso de los Imperios Centrales. Bulgaria, el Imperio Otomano y Austria-Hungría firmaron armisticios entre septiembre y noviembre. Finalmente, Alemania, tras la abdicación del Káiser Guillermo II y la proclamación de la República, firmó el Armisticio de Compiègne el 11 de noviembre de 1918, poniendo fin a las hostilidades.
La Organización de la Paz y la Creación de la Sociedad de Naciones
En enero de 1919, se inauguró en París la Conferencia de Paz, cuyo objetivo era establecer las condiciones para una paz duradera tras la devastadora guerra. Los principios que debían guiar las negociaciones se basaron, en teoría, en los Catorce Puntos proclamados por el presidente estadounidense Woodrow Wilson un año antes. Estos puntos abogaban por:
- La disolución de los antiguos imperios multinacionales.
- La consolidación de sistemas democráticos.
- El reconocimiento del principio de autodeterminación de las nacionalidades.
- La creación de una organización internacional para garantizar la paz (la Sociedad de Naciones).
Aunque representantes de 32 países acudieron a Versalles, las decisiones fundamentales fueron tomadas por los líderes de las principales potencias vencedoras, conocidos como los «Cuatro Grandes»:
- Woodrow Wilson (Estados Unidos)
- David Lloyd George (Gran Bretaña)
- Georges Clemenceau (Francia)
- Vittorio Orlando (Italia)
Estos líderes estaban determinados a rediseñar el mapa político de Europa sobre las ruinas de los derrotados imperios Otomano, Austrohúngaro y Ruso (aunque este último ya había sufrido su propia transformación).
Los Tratados de Paz
Se firmaron tratados específicos con cada una de las potencias vencidas. El más significativo fue el Tratado de Versalles, firmado con Alemania en junio de 1919. Este tratado impuso condiciones extremadamente duras a Alemania, consideradas por muchos como humillantes:
- Pérdidas territoriales significativas (Alsacia y Lorena devueltas a Francia, territorios cedidos a Polonia y Bélgica, pérdida de todas sus colonias, que se convirtieron en mandatos administrados por los vencedores).
- Fuertes restricciones militares (limitación drástica del ejército, prohibición de aviación militar y submarinos).
- La cláusula de «culpabilidad de guerra», que responsabilizaba únicamente a Alemania y sus aliados del inicio del conflicto.
- Obligación de pagar enormes reparaciones económicas a los países vencedores.
Otros tratados importantes firmados durante la Conferencia de Paz de París incluyeron:
- Tratado de Saint-Germain-en-Laye (1919): Con Austria, disolviendo el Imperio Austrohúngaro y prohibiendo la unión de Austria con Alemania (Anschluss).
- Tratado de Trianon (1920): Con Hungría, que perdió dos tercios de su territorio histórico.
- Tratado de Neuilly-sur-Seine (1919): Con Bulgaria, imponiendo pérdidas territoriales.
- Tratado de Sèvres (1920): Con el Imperio Otomano, que desmembraba el imperio (aunque fue posteriormente modificado por el Tratado de Lausana en 1923 tras la Guerra de Independencia Turca).
Como parte de los acuerdos, se creó la Sociedad de Naciones, precursora de las Naciones Unidas, con el objetivo de mediar en disputas internacionales y prevenir futuras guerras, aunque su efectividad resultó limitada.
Las Consecuencias de la Primera Guerra Mundial
La Gran Guerra dejó una profunda huella en el siglo XX, con consecuencias de gran alcance en diversos ámbitos.
Consecuencias Demográficas
- Pérdidas humanas masivas: Se estima que murieron alrededor de nueve millones de combatientes, siendo Alemania, Rusia y Francia los países con mayores bajas mortales. A esto se suman millones de civiles muertos por causas indirectas.
- Heridos e inválidos: Millones de soldados quedaron inválidos (se calculan unos seis millones), mutilados o gravemente heridos, con secuelas físicas y psicológicas de por vida.
- Sobremortalidad y caída de la natalidad: Las privaciones, el hambre y las enfermedades (como la devastadora pandemia de gripe de 1918, mal llamada «gripe española») causaron una elevada sobremortalidad en la población civil durante y después de la guerra. La muerte masiva de hombres jóvenes (principalmente entre 20 y 40 años) provocó un drástico descenso de la natalidad («generaciones huecas») que afectó la demografía europea durante décadas.
Consecuencias Políticas y Territoriales
- Nuevo mapa de Europa: La Paz de París redibujó radicalmente las fronteras europeas. Desaparecieron los grandes imperios multinacionales (Austrohúngaro, Ruso, Otomano y Alemán).
- Nuevos Estados: Surgieron nuevos estados-nación basados en el principio de las nacionalidades, aunque a menudo con minorías internas que serían fuente de futuros conflictos. Los principales nuevos estados fueron:
- Polonia (restaurada)
- Finlandia
- Estonia
- Letonia
- Lituania
- Checoslovaquia
- Yugoslavia (inicialmente Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos)
- Hungría (separada de Austria)
- Austria (reducida a su núcleo germano parlante)
- Caída de las monarquías y avance democrático (inicial): Las dinastías reinantes en los imperios centrales (Hohenzollern, Habsburgo, Romanov -ya depuestos-, Sultán Otomano) fueron derrocadas. En muchos países se establecieron o consolidaron repúblicas y sistemas democráticos parlamentarios.
- Impulso al movimiento sufragista: El papel crucial desempeñado por las mujeres durante la guerra (trabajando en fábricas, hospitales, etc.) dio un fuerte impulso a la lucha por sus derechos. El sufragio femenino se extendió en numerosos países (como Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Países Bajos) en los años inmediatamente posteriores a la guerra, y su incorporación al mercado laboral se hizo más visible.
- Inestabilidad y gérmenes de futuros conflictos: A pesar del aparente triunfo de la democracia y la autodeterminación, las duras condiciones impuestas a los vencidos (especialmente a Alemania), las disputas fronterizas no resueltas, las dificultades económicas y la agitación social crearon un clima de resentimiento e inestabilidad. Este caldo de cultivo facilitaría, en las décadas siguientes, el ascenso de ideologías totalitarias como el fascismo y el nazismo.
Consecuencias Económicas y Sociales
- Pérdida de la hegemonía europea: La guerra marcó el declive económico de Europa y el ascenso de Estados Unidos como principal potencia económica mundial. Los países europeos quedaron devastados materialmente y endeudados masivamente, principalmente con EE. UU.
- Destrucción y endeudamiento: Se estima que Francia perdió cerca del 30% de su riqueza nacional y Alemania el 22%. El potencial industrial europeo se redujo drásticamente (alrededor de un 40%) y el agrícola también sufrió enormemente (un 30%). La reconstrucción requirió enormes inversiones y tiempo.
- Inflación y crisis: La financiación de la guerra mediante la emisión de deuda y moneda provocó fuertes procesos inflacionarios. La situación fue particularmente dramática en Alemania, que sufrió una hiperinflación descontrolada a principios de los años 20, aniquilando los ahorros de la clase media.
- Ascenso económico de EE. UU. y Japón: Mientras Europa se destruía, Estados Unidos se convirtió en el gran acreedor mundial. Su industria y agricultura crecieron exponencialmente para abastecer a los aliados, y su PIB casi se duplicó durante la guerra. Japón también experimentó un notable crecimiento económico, expandiendo su influencia en Asia y el Pacífico.
- Cambios sociales: La guerra trastocó las estructuras sociales tradicionales. Hubo un éxodo rural hacia las ciudades, se intensificaron las tensiones sociales y el movimiento obrero ganó fuerza en algunos países, mientras que en otros las clases medias empobrecidas se volvieron receptivas a movimientos autoritarios. La experiencia compartida de las trincheras y el luto masivo marcaron profundamente a toda una generación.