El 1 de abril de 1939, Franco daba por terminada la Guerra Civil. La victoria le otorgaba un poder absoluto para “construir el nuevo Estado y recuperar la España imperial y católica”. La dictadura franquista fue un periodo largo (1939-1975) que ha sido analizado desde diversas perspectivas. Aunque a lo largo de esos años el elemento permanente es la figura del dictador, no se puede considerar idéntico el periodo de la posguerra que el de los años 70, ya que el franquismo fue, también, un sistema político-social que evolucionó para garantizar su permanencia y continuidad. Ello ha conducido a establecer distintas etapas. El profesor E. Moradellos propone las siguientes:
Etapas del Franquismo
- 1936-39. Configuración inicial del régimen durante la Guerra Civil.
- 1939-45. Etapa nacional-sindicalista coincidente con el desarrollo de la II Guerra Mundial.
- 1945-59. Etapa nacional-católica, de aislamiento y de posterior ingreso en la esfera internacional.
- 1959-69. Etapa autoritaria de desarrollismo tecnocrático.
- 1969-75. Tardofranquismo y fin del régimen.
La naturaleza del régimen también enfrenta a los historiadores sobre si fue fascista o totalitario; si fue una dictadura militar o un régimen simplemente autoritario, conservador y clerical; o si fue una mezcla de todo. Su complejidad no impide definirlo como una dictadura personal (Franco tenía todos los poderes y los ejercía de forma absoluta), que suprimió derechos y libertades, represora y sin una ideología elaborada. La dictadura siempre persiguió el objetivo de mantener el control social, de asegurar que las fuerzas conservadoras se mantuvieran en el poder y de restablecer un orden tradicional, identificado con el pasado glorioso de España, que había sido destruido por el liberalismo y la democracia.
El régimen se dotó desde el principio de símbolos, leyes o instituciones fascistas (p. ej. culto al líder), algunas de las cuales permanecieron hasta el final. Otras desaparecieron a lo largo de los años, especialmente desde la derrota de los fascismos en la II Guerra Mundial. Entonces Franco cambió su discurso, negó el carácter fascista de su régimen y lo presentó como algo propio y español.
El nuevo Estado había nacido sin Constitución, sin partidos políticos ni libertades civiles. Esta falta de legalidad democrática se cubrió con Leyes Fundamentales, promulgadas por las necesidades y evolución del régimen:
- Fuero del Trabajo (1938): Fundamento del sindicalismo vertical y del nacional sindicalismo.
- Ley Constitutiva de las Cortes (1942): Establecía el sistema de representación orgánica, es decir, de carácter corporativo (la familia, el municipio, el sindicato). Tenía carácter consultivo.
- Fuero de los Españoles (1945): Recogía los derechos de los españoles, limitados a la obediencia a los principios del régimen y establecía la confesionalidad católica del Estado.
- Ley de Referéndum Nacional (1945): Permitía someter a consulta las decisiones del gobierno o las Cortes.
- Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947): Significaba el reconocimiento de España como una monarquía sujeta a los principios del «Movimiento Nacional» pero dejaba claro que la Jefatura del Estado pertenecía a Franco, calificado como «caudillo» y «generalísimo». El propio dictador nombraba a su heredero a título de rey. Con esta ley nacieron dos instituciones: el Consejo del Reino y el Consejo de Regencia.
- Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Sintetizaba los principios fundamentales en los que estaba basado el régimen. Las ideas falangistas eran asumidas por el Movimiento y, éste, perdía cotas de poder. La fórmula del nuevo Estado era el propio movimiento por encima de corrientes, familias políticas,… (en ese sentido especie de partido único al modo fascista).
- Ley Orgánica del Estado (1966): Aprobada mediante referéndum, en ella, se separaban las funciones y competencias del Jefe de Estado y las del Presidente del Gobierno.
Bases ideológicas y sociales
Franco contó con el apoyo del ejército, la Iglesia y la Falange que constituyeron los pilares del régimen. Franco tuvo la habilidad de controlarlas en beneficio propio y del sistema.
- El Ejército. Depurado (de elementos monárquicos p. ej.), se convirtió en la columna vertebral y base del régimen. Fue siempre fiel a Franco, quien se sirvió de él para garantizar el orden. Además, los tribunales militares tuvieron jurisdicción sobre delitos políticos. Franco y los militares compartían los mismos ideales: eran los vencedores y gozaron de privilegios como personas y como institución; muchos ministros fueron militares. Aunque existieron problemas dentro del ejército: como ya se ha señalado algunos militares eran monárquicos y también surgieron críticas respecto a la escasa modernización del mismo.
- La Iglesia. Bendijo y legitimó moral y espiritualmente el