El Franquismo en España (1939-1975)
1. La creación del Estado franquista
1.1. Orígenes y características del régimen
La primera gran etapa del Franquismo se extiende desde la victoria en la Guerra Civil (1939) hasta la puesta en marcha del Plan de Estabilización (1959). Sus orígenes se remontan al nombramiento del general Franco como jefe político y militar de los sublevados en Burgos el 1 de octubre de 1936. Este nombramiento fue clave para la victoria de los golpistas, ya que Franco supo concentrar el poder en su persona, acumulando títulos como Generalísimo, Caudillo, Jefe del Gobierno y del Estado Español, y Jefe Nacional del Movimiento (FET de las JONS).
Aunque el régimen evolucionó con el tiempo, nunca abandonó su carácter de dictadura personal, identificada con el pensamiento de las derechas autoritarias de entreguerras. Sus rasgos más significativos fueron:
- Rechazo de la sociedad burguesa contemporánea y nostalgia por la España «triunfante» del pasado.
- Aversión hacia las instituciones liberales y la democracia parlamentaria.
- Represión del socialismo, el comunismo y el movimiento obrero.
- Nacionalismo centralista exacerbado y xenofobia.
- Catolicismo conservador y contrario al laicismo.
- Defensa de un orden social rígido basado en la familia y la propiedad privada.
1.2. Grupos ideológicos y apoyos sociales
A pesar de su rigidez ideológica, el Franquismo también mostró un marcado pragmatismo, evolucionando desde un régimen próximo al fascismo hacia una dictadura paternalista. Franco supo apoyarse en diferentes grupos sociales e ideológicos según la coyuntura. Entre sus apoyos se encontraban:
- Pequeños y medianos propietarios rurales, especialmente en el norte del país.
- Clases medias de ciudades pequeñas y capitales de provincia.
- Oligarquía agraria, industrial y financiera, y pequeños y medianos empresarios.
Los grupos ideológicos que conformaron los pilares del Franquismo fueron:
- El Ejército: Su influencia se extendía a todos los sectores. Los militares ocuparon puestos políticos de responsabilidad, especialmente al inicio del régimen, y aseguraron su supervivencia por la fuerza.
- El Clero: La Iglesia, que había acusado a la República de anticlerical, apoyó al Franquismo con su propaganda. Este apoyo se mantuvo hasta el Concilio Vaticano II (1962-1965), que impulsó un espíritu más aperturista en algunos sectores.
- La Falange: Partido único del régimen, cuyas ideas fueron claves en su formación y control social. Perdió peso político tras la salida de Serrano Súñer.
- Monárquicos: Tuvieron menos protagonismo. Los católicos y el Opus Dei fueron responsables de las carteras de educación y economía.
2. Etapas de la dictadura
2.1. Autarquía y aislamiento (1939-1959)
2.1.1. La construcción del régimen (1939-1951)
Entre 1938 y 1942, la figura más relevante fue Serrano Súñer, ministro de Gobernación encargado de diseñar un Estado nacional-sindicalista. Franco se rodeaba de la facción que más le convenía en cada momento. A partir de 1945, con la derrota de los fascismos, aumentó la influencia de los católicos (ACNP y Opus Dei). Franco intentó suavizar los rasgos fascistas del régimen y presentarse como defensor de un nacionalcatolicismo. Destacaron figuras como Martín Artajo (Asuntos Exteriores) y Carrero Blanco (subsecretario de la Presidencia).
Se promulgaron leyes para legitimar el Estado, como el Fuero del Trabajo (1938) y la Ley Constitutiva de Cortes (1942). A partir de 1945, se impulsó la legislación con:
- El Fuero de los Españoles (1945), que recogía derechos y deberes fundamentales supeditados a los principios del Estado.
- La Ley de Referéndum Nacional (1945).
- La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), con la promesa de una futura restauración monárquica.
En 1951, se produjeron protestas sociales y huelgas que impulsaron cambios políticos y económicos.
2.1.2. La consolidación del régimen (1951-1959)
Aumentó la presencia católica en el gobierno, con la incorporación de tecnócratas del Opus Dei a partir de 1957. Los conflictos de 1956 convencieron a Franco de la necesidad de un cambio, encomendado al equipo de López Rodó, que diseñó el Plan de Estabilización de 1959. Este plan contribuyó a la liberalización económica, aunque se mantuvo la represión y se continuó la institucionalización del régimen con leyes como:
- La Ley de Procedimiento Administrativo (1958).
- La Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), que definía el régimen como una monarquía tradicional, católica, social y representativa.
2.2. Apertura y desarrollismo (1959-1973)
La crisis económica y las presiones del Banco Mundial y el FMI llevaron a miembros del Opus Dei al gobierno. Las políticas aperturistas se concretaron en el Plan de Estabilización de 1959 y en los planes de desarrollo económico y social (1964-1975). Estas medidas provocaron el «milagro económico español» de los años 60 y las transformaciones demográficas y sociales que llevaron a la caída del régimen en los 70.
2.3. Tardofranquismo (1969-1975)
Se caracterizó por las luchas de poder entre las «familias» del régimen: aperturistas, inmovilistas («búnker») y conservadores. La caída de las dictaduras en Portugal y Grecia, la crisis económica y la sociedad española, cada vez más liberal y democrática, llevaron a la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 y al inicio de la transición democrática.
3. El contexto internacional: del aislamiento al reconocimiento exterior
Durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista mantuvo una postura de no beligerancia, aunque con cierta simpatía hacia las potencias del Eje. Franco se entrevistó con Hitler en 1940, pero España no entró en la guerra. A partir de 1942, el régimen adoptó una postura más neutral.
Tras la guerra, España sufrió un aislamiento internacional: exclusión de la ONU, abandono de los embajadores y bloqueo diplomático y económico. Sin embargo, la Guerra Fría y el anticomunismo llevaron a Estados Unidos a acercarse al régimen a partir de 1950. En 1953, España firmó el Concordato con la Santa Sede y los Pactos de Madrid con Estados Unidos (asistencia económica y bases militares). En los años 60, se mantuvieron los acuerdos con Estados Unidos y España solicitó el ingreso en la CEE en 1962. Se firmaron tratados comerciales con países europeos y se continuó la descolonización en África. La entrada en la UE se retrasó hasta los años 80 debido al carácter antidemocrático del régimen.