El Franquismo: Etapas, Relaciones Internacionales y Crisis del Régimen

Institucionalización del Régimen. Relaciones Internacionales y Etapas Políticas

El nuevo Estado nunca tuvo una constitución, sino que se dirigió por la creación de un aparato legislativo que se basaba en la aprobación de las llamadas Leyes Fundamentales del Reino. Destacan:

Leyes Fundamentales del Reino

  1. Ley de la Administración Central del Estado (1938): Otorgaba a Franco el papel de jefe del Estado, el poder ejecutivo como Presidente del Gobierno, y el poder legislativo al tener la potestad de dictar normas.
  2. El Fuero del Trabajo (1938): Estuvo inspirada en la Carta di lavoro de Mussolini, que realzaba el valor del trabajo y definía el papel de los sindicatos (empresarios y trabajadores), “sindicatos verticales” controlados por el Estado.
  3. Ley de Creación de las Cortes Españolas (1942): Las Cortes se organizaron como un órgano consultivo y sus miembros “procuradores” eran elegidos por el dictador o por las instituciones del régimen, los municipios, los sindicatos verticales, las cámaras de comercio.
  4. Fuero de los Españoles (1945): Definía los derechos y deberes de los españoles, condicionado por la sumisión a la Dictadura y por la unidad espiritual de España. Es aprobado tras la victoria aliada en la IIGM, pretendía reducir la imagen dictatorial del régimen. Por ello España fue definida como un régimen en el que la representación se ejerce al margen del sufragio universal.
  5. Ley de Referéndum Nacional (1945): Establecía la posibilidad de realizar votaciones para leyes de especial trascendencia. Sólo se realizaron dos: Para la Ley de Sucesión (1947) y para reafirmar los principios autoritarios de régimen con la Ley orgánica del Estado de 1967.
  6. Ley de Sucesión de la Jefatura del Estado (1947): España quedaba definida como “un Estado católico, social y representativo que quedaba constituido como Reino”. La ley daba carácter vitalicio la permanencia de Franco en la jefatura del Estado y el derecho para elegir a su sucesor. Por ello se creó el Consejo de Estado, que daría asistencia a Franco. Este pactó con Don Juan de Borbón que la sucesión recaería en su hijo, el infante Juan Carlos.
  7. Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional (1958): Estableció las bases sobre las que se sustentaba el régimen: la familia, la patria y la religión, además de proclamar el obligado respeto al resto de Leyes fundamentales.
  8. Ley Orgánica del Estado (1967): Trataba aspectos como la jefatura del Estado, la presidencia del Gobierno, la Administración, la Justicia, Las Fuerzas Armadas, la relación entre los poderes y la representación popular en las Cortes.

Relaciones Internacionales y Etapas Políticas

La dictadura Franquista experimentó grandes cambios a lo largo de tres etapas que se podrían subdividir en otros periodos más cortos:

El triunfo y asentamiento del régimen (1939-1959)

a) Período de fascistización (1939-1945)

En abril de 1939, Franco se adhirió al Pacto Antikomintern, suscrito por Alemania, Italia y Japón, y abandonó la Sociedad de Naciones. La IIGM comenzó a finales de 1939 y Franco tuvo que proclamar la neutralidad de España. Pero volvió a acercarse al Eje y a mediados de 1940, declaró a España como no beligerante. En octubre Franco se reunió con Hitler en Francia. Hitler pretendía que España se uniera a la contienda, pero Franco le pidió gran cantidad de armas, combustible y víveres, que Hitler no aceptó. Pero Franco apoyó la invasión alemana de la URSS, y envió la División Azul. En octubre de 1943, el avance aliado llevó a Franco a establecer la neutralidad de España y retirar la División Azul. En agosto de 1939, Franco formó su segundo Gobierno, con predominio de falangistas y con Ramón Serrano Súñer. Pero el poder de la Falange generó recelos en la Iglesia católica y el ejército. Las tensiones entre las familias del régimen acabaron con el cese en 1942 y sustituido por el Conde de Jordana.

b) Aislamiento internacional (1945-1950)

La IIGM terminó en 1945, con la derrota del Eje. La España franquista fue excluida de la Conferencia de San Francisco. El Caudillo reaccionó introduciendo cambios de aspecto democrático: promulgó el Fuero de los Españoles; formó un nuevo Gobierno con predominio de católicos, postergando a los falangistas; eliminó el saludo fascista; denominó Movimiento Nacional al partido único, y promulgó la Ley de Referéndum Nacional, pero los cambios no sirvieron de mucho. A finales de 1946, la ONU condenó el régimen franquista y la mayoría de los países rompieron relaciones diplomáticas con España. Y el gobierno contestó con desprecio hacia Europa, condenó al país a la autarquía, reforzando el aislamiento de España. Entre 1948 y 1950, España firmó acuerdos comerciales y financieros con Estados Unidos, Francia y el Reino Unido. A finales de 1950, gracias al apoyo estadounidense, Naciones Unidas anuló la condena del régimen franquista.

c) Época del nacionalcatolicismo (1950-1959)

El régimen franquista tuvo que enfrentarse en 1951 a algunas protestas obreras en ciudades que fueron reprimidas con fuerza. Franco nombró un nuevo Gobierno al mando del almirante Luis Carrero Blanco, con predominio de los católicos. En 1953, España firmó un Concordato con la Santa Sede, que reforzó la influencia social de la Iglesia católica. Franco y Dwight Eisenhower de EEUU, firmaron los Pactos de Madrid, un acuerdo por el que España recibía suministros y créditos estadounidenses; a cambio, el país aceptaba el establecimiento de cuatro bases militares en su territorio. En 1955, España ingresó como miembro de pleno derecho en la ONU, que además fue admitida en otros organismos internacionales como el FMI o el BM. En 1956, los estudiantes universitarios de Madrid se rebelaron contra el control que ejercía Falange desde el Sindicato Español Universitario (SEU) y fueron reprimidos con fuerza. En 1957 Carrero Blanco convenció a Franco para que diese los ministerios de Comercio y Hacienda a dos personas con formación técnica pertenecientes a la organización católica, el Opus Dei. Estos comenzaron a trabajar en un programa de racionalización y liberalización económica. En 1958, Franco anunció la Ley de Principios del Movimiento Nacional que reconocía España como «una monarquía tradicional, católica, social y representativa» y, en 1959 inauguró el Valle de los Caídos.

El desarrollismo económico (1960-1969)

Los políticos de la dictadura se dividieron en dos posturas:

  • Los aperturistas: pretendían introducir cambios acordes a la nueva realidad social y cultural de España. Para la continuidad del régimen, preferían un sistema presidencialista liderado por un militar. Sus partidarios procedían del Movimiento Nacional, y entre sus representantes destacaban los ministros Manuel Fraga Iribarne, Fernando María Castiella y José Solís Ruiz. Con José Solís al frente impulsaron iniciativas desde la Organización Sindical. La más importante terminó en 1966 con las elecciones sindicales de enlaces y vocales jurados. Pero estos comicios no reforzaron sus posiciones porque la izquierda accedió a puestos de representación sindical, y tampoco resultó su proyecto de ampliación de la participación popular. Si consiguieron que se promulgara la Ley de Prensa e Imprenta, y la Ley de Libertad Religiosa.
  • Los inmovilistas: se orientaron al refuerzo del control sobre la población, a la mejora de los servicios sociales y a la institucionalización del régimen por medio de la instauración de una monarquía del príncipe Juan Carlos. El grupo formado por los tecnócratas del Opus Dei, liderados por Carrero Blanco, los falangistas más tradicionales y los altos mandos de las Fuerzas Armadas. Entre sus éxitos destaca la promulgación de la Ley de Orden Público (1959). Su declaración permitiría afrontar situaciones graves otorgando mayores poderes al Gobierno y a las Fuerzas Armadas, y permitiendo la restricción o la suspensión de derechos fundamentales. La mejora de la protección social tuvo dos acontecimientos destacados: la promulgación de la Ley de Bases de la Seguridad Social y la Ley General de la Seguridad Social en la que se concretaban los principios de la ley anterior. La institucionalización del régimen, se completó con la promulgación de una nueva Ley Fundamental, la Ley Orgánica del Estado (1967). En el mismo año, Carrero Blanco reforzó su posición tras su nombramiento y consiguió que en 1969, Franco comunicase al Consejo de Ministros la designación de su sucesor, el príncipe Juan Carlos, al frente de una monarquía. Al día siguiente, Juan Carlos juró lealtad a Franco, al Movimiento Nacional y a las Leyes Fundamentales del Reino. Además, el príncipe reconoció la legitimidad política del régimen franquista.

El tardofranquismo (1970-1973)

Tras el nombramiento de Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco, se agravó el enfrentamiento entre inmovilistas y aperturistas. Estos últimos aprovecharon el Caso Matesa en el que se vieron implicados varios ministros tecnócratas, para atacarlos. A finales de 1969, Franco resolvió la crisis destituyendo a los ministros implicados, a los aperturistas que habían dado publicidad al tema y formado un nuevo Ejecutivo: el Gobierno monocolor. Con el nuevo Ejecutivo, integrado por tecnócratas o personas afines a Carrero Blanco, Franco rompía el equilibrio entre las familias del régimen que siempre había intentado mantener. Durante este Gobierno aumentaron las diferencias entre inmovilistas y aperturistas y apareció un tercer sector franquista. Liderado por Manuel Fraga, Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa, Pío Cabanillas y Francisco Fernández Ordóñez. El principal objetivo de Carrero Blanco era preparar la sucesión de Franco, pero está se complicó al anunciarse el compromiso matrimonial de la nieta mayor de Caudillo, Carmen Martínez-Bordiú, con Alfonso de Borbón y Dampierre, primogénito del segundo hijo de Alfonso XIII. Franco otorgó a Alfonso de Borbón el título de Duque de Cádiz y le asignó el segundo puesto en la línea sucesoria. El Gobierno monocolor destacó en política exterior, alcanzando acuerdos comerciales con la Comunidad Económica Europea, Estados Unidos e, incluso, algunos países comunistas. Los trabajadores se movilizaron y participaron en huelgas. Fueron habituales los desórdenes en las universidades. La subversión política fue perseguida y miles de militantes de los partidos ilegales fueron juzgados por el Tribunal de Orden Público. Los nacionalismos catalán y vasco hicieron públicas sus reclamaciones. A mediados de 1973 Franco confió a Carrero la formación de un nuevo Gobierno, en el que incluyó a personas de su confianza, con Carlos Arias Navarro, partidario de la apertura. Carrero Blanco en 1973 fue asesinado por ETA en Madrid.

La crisis del franquismo – El Gobierno de Arias Navarro (1974-1975)

Tras el asesinato, Franco nombró presidente del Gobierno a Carlos Arias Navarro, quien intentó mantener cierto equilibrio en su Ejecutivo entre las familias del régimen, pero excluyendo a los tecnócratas. El presentó el Gobierno ante las Cortes el 12 de febrero de 1974. En su discurso anunció su voluntad de tomar medidas aperturistas, como el incremento de la participación política de la ciudadanía, la elección “orgánica” de los alcaldes y presidentes de las diputaciones provinciales, el aumento del número de procuradores electos en las Cortes o la creación de asociaciones políticas dentro del Movimiento Nacional. A esta voluntad de apertura controlada se la denominó “espíritu del 12 de febrero”. A finales de febrero, el obispo de Bilbao, Antonio Añoveros, fue detenido y confinado por Arias Navarro a marcharse de España por defender en una homilía la libertad del pueblo vasco y el derecho a conservar su identidad. Añoveros recibió el apoyo del Papa, del cardenal Tarancón y de la Conferencia Episcopal Española, que amenazó con excomulgar a quien ordenara su expulsión. Franco paró a Navarro para evitar la excomunión del presidente y la ruptura con la Santa Sede. En marzo el espíritu de apertura quedó en entredicho: el Gobierno decidió la ejecución del anarquista catalán Salador Puig Antich, lo que desató una nueva oleada de protestas contra el régimen. En abril, un golpe de Estado militar en Portugal, apoyado por la población civil, puso fin de forma pacífica a la longeva dictadura de António de Oliveira Salazar. La facilidad con la que fue derrocado el régimen luso y el entusiasmo de la población con la llamada Revolución de los Claveles generaron inquietud en Franco y el Gobierno, que reaccionaron reforzando la represión para evitar el ejemplo portugués. Días después de la liberación lusa, miembros del sector más conservador de los inmovilistas, publicaron artículos criticando el aperturismo del Gobierno y la necesidad de combatir más enérgicamente cualquier manifestación de subversión. En julio de 1974, Franco, fue hospitalizado y tuvo que ceder el poder a Juan Carlos de Borbón, quien asumió la jefatura del Estado. El Caudillo reasumió el poder a principios de septiembre, ante la crisis de la colonia del Sahara Occidental, por la pretensión del rey Hassan II de incorporarla a Marruecos. ETA perpetró un atentado con una bomba en la calle Correo de Madrid, que causó la muerte de 13 civiles. El “búnker” aprovechó la coyuntura para volver a atacar al Gobierno hasta que, la presión provocó la destitución del ministro Pío Cabanillas, que había intentado ampliar la libertad de prensa de acuerdo al nuevo espíritu aperturista. Enseguida se produjo la dimisión en cascada de otros altos cargos reformistas. Arias Navarro continuó con sus intenciones aperturistas y en diciembre consiguió que se aprobara el proyecto de asociaciones políticas. La desunión en el seno del régimen crecía al mismo tiempo que la vitalidad de Franco se agotaba. Se observaba el final de la dictadura, afectada por la crisis del petróleo en 1973 y en la que se multiplicaban las protestas contra el Gobierno. La crisis del petróleo perjudicó la economía española, lo que incrementó la oposición antifranquista y el aumento de la conflictividad. También creció la actividad terrorista de ETA y del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP). En julio de 1974, se formó la Junta Democrática en la que se integraron formaciones políticas muy dispares: el PCE, el Partido Socialista del Interior, el partido carlista, monárquicos “juanistas”, algunos grupos de extrema izquierda y Comisiones Obreras, con el objetivo de instaurar la democracia y organizar la convocatoria de un referéndum sobre la forma de Estado (República o Monarquía). Desde mediados de 1975, los acontecimientos se precipitaron:

  • En junio se creó la Plataforma de Convergencia Democrática, formada por el PSOE (dirigido por Felipe González), el PNV, los democristianos, los socialdemócratas y varios grupos de izquierda. Proponían la instauración de la monarquía de Juan Carlos de Borbón en un sistema político democrático y reconocían el derecho de autodeterminación de las regiones con identidad cultural propia. Los partidos democráticos rechazaban el terrorismo de ETA y la lucha armada contra el régimen, y denunciaban el uso de la violencia por la represión franquista.
  • En agosto y septiembre la condena a muerte de tres militares de ETA y ocho del FRAP generó una respuesta popular de rechazo tanto en España como en el extranjero. El 27 de septiembre, cinco de los acusados fueron ejecutados. Este hecho propició la condena internacional y de la Iglesia católica, y una huelga general en el País Vasco.
  • En octubre, un grupo armado comunista llamado GRAPO asesinó en Madrid a cuatro policías, mientras el Movimiento Nacional organizaba en la plaza de Oriente una concentración de apoyo a Franco, cuyas energías se desvanecían.
  • A mediados de octubre, Franco cayó enfermo. El 30 de octubre, consciente de su gravedad, cedió el poder a Juan Carlos, quien tuvo que hacer frente a la crisis del Sahara Occidental. El rey de Marruecos organizó una marcha de civiles marroquíes a la colonia española, la denominada Marcha Verde, para forzar al régimen franquista a entregarle el territorio. El 14 de noviembre se firmó el Acuerdo Tripartito de Madrid, por el que España se retiraba de la colonia y cedía la administración de la mitad norte de Marruecos y de la mitad sur a Mauritania, con la condición de que ambos países se comprometieran a respetar la voluntad de la población saharaui en el marco de la ONU.

El 20 de noviembre de 1975 Franco falleció. Al día siguiente, Arias Navarro anunció la muerte del dictador y el 22 de noviembre, Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey por las Cortes franquistas, tras jurar los principios del Movimiento Nacional. Y el 24 el Generalísimo fue enterrado en el Valle de los Caídos.

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