El Franquismo: Ideología, Soportes Sociales, Evolución y Exilio

1. Fundamentos Ideológicos del Franquismo

El franquismo se caracterizó por ser una dictadura personal. Sus principales pilares ideológicos fueron:

  • Nacionalismo español centralista.
  • Estricto catolicismo (nacionalcatolicismo).
  • Referentes históricos basados en el pasado imperial de los Reyes Católicos, la conquista de América y el Imperio de los Austrias.
  • Rechazo al liberalismo, la masonería, los judíos, socialistas y comunistas, la democracia y la separación de poderes.
  • Exaltación de los valores militares y una concepción de la vida fundada en los valores conservadores tradicionales.

Fue un movimiento próximo al fascismo, pero con diferencias notables respecto al fascismo italiano y el nazismo: falta de un partido único cohesionado, mayor influencia del ejército y del catolicismo, y ausencia de planteamientos racistas.

2. Apoyos Sociales del Franquismo

Las bases sociales del franquismo variaron durante sus 40 años, pero en general incluyeron:

  • Militares: Apoyo decidido y fiel. Muchos altos cargos políticos fueron militares.
  • Iglesia: Legitimó la dictadura ante la opinión pública, aunque algunos sectores fueron hostiles.
  • Tradicionalistas (carlistas) y Falange: Se unieron en Falange Española Tradicionalista y de las JONS.
  • Terratenientes, financieros, empresarios, propietarios agrarios y la clase media campesina.
  • Una parte del pueblo español aceptó la dictadura activa o pasivamente, sobre todo a partir del desarrollo económico de los años 60.

3. Evolución Política y Coyuntura Exterior: Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional

La primera etapa del franquismo, hasta 1957, se conoce como etapa totalitaria y se divide en tres fases:

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

Inicialmente, España se declaró neutral, luego pasó a la no beligerancia en momentos de éxito de Alemania, y volvió a la neutralidad en 1942. En la política interna, se crearon las Cortes para mostrar una imagen más representativa y se promulgó el Fuero de los Españoles (declaración de derechos pseudoconstitucional).

Aislamiento Internacional (1945-1950)

Tras la Segunda Guerra Mundial, España quedó aislada internacionalmente por su proximidad ideológica al bando derrotado. No fue admitida en la ONU y muchos países retiraron a sus embajadores. Internamente, se promulgó la Ley de Sucesión, convirtiendo a España en un reino, pero con Franco como jefe de Estado, quien podía nombrar a su sucesor. El príncipe Juan Carlos se educó en España a partir de 1948.

Guerra Fría (1950-1959)

Esta etapa marcó una apertura al exterior. En el contexto de la tensión entre EEUU y la URSS, la situación estratégica de España hizo que EEUU cambiara su posición hacia el franquismo. Se concedieron préstamos a España, se anuló el aislamiento de la ONU, y en 1952, España fue admitida en la UNESCO. En 1953, se instalaron bases militares norteamericanas a cambio de ayuda militar y económica (Plan Marshall). También se firmó un Concordato con el Vaticano en 1953. En 1955, España fue admitida en la ONU y en 1959 fue visitada por el presidente norteamericano. Internamente, se promulgó la Ley Fundamental de Principios del Movimiento Nacional en 1958.

4. El Exilio

El exilio republicano español fue el conjunto de ciudadanos españoles que, durante la Guerra Civil (1936-1939) y la posguerra, se vieron forzados a abandonar su tierra por motivos ideológicos, de conciencia o por temor a las represalias del bando vencedor. Permanecieron en el extranjero hasta que las circunstancias internas permitieron su regreso, aunque no todos volvieron.

Muchos de los primeros refugiados afrontaron duras condiciones de vida, agravadas por la Segunda Guerra Mundial. El exilio republicano permanente fue alto e incluyó a políticos, funcionarios, niños, intelectuales, personalidades de la cultura y artistas, científicos y personas de profesiones cualificadas. Los principales países de destino fueron Argentina, Francia y México.

Con el tiempo, la evolución política interna de España y el progresivo proceso de reconciliación, que culminaron con la transición española y la instauración de la democracia, permitieron el regreso de los exiliados, aunque muchos se quedaron en el extranjero.

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