El Franquismo: Orígenes, Evolución y Transición a la Democracia en España

El Inicio del Régimen Franquista (1939-1957)

El 1 de abril de 1939 finaliza la Guerra Civil con la victoria de las tropas franquistas, dando inicio a la dictadura de Franco, cuyo poder se mantuvo hasta su fallecimiento en 1975. La organización política del Estado comenzó durante la Guerra Civil y se configuró a lo largo del régimen, adaptándose a las circunstancias. Sus características esenciales fueron:

  • La jefatura del Estado recaía en la persona de Franco, ejercida con carácter vitalicio.
  • Franco concentraba todos los poderes: jefe del Estado, jefe del ejército, presidente del gobierno y jefe del Movimiento Nacional.
  • Las Cortes Españolas eran el máximo órgano de representación nacional, integradas por procuradores de tres tipos: los designados por el jefe de Estado, los titulares de ciertos cargos de especial relevancia y los elegidos cada cuatro años en representación de los órganos naturales de asociación. Por este motivo, se definía el sistema político como democracia orgánica.
  • El órgano de representación en el mundo del trabajo era la Organización Sindical Española, controlada por el Movimiento Nacional.
  • A falta de una constitución democrática, existían las Leyes Fundamentales, siete leyes de máximo rango que organizaron los poderes del Estado y establecieron el nuevo marco legal, definiendo un Estado autoritario, personalista y centralista. Las Leyes Fundamentales son el Fuero del Trabajo, la Ley Constitutiva de las Cortes, el Fuero de los Españoles, la Ley de Referéndum Nacional y la Ley Orgánica del Estado. El control territorial se completaba a través de un gobernador civil en cada provincia y un capitán general en cada región militar.

El franquismo se apoyó en tres pilares: el ejército, la iglesia y el Movimiento Nacional.

Desarrollo Económico y Cambios Sociales (1957-1973)

Las primeras dos décadas del régimen estuvieron dominadas por la autarquía, la escasez y la penuria. En 1957, Franco incorporó al gobierno a los tecnócratas, quienes reorientaron la política económica hacia posturas capitalistas. El Plan de Estabilización de 1959, un conjunto de duras medidas de reajuste, liberalizó la economía y puso en marcha los Planes de Desarrollo. Estos planes pretendían iniciar un desarrollo acelerado del país, siendo obligatorios para las empresas públicas y valorando la implicación de las privadas, ofreciendo ventajas fiscales, financieras y laborales a las que se implicaban.

Estos planes incluían la creación de los polos de desarrollo: instalación de empresas en zonas atrasadas, con potencial económico, mediante la concesión de ayudas y ventajas de diverso tipo. El objetivo era alcanzar un desarrollo equilibrado por todo el país, creándose 12 polos de desarrollo. Entre 1960 y 1973, la economía española creció y se emprendió una modernización de los sectores económicos, aunque se originaron desequilibrios regionales. Una parte de la población emigró al extranjero y la balanza comercial era deficitaria. El déficit comercial se compensó con tres fuentes de ingresos: la inversión de capital extranjero, la recepción de remesas de los emigrantes y el turismo europeo.

El desarrollo económico propició importantes cambios sociales, que afectaron a la demografía con un aumento de los nacimientos en los años 60. Las migraciones interiores adquirieron una magnitud sin precedentes debido a la atracción de la industria y los servicios en las grandes ciudades. Con este desarrollo, España pasó de ser un país agrario a uno industrializado y de servicios. Apareció una incipiente sociedad de consumo, visible en la dotación de electrodomésticos en los hogares y el aumento de la demanda de coches. Se produjeron cambios en la mentalidad de la población y se impusieron nuevas costumbres de Europa.

Crisis y Final del Franquismo (1973-1975)

Entre 1973 y 1975, el franquismo afrontó una situación de crisis creciente que se manifestó en el plano económico, en la inestabilidad política y en la política exterior. En el terreno económico, la crisis del petróleo de 1973 provocó la subida de los precios y frenó la expansión económica. España se vio afectada por su dependencia energética y por su dependencia de la economía internacional. Con la crisis internacional, la economía española entró en una fase de depresión reflejada en el retorno de migrantes y en el aumento del paro y la inflación.

En el tramo final de la dictadura, la inestabilidad política se agravó en diciembre de 1973, cuando ETA asesinó a Carrero Blanco, presidente del gobierno y mano derecha de Franco. El nuevo presidente, Arias Navarro, fue incapaz de renovar el régimen. El PCE y otras fuerzas de izquierda crearon la Junta Democrática, y el PSOE formó con otros grupos la Plataforma de Convergencia. Ambos frentes se fusionaron en la Platajunta tras la muerte de Franco. Creció la movilización social. Las protestas ciudadanas aumentaron con la represión cada vez más dura por parte del régimen, con atentados del FRAP y ETA. Por lo que aprobaron una Ley Antiterrorista, que Franco firmó dos meses antes de morir, cinco penas de muerte que provocaron una repulsa internacional contra el régimen. El escenario se agravó con las dificultades exteriores.

En 1974, tras la caída de las dictaduras de Portugal y Grecia, España quedó como la última dictadura en Europa occidental. La cuestión del Sáhara agudizó la crisis. El gobierno anunció un referéndum en la población saharaui para decidir su futuro. El rey Hassan II de Marruecos organizó una marcha de 200.000 voluntarios, la Marcha Verde, para ocupar la zona. Mediante los Acuerdos de Madrid, firmados entre España, Marruecos y Mauritania, el Sáhara español fue repartido entre Marruecos y Mauritania.

Los problemas de salud de Franco ocasionaron su muerte el 20 de noviembre de 1975. Le sucedió en la Jefatura del Estado Juan Carlos de Borbón, quien asumió el poder con el título de rey y puso en marcha un régimen democrático.

La Transición a la Democracia (1975-1977)

En 1975, tras la muerte de Franco y la proclamación de Juan Carlos I como rey de España, continuó como presidente del gobierno Arias Navarro, un franquista inmovilista opuesto a cualquier cambio. El rey forzó la dimisión de Arias Navarro en 1976. El rey nombró a Adolfo Suárez presidente de gobierno, una persona vinculada al franquismo, quien desde su nombramiento dejó claras sus intenciones reformistas.

Suárez comenzó la democratización del país, que incluía una amnistía para presos políticos sin delitos de sangre. En septiembre de 1976, presentó la Ley para la Reforma Política a las Cortes franquistas. Esta ley pretendía conseguir unas cortes democráticas, el pluripartidismo y la defensa de los derechos fundamentales de la persona. Esta ley permitía la reforma del sistema pasando “de la ley a la ley a través de la ley”. Una vez aprobada por las Cortes franquistas en noviembre, fue sometida a un referéndum popular en diciembre de 1976, obteniendo una amplia aprobación ciudadana.

El camino hacia la democracia estuvo lleno de obstáculos: terrorismo, miedo a un golpe de estado, demandas de los nacionalismos periféricos, presión de la oposición, manifestaciones, etc. Suárez aprobó el decreto ley sobre el derecho de asociación política para legalizar a todos los partidos democráticos y sindicatos. En junio de 1977 se convocaron las primeras elecciones libres a las Cortes desde febrero de 1936. Ganó la Unión de Centro Democrático de Adolfo Suárez y se constituyó el primer gobierno democrático después de la Guerra Civil, cuyo primer objetivo fue elaborar una constitución.

En 1977, las nuevas Cortes aprobaron la Ley de Amnistía, que perdonaba los delitos de intencionalidad política. El objetivo era conseguir la reconciliación social de la población. Para hacer frente a la crisis económica, se impusieron los Pactos de la Moncloa.

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