Contexto Histórico del Manifiesto de Primo de Rivera
El presente texto es una fuente histórica primaria, un manifiesto político redactado por el general Miguel Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923. Su propósito es informar y justificar el golpe de Estado que llevó a cabo, así como exponer sus motivaciones. El documento, de destinatario público, fue dirigido al pueblo español y publicado en el periódico La Vanguardia.
El Reinado de Alfonso XIII y el Regeneracionismo
El contexto histórico se sitúa a principios del siglo XX, durante el reinado de Alfonso XIII. Los primeros años del siglo estuvieron marcados por las secuelas del desastre del 98, que impulsaron una reforma política inspirada en el regeneracionismo. Alfonso XIII, proclamado rey en 1902, asumió un programa de reformas para la prosperidad del país. Durante este periodo, surgieron conflictos como la Guerra de Marruecos, con la derrota de las tropas españolas en 1909, y la Semana Trágica de Barcelona, que provocó la sustitución de Maura por el liberal José Canalejas.
El regeneracionismo liberal de Canalejas se centró en la democratización del sistema, las relaciones entre Iglesia y Estado, la reducción de la conflictividad social y la reordenación del Estado. En 1912, Canalejas fue asesinado. A partir de 1913, el aumento de los conflictos sociales y el impacto de la Primera Guerra Mundial contribuyeron a la desintegración del regeneracionismo.
La Crisis de 1917 y la Inestabilidad Política
Desde 1917, se instauró una situación de inestabilidad debido a la crisis militar, que culminó con la creación de las Juntas de Defensa. Estas forzaron al Gobierno a incrementar la censura de prensa y a suspender las garantías constitucionales. Como consecuencia, se desencadenó una crisis política. Francesc Cambó promovió la creación de una Asamblea de Parlamentarios para convocar Cortes constituyentes y formar un Gobierno provisional, pero la iniciativa fracasó debido a la intervención de la fuerza pública.
La crisis también afectó al ámbito social, con la convocatoria de una huelga general en agosto de 1917, reprimida violentamente por el ejército.
La Profundización de la Crisis y el Desastre de Annual
La inestabilidad de 1917 marcó el inicio de una profunda crisis del sistema que se extendió en los años siguientes. En el ámbito social, destacaron la movilización en Andalucía con el Trienio Bolchevique (1918-1921) y en Cataluña con la huelga de La Canadiense. La crisis se manifestó también en la inestabilidad gubernamental, con diez gobiernos diferentes entre 1918 y 1923. La situación se agravó con la crisis de Marruecos, especialmente tras el desastre de Annual, que evidenció la deficiente organización del ejército y provocó duras críticas de la opinión pública.
El Golpe de Estado de Primo de Rivera
Como consecuencia de esta serie de problemas, el 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, se sublevó. Este golpe de Estado dio inicio a un periodo dictatorial que contó con la aceptación del rey, del Ejército, la burguesía catalana, las élites económicas, las clases medias e incluso una corriente favorable dentro del PSOE.
La Dictadura y sus Consecuencias
El gobierno de Primo de Rivera implementó reformas que incluyeron la represión de libertades y del movimiento obrero, la represión de los nacionalismos y la resolución del problema de Marruecos. En 1925, el régimen militar fue sustituido por uno civil que adoptó medidas similares al modelo fascista italiano, como la economía dirigida y el proteccionismo.
A partir de 1926, el régimen comenzó a perder apoyos, incluyendo la burguesía catalana, el PSOE y parte del Ejército. La creciente oposición anarquista llevó a Primo de Rivera a dimitir en 1930. Tras su dimisión, el general Berenguer dirigió el Gobierno en un periodo conocido como la «dictablanda». El 14 de abril de 1931, tras unas elecciones municipales, se proclamó la Segunda República Española.
Justificación del Golpe de Estado según Primo de Rivera
La idea principal del texto es la intención de Primo de Rivera de justificar su golpe de Estado. Entre las ideas secundarias, se destacan las razones que esgrime para justificar su acción, como el supuesto apoyo popular, la necesidad de liberar al país de los «profesionales de la política» –a quienes culpa de las desdichas desde el desastre del 98–, los problemas en Marruecos, el nacionalismo (aludiendo a la «propaganda separatista»), los asesinatos de exgobernantes y patronos, y la depreciación de la moneda, entre otros problemas.