El Golpe de Estado de Primo de Rivera: El Fin de la Restauración

El Golpe de Estado de Primo de Rivera

Causas del Golpe

El 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera dirigió un golpe de Estado contra el gobierno de García Prieto. En su manifiesto a la nación española y al ejército, Primo de Rivera expresó su intención de liberar a España del sistema político de la Restauración y de sus políticos, a quienes culpaba de la pérdida de las últimas colonias de ultramar.

En el manifiesto, Primo de Rivera detalló las causas que, según él, estaban llevando a España a la ruina y justificaban el golpe de Estado:

  • Asesinatos
  • Situación económica
  • Problema de Marruecos
  • Ataques a la Iglesia Católica
  • Separatismos

Consecuencias del Golpe

El golpe de Estado puso fin al sistema político de la Restauración (1875 – 1923) e inauguró una dictadura militar liderada por Miguel Primo de Rivera hasta su finalización en enero de 1930.

El golpe contó con el apoyo del ejército, la Iglesia y las clases medias urbanas, que estaban cansadas de la conflictividad social. También fue importante la actitud expectante o pasividad inicial de una buena parte del PSOE y UGT.

La Guerra Civil Española

Causas y Consecuencias

La Guerra Civil Española (1936-1939) fue un episodio traumático que marcó la vida y memoria histórica de la sociedad española.

La guerra la ganaron los franquistas, y la consecuencia directa fue el establecimiento de una dictadura militar durante casi cuarenta años dirigida por el general Francisco Franco.

La guerra tuvo un elevado número de víctimas mortales, tanto en los frentes como en las retaguardias. También fueron frecuentes las ejecuciones de personas sospechosas de ayudar o simpatizar con los sublevados.

La posguerra fue de hambre y miseria, y la represión se continuó aplicando por el régimen franquista una vez acabada la guerra.

La Edad de Plata

Las décadas anteriores al estallido de la guerra supusieron un considerable esfuerzo en los planes cultural, científico y educativo; fue el periodo conocido como la Edad de Plata (1898-1936).

Las heridas de la guerra civil perduraron durante decenios, y la persecución y represión de los vencidos fue un rasgo clave del franquismo.

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