El impacto de la Revolución Francesa en España
En 1788 sube al trono Carlos IV, España seguía presentando instituciones del Antiguo Régimen. Entró así en la crisis de la vieja sociedad y se abrió la posibilidad de un intento de revolución liberal en España. La crisis tuvo un momento culminante en 1808. Comenzó una terrible guerra con dos dimensiones: guerra civil enfrentó a los defensores de los Borbones frente a los afrancesados que apoyaban a José I Bonaparte, y una guerra internacional, ya que España fue el principal teatro entre los ejércitos ingleses y franceses. Las autoridades españolas se asustan ante la posibilidad de que el movimiento se extienda a los Pirineos y Floridablanca toma medidas para frenarlo, que no pudo y perdió la confianza de Carlos IV y este le encomienda el gobierno al Conde de Aranda. Godoy hace un acuerdo con los franceses en la Paz de Basilea, en julio de 1795, y España recupera su integridad territorial a cambio de ceder a Francia su parte de la isla de Santo Domingo. El Pacto de San Ildefonso restaura la alianza francoespañola para luchar con Inglaterra, pero más tarde la Marina española era diezmada en la Batalla del Cabo de San Vicente, quedando desprotegido el mercado ultramarino. Toma el poder Napoleón, que obliga a Godoy a dirigir la invasión a Portugal, con el objetivo de cerrar sus puertos al comercio británico. En 1802, Francia e Inglaterra firman la paz, pero enseguida reanudan sus hostilidades y las tropas de España caen en Trafalgar. A finales de 1807, la situación del país era caótica, bancarrota de la Hacienda y crecía el desprestigio de las instituciones. La nobleza se unió al príncipe heredero Fernando. El clero convenció a las clases populares de que Godoy era el culpable de todos los males. En octubre de 1807 fue descubierta una conspiración de Fernando apoyado por la camarilla. El Príncipe de Asturias, tras el proceso de El Escorial, obtuvo perdón de sus padres y delató a todos sus partidarios que fueron desterrados.
Guerra de la Independencia
El ejército francés al mando del mariscal Murat entró en España en 1808. Godoy asustado, preparó el viaje de la familia real en caso de peligro y la trasladó a Aranjuez. Las guerras y tratados con los franceses desataron la ira popular, manifestada en el Motín de Aranjuez. El motín provocó la caída del valido y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Napoleón decidió hacer de España un estado satélite de Francia. Carlos IV pidió ayuda al emperador francés, que les engañó y les obligó a abdicar en Bayona y nombró rey de España a su hermano José Bonaparte. José I convocó una asamblea de notables españoles, que firmaron el Estatuto de Bayona que establecía un régimen con soberanía real y cortes estamentales. El 2 de mayo de 1808 se produjo un levantamiento espontáneo del pueblo de Madrid contra el invasor, impidieron salir del Palacio de Oriente. Oficiales dieron armas a la gente. Murat reprimió el levantamiento. En unos días se unieron a la rebelión muchas ciudades y provincias. Ante el vacío de poder se crearon las Juntas de Defensa, presididas por Floridablanca, que dirigieron la guerra y gobernaron el país.
La Guerra de la Independencia fue una guerra popular y de liberación nacional contra la dominación francesa. Fue un conflicto internacional iniciado en 1792 en el que participaron Inglaterra, Portugal y España contra Francia. También fue una guerra civil y se observan dos actitudes:
– Los afrancesados: aceptaron al nuevo monarca porque pensaban que así evitarían la guerra. No pueden ser tildados de antiespañoles, lo hicieron por el bien del país.
– El frente patriótico: la mayoría de la población se opuso a la guerra reconociendo a Fernando VII como legítimo rey. Los Jovellanos deseaban la vuelta del rey para continuar reformas. Los liberales aspiraban a que la guerra permitiese hacer una revolución que transformase el Antiguo Régimen. Los absolutistas querían la vuelta del Antiguo Régimen.
Etapas
– De mayo a noviembre de 1808: la resistencia popular se extendió por todo el país y desarticuló el plan francés de ocupación de controlar los principales puertos. El ejército del general Castaños venció al del mariscal Dupont en Bailén, lo que impidió la ocupación de Andalucía.
– De noviembre de 1808 a julio de 1812: Napoleón dirigió la contraofensiva con un ejército de 250,000 de la Grande Armée y avanzó hasta Madrid, donde José I fue restablecido. Zaragoza y Gerona, defendidas por los generales Palafox y Álvarez de Castro, sufrieron duros sitios. Cádiz resistió, los ingleses, dirigidos por Wellington, se replegaron y resistieron en Portugal.
– De julio de 1812 hasta diciembre de 1813: Napoleón retiró sus mejores tropas para la campaña de Rusia. Wellington ocupó Badajoz. Las victorias de los Arapiles y San Marcial dieron fin a la guerra. Napoleón firmó la paz en el Tratado de Valencay y devolvió la corona a Fernando VII.
Consecuencias
La guerra fue un desastre para España. Además de miles de muertos y heridos, las destrucciones fueron enormes y causaron hambre, epidemias, la ruina de la agricultura y ganadería y la paralización del comercio. España quedó arrasada. Los españoles se acostumbraron a resolver sus conflictos con violencia.