El Nacimiento de la Clase Media y la Revolución Industrial
Friedrich Engels describe cómo la clase media surgió con la invención de la máquina de vapor aplicada a la industria del algodón en Inglaterra. Antes de la Revolución Industrial, el tejido se realizaba en los hogares: las mujeres hilaban y los hombres tejían. Las familias vivían del campo, pero obtenían ingresos adicionales a través de este medio, gracias a un mercado interno que demandaba telas, siendo este su único mercado.
Condiciones de Vida Pre-Revolución Industrial
El lento crecimiento de la población y la expansión del comercio ocupaban a todos los obreros, lo que permitía buenos salarios. Incluso, los obreros podían ahorrar y comprar tierras o emprender. No eran campesinos en su totalidad, pero tampoco proletarios. Llevaban una vida tranquila, sin muchos sobresaltos y mejor que la que tendrían más tarde con la Revolución Industrial. Los niños crecían en un ambiente tranquilo, disfrutaban de su infancia y ayudaban esporádicamente, sin los trabajos extenuantes de 8 o 12 horas que vendrían después. Veían al terrateniente (Squire) como su líder natural, le pedían consejo y le obedecían. La moralidad era alta, ya que no proliferaban los prostíbulos ni las casas de apuestas. Los bares no abrían hasta tarde y todo era respetable. Las relaciones sexuales prematrimoniales eran naturales, siempre que existiera un compromiso matrimonial. No había actividad intelectual: pocos sabían leer y menos aún escribir. Asistían a la iglesia y disfrutaban de actividades deportivas. Era una vida tranquila, sin necesidad de pensar, y se sentían cómodos con el paternalismo. De no ser por la Revolución Industrial, se habrían quedado así.
La Revolución Industrial y la Transformación del Obrero
La Revolución Industrial sacó a relucir una verdad que siempre existió: los hombres eran tratados como simples máquinas. Este fenómeno les obligó a pensar, lo único bueno que se puede rescatar de él. La invención de la Spinning Jenny fue revolucionaria: hilaba lo mismo que 18 obreros, pero era operada por uno solo. Aprovechó el momento en que la demanda de tejidos aumentaba. Esto incrementó el sueldo de los tejedores que ahora operaban máquinas. Su salario subió y abandonaron los campos para dedicarse por entero a tejer. Así sucumbió el empleo del tejedor agrícola, quienes se convirtieron lentamente en proletarios, sin propiedad alguna y dependiendo únicamente de su trabajo.
Impacto en la Agricultura y el Auge del Capitalismo
Los pequeños agricultores (yeomen) se vieron afectados. Como pequeños productores, comenzaron a dejar sus faenas para ser tejedores industriales. Muchos empezaron a arrendar sus lotes de tierras, los cuales fueron aprovechados por hacendados que, debido a la mayor extensión de tierras, producían más y a menor precio, dejando fuera de competencia al pequeño yeomen. Este finalmente debía vender su tierra y comprar una Jenny. Pero la Revolución Industrial avanzaba: los capitalistas construían grandes edificaciones con muchas Jennys. Luego, las movían con energía hidráulica, prescindiendo de la fuerza del operador manual. Se instaló una dinámica de superación industrial, donde la máquina debía ser modificada o reemplazada por otra mejor para no quedar fuera de competencia. Se creó la spinning throstle, un telar continuo a vapor, innovación mecánica de Watt en 1784. Para 1785, se inventó la mule-jenny, una mezcla de la Jenny con el telar continuo, que podía cardar y atar al mismo tiempo, unificando el sistema de hilado. Finalmente, a comienzos del siglo XIX, el telar mecánico podía hacer telas más rápido y prolijamente que un operador manual. El mercado de telas quedó monopolizado por las máquinas. La Jenny era una máquina torpe, pero su evolución generó una máquina cercana a la perfección. La fuerza que tomó la industria de tejidos en Inglaterra, gracias a la importación de algodón, pasó de 5 millones a finales del siglo XVIII a 500 millones a mediados del siglo XIX. Lancashire, localidad natal de la incipiente maquinaria, duplicó su población en menos de un siglo, mientras que otras, como Glasgow, pasaron de 30.000 a 300.000 habitantes después de la industrialización. Los avances en la tintura química incentivaron la industria del algodón, así como la agricultura para fertilizar, debido a la mayor demanda de alimentos.
Expansión Industrial y Nuevas Tecnologías
La incursión de la seda como artículo de lujo también fue importante. Las máquinas no solo se aplicaron a la industria textil, sino también a la agricultura, la minería del carbón y la producción de hierro. Debido al incremento de barcos para la nueva marina mercante destinada a la exportación, se mezcló el hierro con el carbón en hornos enormes, creando acero. Esto dio pie a la enorme industria siderúrgica inglesa. El acero, más competitivo, permitió la fabricación de objetos que antes se limitaban a la madera o la piedra. Se construyeron puentes, vías férreas, clavos, cucharas, todo con máquinas. El mejoramiento de las vías de comunicación fue financiado por privados para transferir mercancías: caminos, carreteras, vías férreas y canales que hicieron navegables ríos en lugares donde antes no había nada, como Irlanda y Escocia. La primera vía férrea se construyó entre Liverpool y Manchester en 1830, y de ahí se masificó. El primer barco a vapor se construyó en 1807, y para 1836 había más de 500 en los puertos británicos.
Consecuencias Sociales de la Revolución Industrial
La Revolución Industrial inglesa es para la industria lo que la Revolución Francesa fue para la política y la alemana para la filosofía. La Revolución Industrial inglesa atrajo a muchos irlandeses. La clase media fue diezmada y convertida en proletariado. Los grandes artesanos se industrializaron y pasaron a ser burgueses. Se polarizó la sociedad, creando una dinámica entre capitalistas y proletarios. Se borró la pequeña burguesía, y el proletario no tenía escalones para convertirse en burgués; su única aspiración era ser proletario de por vida. Existía una pequeña clase media parlamentaria que ignoraba los clamores proletarios. Engels predice que habrá una revolución, como la francesa, que cerrará todo esto.
El Proletariado Industrial y las Condiciones de Vida
El proletariado industrial se expandió. Debido a la demanda de materias primas, nació el obrero de las minas (carbón, hierro). Este sistema dependía de la agricultura para su supervivencia, y de ahí nació el proletario agrícola, fuertemente vinculado a la industria. La conciencia de clase era más fuerte en el obrero industrial, menor en el obrero de mina y casi inexistente en los obreros del campo. La industria dinamizó todos los sectores de la economía. El obrero pasó a ser considerado parte del capital, el capital humano, pues ponía en el mercado su bien, su trabajo, el cual era comprado por un capitalista a cambio de un salario. La industria generó demanda de servicios (zapateros, panaderos, sastres), lo que atrajo a más trabajadores y redujo el precio del trabajo. Las aldeas se transformaron en pueblos, los pueblos en ciudades y, finalmente, en grandes ciudades. Cuando la ciudad estaba copada, la industria se situaba en terreno rural y el ciclo comenzaba de nuevo.
Las Condiciones de Vida en las Ciudades Industriales
En Londres, la gente caminaba apresurada, sin mirarse, y el individualismo era palpable. Durante su estancia en Londres, Engels vio morir gente de hambre. La policía no molestaba a nadie, mientras murieran sin molestar. Las casas obreras estaban en el peor lado de la ciudad, sin alcantarillado, con deposiciones en la calle. La ropa se tendía entre casa y casa por cordeles. Además, debían pagar grandes alquileres. Muchos vivían en una sola pieza, sin tener con qué cubrirse del frío en las noches. Las camas eran montones de paja. Muchos padres de familia solo tenían su ropa de trabajo. Siempre existía el peligro latente de perder el trabajo y morir de hambre. Muchos barrios opulentos de Londres estaban cerca de los pobres. Engels no podía entender la indiferencia ante la muerte y miseria de otros, casi burlándose. Las casas estaban pegadas unas con otras, sin ventilación. El hacinamiento era caldo de cultivo para la promiscuidad y la prostitución. En muchos albergues, dormían juntos hombres y mujeres de todas las edades, casi desnudos. Algunos barrios eran tan pobres que la delincuencia y la prostitución eran las únicas fuentes de ingreso. El hollín del carbón, según Engels, proveniente de la industria y las viviendas, dejaba los ríos negros y el aire sucio. La gente tosía constantemente. Ni siquiera el medio ambiente era limpio. La industria no podía existir sin la miseria y el hambre de los pobres. En Irlanda, la falta de espacio en las ciudades hizo que se construyeran patios internos (courts), con cerdos y gallinas, poca ventilación. Para ahorrar material, se construían cottages con ladrillo vertical.