La Guerra de la Independencia Española (1808-1814)
Antecedentes y Causas
Aunque desde el comienzo de la Revolución Francesa, Carlos IV (1788-1808) había mantenido una actitud antirrevolucionaria, contraria a Francia, en 1796 se produjo un cambio en la política exterior. Los ataques de la flota inglesa a los barcos españoles que iban o volvían de América llevaron a Carlos IV a aliarse con Francia en contra de Gran Bretaña.
Las dificultades del transporte marítimo con América crearon un malestar contra la política del primer ministro de Carlos IV, Godoy. Cuando Napoleón Bonaparte subió al poder en 1799, aprovechó la alianza española para su proyecto de invasión de Inglaterra. Este proyecto quedó frustrado por la derrota hispano-francesa frente a la escuadra inglesa en la Batalla de Trafalgar (1805).
La situación interna de España se agravó a consecuencia del desastre de Trafalgar y se creó un partido enemigo de Godoy y de su política, dirigido por el príncipe Fernando, heredero de la corona. Sin embargo, el ministro no vaciló en renovar la alianza con Francia, firmando con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, para facilitar al ejército francés la ocupación de Portugal, país que se negaba a realizar el bloqueo económico que Napoleón había establecido a todos los estados europeos, prohibiéndoles comerciar con Gran Bretaña. Como consecuencia de este tratado entraron en la península soldados franceses que se instalaron en las plazas fuertes de San Sebastián, Pamplona y Barcelona, y, en camino hacia Portugal, en Valladolid, lo que provocó en toda España un sentimiento antifrancés y en contra de Godoy.
A principios de 1808 se dejaba entrever ya el plan de Napoleón, que era la ocupación de los tres puertos más importantes de la península: Barcelona, Cádiz y Lisboa. Godoy propuso el traslado de la familia real a Andalucía, desde donde sería fácil dirigirse a los territorios americanos. En marzo de 1808 se produjo en Aranjuez un motín popular, gentes del pueblo asaltaron la residencia de Godoy y obligaron a Carlos IV a destituirlo. Dos días después, Carlos IV abdicó en su hijo Fernando. Napoleón supo sacar partido de esta situación: convenció tanto a Carlos IV como a Fernando VII para que se reunieran con él en Bayona para mantener conversaciones y allí consiguió de ambos la renuncia al trono en su favor y que permaneciesen en Francia.
Napoleón reunió en Bayona unas Cortes que reconocieron como rey de España a su hermano mayor, José Bonaparte, y promulgaron una carta otorgada en la cual se establecían los derechos individuales. Esta constitución es el primer texto constitucional escrito en la historia de España, basada en la constitución vigente en Francia, determinaba como gobierno la monarquía hereditaria, con ministros responsables, un Senado como cuerpo consultivo y unas Cortes con tres estamentos para votar las contribuciones.
Desarrollo de la Guerra
Se conoce como Guerra de la Independencia el levantamiento del ejército y el pueblo españoles contra la invasión de las tropas napoleónicas a consecuencia del Tratado de Fontainebleau. En marzo de 1808 las tropas napoleónicas se habían establecido en Madrid. En abril Fernando VII había cruzado la frontera francesa para reunirse con Napoleón en Bayona y el 2 de mayo se produjo en Madrid un levantamiento popular contra los franceses, que fue inútil debido al gran poderío del ejército francés.
En las semanas siguientes se organizaron en muchas regiones Juntas Provinciales constituidas sobre todo por figuras destacadas de la nobleza y la burguesía para dirigir la lucha contra los franceses. Para facilitar la acción conjunta de las diversas juntas provinciales de toda España, estas se fundieron en la Junta Suprema Central Gubernativa del Reino, presidida por el conde de Floridablanca y establecida primero en Aranjuez y luego en Sevilla. Quedó así organizado el gobierno provisional que representaba a Fernando VII. Al mismo tiempo que se organizaba el gobierno, en todo el país se levantaron guerrillas contra el ejército francés. Además, se organizó un ejército regular que se enfrentó al francés venciéndolo en Bailén. Como resultado de esta derrota José Bonaparte tuvo que abandonar Madrid y el ejército francés se replegó hacia el norte del Ebro. Napoleón decidió acudir a la península para terminar con la insurrección y así, en noviembre de 1808, la Grande Armée derrotó al ejército español y volvió a ocupar Madrid y a reponer a su hermano en el trono español.
Poco después se vio obligado a regresar a Francia a causa de las guerras con las potencias europeas. Tras la marcha de Napoleón, sus mariscales consiguieron dominar oficialmente toda España, pero en realidad no controlaban más que las ciudades y las grandes rutas, mientras que las zonas rurales se hallaban en manos de los guerrilleros.
La guerra de guerrillas fue el sistema defensivo-ofensivo del campesinado español. Las partidas de guerrilleros surgían espontáneamente como movimiento del pueblo, dirigidas por hombres muy expertos en la táctica de conocimiento del terreno y a la máxima movilidad del mismo. Como respuesta, el ejército francés llevaba a cabo una represión muy dura con la destrucción de los campos a fin de impedir el abastecimiento a los guerrilleros. A pesar de todo, en el país se movían las bandas de guerrilleros que contaban con la ayuda de la población. Juan Martín Díaz (el Empecinado), Espoz y Mina y el cura Merino fueron famosos guerrilleros.
La guerra iba a tomar otro carácter por el apoyo inglés a Portugal y la alianza entre la Junta Suprema e Inglaterra contra Francia. Tropas inglesas colaboraron con los portugueses en la defensa de Lisboa, y el ejército luso-inglés al que se unió un ejército español inició una ofensiva contra los franceses. Esta coalición logró un gran éxito cuando los aliados vencieron a las tropas francesas en Torres Vedras (Portugal) y Los Arapiles (Salamanca).
Ocupado en la campaña de Rusia, Napoleón tuvo que sacar tropas de la península. Así, los franceses tuvieron que abandonar Andalucía y José Bonaparte salió de nuevo de Madrid para atrincherarse en el norte. La guerra se convirtió entonces en una gran ofensiva hispano-inglesa en persecución de las tropas francesas que estaban ya en retirada. Los franceses fueron vencidos en Vitoria y San Marcial y las tropas hispano-inglesas pusieron sitio a Barcelona que fue evacuada por los franceses al mismo tiempo que Figueras.
En 1814 las últimas tropas invasoras traspasaron los Pirineos y Wellington penetró en Francia tras ellas, pero en realidad la guerra había terminado cuando en marzo Napoleón había liberado a Fernando VII poco antes de abdicar.
Consecuencias de la Guerra
La guerra tuvo duras consecuencias para España:
- Elevado número de bajas de los dos bandos.
- España sufre un auténtico desastre económico, todos los progresos logrados en el siglo XVIII quedaron borrados.
- Los franceses e ingleses que combatían en país extranjero fueron los responsables de la destrucción del patrimonio económico y artístico nacional.
- Se abandonó la agricultura, la ganadería y se interrumpió el comercio con las colonias americanas.
- Consecuencias morales de los fusilamientos y ejecuciones.
La guerra supuso una ruptura ideológica entre los españoles y el comienzo de un movimiento revolucionario que acabaría con el Antiguo Régimen.
Aparecieron dos grupos ideológicos: los patriotas (que iniciaron un proceso revolucionario para acabar con el Antiguo Régimen) y los afrancesados (que colaboraron en el gobierno de José I).