Contexto Histórico
El Manifiesto de los Persas, una fuente primaria fundamental para comprender el pensamiento reaccionario y absolutista durante la crisis del Antiguo Régimen en España, fue redactado en 1814 en Madrid por un grupo de diputados de las Cortes ordinarias y entregado al rey Fernando VII en Valencia. Este texto narrativo-histórico de alcance nacional e internacional, se enmarca en el regreso de Fernando VII tras la Guerra de la Independencia.
El Retorno de Fernando VII y las Expectativas
El regreso de Fernando VII generó diversas expectativas. Para la aristocracia, la nobleza y parte del pueblo, representaba la vuelta del monarca legítimo y la restauración del orden anterior. La burguesía liberal y las clases medias revolucionarias, en cambio, esperaban que Fernando VII se convirtiera en el primer monarca constitucional de España.
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Las Cortes de Cádiz, depositarias de la soberanía en ausencia del rey, no aceptaron el tratado que lo devolvía al poder sin jurar la Constitución de 1812. Con el apoyo del Ejército y la Iglesia, Fernando VII abolió la obra de las Cortes y, para mediados de mayo, tras tomar Madrid por las armas, reprimió a los liberales.
Origen y Propósitos del Manifiesto
El nombre del manifiesto alude a la antigua tradición persa de cinco días de anarquía tras la muerte de un monarca. Desde sus inicios, las Cortes de Cádiz contaron con diputados conservadores, llamados serviles, que deseaban un modelo de Cortes tradicional, similar al del tiempo de los Austrias, con elementos de pactismo ante el monarca. Estos diputados representaban a la alta nobleza, interesada en recuperar poder político, a gran parte de la Iglesia y, en cierta medida, a las masas populares más apegadas a la tradición.
El objetivo principal de los diputados serviles era anular la Constitución de 1812 y restaurar el absolutismo, aunque bajo cierto control de unas Cortes tradicionales. Argumentaban que el absolutismo era una «obra de la razón y de la inteligencia», donde los súbditos cedían el poder a un solo hombre. Proponían un nuevo período de Cortes en libertad, con diálogo entre el monarca y una Cámara estamental, retomando el modelo de la monarquía autoritaria de los Austrias.
Consecuencias del Manifiesto
Aunque Fernando VII solo aceptó parcialmente las propuestas del Manifiesto, restableciendo el absolutismo sin convocar Cortes voluntariamente (solo lo hizo bajo presión durante el Trienio Liberal), el impacto fue trascendental. El periodo de 1814 a 1820 marcó la primera fase del reinado de Fernando VII, el sexenio absolutista. El retorno del rey causó una fractura política entre liberales, que sufrieron represión, y serviles, que obtuvieron cargos y privilegios. El gobierno fue reestructurado con elementos aún más serviles y el Ejército ganó protagonismo, anticipando su futuro papel en la política española.
El Reinado de Fernando VII y sus Dificultades
Tras la vuelta del absolutismo, ni los colaboradores del rey ni el contexto de posguerra fueron favorables para un buen gobierno. La falta de capacidad de los nombrados por Fernando VII se evidenció en la figura del embajador español ante el Congreso de Viena. A pesar de cierta mejora en la posición española en 1817, el resultado final fueron pérdidas territoriales. En este contexto, se sucedieron conspiraciones y pronunciamientos militares, muchos urdidos por liberales con apoyo del Ejército y sociedades secretas.
Finalmente, Fernando VII aceptó la Constitución que previamente había anulado.