El Ocaso del Franquismo: Crisis, Sucesión y Transición

La Agonía del Franquismo

El desprestigio del régimen culminó con el destape del escándalo Matesa, empresa textil vinculada a importantes personalidades del Opus Dei que habían aprovechado la política de subvenciones de la dictadura para beneficiarse a sí mismos de forma productiva. Tuvo gran trascendencia por el enfrentamiento entre las familias políticas del franquismo, que aprovecharon este escándalo para cuestionar la influencia del Opus Dei. De hecho, el que el director de Matesa fuera miembro del Opus Dei, fue utilizado por la Falange para intentar desprestigiar a la institución. La prensa pudo informar libremente del caso y exigir responsabilidades políticas. Como consecuencia, se produjo la dimisión de ministros como el de turismo o comunicación. En el siguiente Gobierno, la ausencia de falangistas mostró que Franco les hizo pagar el precio por hacerlo público.

La Ley de Sucesión de 1947 había establecido la monarquía como la fórmula que se impondría tras desaparecer la dictadura. Aunque no se hubiera elegido a Juan Carlos de Borbón como heredero, este inició su educación bajo el control de Franco. No obstante, en el círculo próximo a la familia de Franco se mantenía la esperanza de que la sucesión recayera en Alfonso de Borbón, también nieto de Alfonso XIII y marido de la nieta de Franco. Las presiones de Carrero Blanco y de López Rodó permitieron la designación de Juan Carlos como sucesor de Franco a título de rey, quedando aprobada esta decisión por las Cortes en 1969.

Respecto a los movimientos internos de la dictadura, la creciente debilidad del régimen, simbolizada en el deterioro de la salud del dictador, motivó el nerviosismo entre las distintas familias que lo apoyaban. Determinados sectores, trataron de generar espacios de discusión que les permitiera hacerse con el control del país después de la desaparición del dictador.

Hubo entonces una remodelación gubernamental. Carrero Blanco fue nombrado presidente del Gobierno. Se trataba de la primera vez en la que Franco abandonaba esta función, lo que suponía la designación implícita de Carrero como continuador de la dictadura tras la muerte del dictador. Otras personalidades del Gobierno, mostraban el giro de la dictadura hacia posiciones inmovilistas, representadas por los sectores más intransigentes del régimen, conocidos vulgarmente como el búnker.

El incremento de la oposición democrática y del terrorismo, aumentó la represión. Sin embargo, la respuesta fue una represión más violenta, simbolizada en los procesos 1001 (contra líderes sindicales) y Burgos (contra miembros de ETA), que ocurrieron simultáneamente. En estas circunstancias de aumento de la represión, Carrero Blanco fue asesinado por ETA en un espectacular atentado. Desaparecía así el hombre fuerte del franquismo. El suceso conmocionó a la opinión pública e incrementó la presión de la extrema derecha.

En cualquiera de sus vertientes, la oposición aumentó enormemente su presión sobre el régimen, lo que hizo más compleja la situación. La fortaleza del movimiento obrero hizo que las protestas desbordaran los sectores industriales tradicionales y se extendieran al sector público y al de los servicios. La revuelta estudiantil fue una constante, e incluso los sectores profesionales comenzaron a incorporarse a la oposición. El PSOE celebró entonces en la localidad francesa de Suresnes un congreso en el que renovó su dirección. Entre los que destacaban se encuentran Nicolás Redondo, líder de UGT, Felipe González o Alfonso Guerra.

Se constituyó además la Junta Democrática, formada por una agrupación de partidos, capitaneados por el comunismo, y destacadas personalidades de la oposición, que reformuló la estrategia de la ruptura democrática para poner fin a la dictadura. Se formó también la Plataforma Democrática, a la que finalmente se unió para formar la Platajunta.

El Final del Régimen

Tras el asesinato de Carrero Blanco, se formó un nuevo gobierno presidido por Carlos Arias Navarro. Se trataba de una nueva muestra del búnker de su intención de anclarse en posturas intransigentes. La obsesión de Arias Navarro fue mantener el orden público y mitigar la oposición, para ellos realizó un discurso programático, en febrero de 1974, en el que expresó un presunto espíritu aperturista, que se denominó «Espíritu del 12 de febrero», con las promesas de autorizar las asociaciones políticas.

Se crearon así algunas asociaciones como Unión del Pueblo Español o Reforma Democrática, pero estos movimientos llegaron demasiado tarde; el intento de aperturismo de la dictadura se encontró con el crecimiento de la oposición democrática. Además, la dictadura seguía dando muestras de su carácter represivo. En 1975, Arias Navarro promulgó una ley antiterrorista que decretaba la pena capital para quienes participaran en la muerte de policías o guardias civiles. Como consecuencia, en septiembre de 1975 se ejecutó a cinco miembros de ETA y del FRAP, lo que levantó una oleada de protestas internacionales.

Coincidiendo con la agonía de Franco, estalló el problema del Sahara. A pesar de la independencia de Marruecos, el Sahara e Ifni eran todavía españoles. Desde 1973 se había constituido el Frente Polisario, movimiento internacional que apoyaba la independencia saharaui. La ONU exige a España la independencia de Ifni pero los franquistas se oponen. Se produce así un conflicto, primero con las Naciones Unidas y después con el Sahara pues los saharauis luchaban por su independencia.

El Frente Polisario quería la independencia del Sahara mientras Marruecos quería su anexión, se produce así la Marcha Verde, millones de personas se trasladan desde Marruecos hasta el Sahara para ocuparlo de forma pacífica. Así España se prepara para evitar la entrada de los marroquíes pero estos lo hicieron de forma pacífica, desarmados por lo que España tenía dos opciones; o disparar contra ellos o abandonar, deciden retirarse y los marroquíes consiguen entrar.

Posteriormente se produce una reunión en Madrid en la que se firman los «acuerdos de Madrid» quedando el Sahara dividido en dos; una mitad para Marruecos y la otra para Mauritania. España abandona así el Sahara. Finalmente se produce la muerte de Franco tras varios ingresos hospitalarios, en uno de estos ingresos Franco cede su poder al heredero, por tanto el Príncipe Juan Carlos asume la jefatura del Estado. Pero algunos franquistas se opusieron a esta decisión así que Franco mantiene el poder hasta que el 20 de noviembre de 1975 muere, y el poder recae en manos de su heredero. Surgió así una gran incertidumbre sobre lo que ocurriría después, España quedaba dividida en diversos ideales:

  • Franquistas: querían mantener el franquismo sin Franco.
  • Reformistas: que pretendían una revolución desde arriba, con reformas controladas.
  • Oposición: buscaban la desaparición total del franquismo, sin reformas.
  • Además EEUU y Europa que tenían acuerdos con España tenían gran interés en la democratización del país, pues este era el único que mantenía una dictadura en Europa.

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