La Transición (1975- 1982) es el proceso por el que España pasó de una dictadura a una democracia.
Comenzó con la muerte de Franco (20 de noviembre de 1975) y la proclamación de Juan Carlos I como rey de España y finalizó con la victoria electoral del PSOE, en octubre de 1982, hecho que significó la consolidación de la democracia en España.
La democracia se estableció sin ruptura con la dictadura, que fue desmantelada desde las propias instituciones franquistas. El cambio fue pacífico y resultado de un pacto entre las fuerzas políticas franquistas – el rey y los aperturistas- y de la oposición democrática – los liberales y la izquierda, que abandonó sus propuestas más radicales. Los inmovilistas del franquismo (el llamado «búnker») y la extrema izquierda estuvieron en contra. Pero no hubiera podido realizarse la transición sin la movilización popular, que presionó para que se produjeran los cambios. El proceso coincidió con la crisis económica mundial del petróleo. La transición española se convirtió en modelo de referencia para otros países que querían salir de una dictadura.
La Constitución democrática de 1978 fue resultado del consenso entre casi todos los partidos; para lograrlo el texto es extenso, detallado y algo ambiguo. Una ponencia formada por siete miembros redactó un anteproyecto, que fue debatido en las Cortes. La Constitución fue aprobada en referéndum el 6 de diciembre de 1978 con un 88% de votos a favor, y promulgada el 29 de diciembre. En el País Vasco hubo alto índice de abstención y los votos negativos supusieron el 23%. También fue rechazada por la extrema derecha.//La Constitución define a España como un «Estado social y democrático de Derecho», recoge no sólo la tradición liberal sino también la republicana de la constitución de 1931, que incluía los derechos individuales y los sociales. Reconoce la soberanía popular. La forma de Estado es la monarquía parlamentaria. El monarca es el jefe del Estado, pero su poder está muy limitado: reina, pero no gobierna. Establece la división de poderes, con Cortes bicamerales- Senado y Congreso-, cuyos miembros son elegidos por sufragio universal (ciudadanos mayores de 18 años). España se define como una unidad nacional, pero se reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran, con amplias competencias y gobiernos propios -un nuevo modelo de Estado no centralista, en una situación intermedia entre la descentralización administrativa y el federalismo-.El castellano es la lengua oficial pero son lenguas cooficiales las regionales en su ámbito territorial. El Estado es no confesional, pero establece relaciones de cooperación con la Iglesia católica. Reconoce amplios derechos y libertades (a la vida -con la abolición de la pena de muerte-, a la libertad ideológica, de expresión, de reunión, de manifestación, de sindicación, a la huelga, entre otros). Incluye numerosos derechos de carácter social y económico (a la integridad, al pleno empleo, a la educación, a la Seguridad Social, a la propiedad privada, a la protección del medio ambiente, del consumidor, de la tercera edad, etc.Aprobada la Constitución, Suárez convocó nuevas elecciones para marzo de 1979, que volvió a ganar UCD, en minoría. En este periodo se desarrolló el Estado de las Autonomías. El Titulo VIII de la Constitución establecía la posibilidad de que todas las regiones y no sólo las nacionalidades históricas se convirtieran en Comunidades Autónomas. En ellas habían de conformarse órganos legislativos (parlamentos autónomos) elegidos por sufragio universal y órganos ejecutivos (gobiernos autónomos). Se preveía la transferencia de competencias legislativas y ejecutivas a los poderes autonómicos (artículo 143 de la constitución). Se establecían dos grados de autonomía, puesto que los poderes autonómicos podían recibir competencias de diferente grado y a un ritmo distinto. El procedimiento más rápido y completo era el previsto en el artículo 151, al que podían acceder directamente las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia) e incluso otras si cumplían determinados requisitos y se ratificaba en referéndum. El resto se regirían por artículo 143 -con excepción de Navarra debido a su sistema foral-
Se aprobaron los Estatutos de Autonomía. Los primeros fueron el catalán y el vasco en 1979, aprobados en referéndum, luego Galicia y Andalucía, en 1980 y luego todos hasta 17 Comunidades Autónomas.
Se celebraron también las primeras elecciones municipales democráticas (abril de 1979) con victoria de la izquierda, generalmente el PSOE o el PSOE-PCE, en las principales ciudades. El Estatuto de los Trabajadores (1980) y la Ley del Divorcio (1981) fueron aprobados. España entró en la OTAN, con la fuerte oposición de la izquierda; el PSOE se comprometió a convocar un referéndum sobre la permanencia en la OTAN del país cuando llegara al poder. El PSOE renunció a la ideología marxista tras un Congreso extraordinario del partido, y endureció su oposición; el PCE sufrió una crisis debido a que Carrillo no pudo controlar las disidencias. AP se reforzó con la incorporación de políticos de UCD.
La UCD entró en crisis. El PSOE presentó una moción de censura contra el gobierno en mayo de 1980 y Suárez empezó a recibir críticas de los barones de su propio partido.La UCD eligió como sucesor a Leopoldo Calvo Sotelo. El 23 de febrero de 1981 se produjo un intento de golpe de Estado del teniente coronel de la Guardia Civil, Tejero, durante la sesión de votación en el Congreso para su investidura como nuevo presidente de gobierno. En la III Región Militar (Valencia), el general Jaime Miláns del Bochs declaró el estado de guerra y sacó los tanques a la calle. La falta de apoyo al golpe de Estado por parte de los altos mandos militares y la firme postura en contra del Rey, frustró la operación .
Calvo Sotelo no pudo detener la descomposición del partido que sufrió el abandono de personalidades hacia derecha (AP) e izquierda (PSOE). En las elecciones de octubre de 1982 ganó por mayoría absoluta el PSOE. Es el punto final de la etapa de transición democrática en España.