Introducción
El reinado de Alfonso XIII abarcó los treinta primeros años del siglo XX, dividido en dos etapas separadas por el golpe de Estado del general Primo de Rivera en 1923. Durante la primera etapa (1902-1923) se mantuvo vigente la Constitución de 1876. Esta etapa se caracteriza por los intentos de regenerar la vida política y de afrontar con eficacia los problemas generados tras el desastre del 98. Sin embargo, estos propósitos no se llevaron a cabo y, además, surgieron nuevas preocupaciones: el empeoramiento de la crisis social, la guerra de Marruecos, los nacionalismos o el intervencionismo militar. Durante la segunda etapa (1923-1930) se instauró la primera dictadura española del siglo XX. En sus primeros años, solucionó muchos de los problemas existentes, pero los intentos de perpetuación y los efectos de la crisis económica mundial de 1929 marcaron el fin de la dictadura, arrastrando a la Monarquía.
El Desastre del 98 y sus Consecuencias
Como consecuencia de la pérdida de los restos del Imperio colonial, se desencadenó una crisis nacional, ante la desmoralización, el escándalo y la debilidad militar y política del gobierno de la Restauración. A todo este proceso se le conoció como el “desastre del 98”.
Así, se desató la polémica de la responsabilidad de la derrota. Sagasta, líder liberal, resultó desprestigiado, ya que los republicanos le acusaron de ser el responsable de la pérdida de vidas humanas.
Respecto a la crisis política, muchos intelectuales llevaron a cabo el planteamiento del “problema de España”, que buscaba la solución a la situación de atraso y aislamiento respecto a los países desarrollados.
Regeneracionismo y Generación del 98
Surgirán así los intelectuales llamados “regeneracionistas” y escritores de la Generación del 98, con la esperanza de regenerar a España desde abajo, a partir de las fuerzas sociales. Nacerá entonces una conciencia crítica que, desde una perspectiva intelectual, exigía una regeneración política, ideológica y económica de la vida española, cuestionándose los cimientos de la Restauración y la propia identidad española. Todo ello influyó en la vida política en la primera etapa del siglo XX, ya que apareció una corriente crítica tanto dentro del sistema, representada por los partidos dinásticos, como fuera de él, desde posiciones nacionalistas o antimonárquicas. Pero todas estas corrientes regeneracionistas tuvieron poca efectividad práctica.
La Crisis Política del Reinado de Alfonso XIII (1902-1923)
En 1902, Alfonso XIII es proclamado rey. Entre 1902 y 1923 se experimenta una permanente crisis política que afectará a los fundamentos del sistema que ideó Antonio Cánovas. Entre las causas de esta inestabilidad y la incapacidad de los sucesivos gobiernos para superarlas, destacan:
- La personalidad del monarca, quien participó en la política mediante elementos conservadores que le llevaron a tomar decisiones que contribuyeron al descrédito de la monarquía.
- La división entre los partidos dinásticos tras la desaparición de sus líderes históricos. Los conflictos internos en el partido conservador y liberal impedirán el desarrollo de liderazgos fuertes que hagan frente a la crisis.
- La implantación del sufragio universal masculino, la proliferación de partidos y el inicio de la actuación política de los sindicatos obreros dificultaron el mantenimiento de un sistema electoral basado en el pucherazo y el caciquismo. Esto desencadenó las crisis ministeriales.
- La conflictividad social, pues a partir de 1902 comenzó una oleada de huelgas.
- El problema religioso, al agudizarse con las denuncias de sectores progresistas sobre el predominio que ejercía la Iglesia sobre la enseñanza.
- La inquietud dentro del ejército, generada por la derrota ante EE. UU. y por la situación interna del país, en un estamento con exceso de oficiales y escasez de recursos materiales.
- La cristalización de los movimientos nacionalistas en el País Vasco y Cataluña, debido al fracaso del nacionalismo español en modernizar el Estado y mantener los mercados coloniales.
El Gobierno de Antonio Maura y la Semana Trágica
Entre 1902 y 1905 se sucedieron varios gobiernos conservadores, hasta que la situación obligó al rey a optar por un ejecutivo liberal, por lo que en 1907 será nombrado jefe de gobierno Antonio Maura, quien emprendió una serie de reformas dentro del sistema canovista, que evitara otro tipo de revolución encabezada por las fuerzas progresistas y sindicales. Entre las medidas tomadas por Maura destacan:
- Leyes para la protección de la industria nacional y fomento de industrias y transportes marítimos.
- Creación del Instituto Nacional de Previsión y obligación del descanso dominical.
- Reforma electoral, que impone el voto obligado y el nombramiento automático del candidato que no tuviera contendiente.
Por el contrario, Maura no pudo conseguir que se aprobara su ley antiterrorista ni el proyecto de ley de la Administración Pública que pretendía impulsar la descentralización administrativa.
Por otro lado, en 1909 se produjeron graves incidentes cuando Maura envió a los soldados a Marruecos. La fuerte resistencia marroquí causó algún descalabro en las tropas españolas, con lo que Maura decidió mandar refuerzos. Todo ello conllevó a un gran malestar social y la huelga convocada contra la guerra por los republicanos radicales, se convirtió en una revuelta popular, en la que se atacaron propiedades públicas e iglesias, y se produjeron enfrentamientos contra el ejército, que desencadenaron sentimientos antimilitaristas, anticlericales y catalanistas junto a reivindicaciones obreras, conocidas como la Semana Trágica (26-30 de julio de 1909). El gobierno reaccionó con dureza, siendo miles de personas encarceladas y condenadas a muerte.
El Gobierno de Canalejas y el Fin del Regeneracionismo
Tras la Semana Trágica se sucedieron los gobiernos liberales de Moret y Canalejas. Este último pretendió regenerar la vida política española desde arriba mediante una serie de iniciativas:
- Mantiene la idea de separar Iglesia y Estado y promulgó la Ley del Candado, que prohibía la instalación de órdenes religiosas en España sin la autorización previa del gobierno.
- La idea de sustituir el impuesto de Consumos por un impuesto que gravara la renta, lo que le llevó a la enemistad de la alta burguesía.
- La aprobación de la Ley de Mancomunidades, bien recibida por los partidos catalanes, pero contó con la oposición de los políticos centralistas.
- La Ley de Reclutamiento Obligatorio rebajaba en tiempos de paz el servicio militar a cinco meses.
El proyecto reformista de Canalejas quedó truncado al ser asesinado en 1912 por un anarquista. Con su muerte acaba el último intento de renovar el país desde la óptica del regeneracionismo. A partir de entonces el partido liberal se dividió en varias facciones, estando los nuevos líderes alejados de la claridad de ideas del finado político. La misma división se produjo entre los conservadores. Mientras, los partidos dinásticos se fragmentaron, la oposición se reorganizó: en 1910 una coalición electoral de radicales, republicanos y socialistas conseguirá importantes resultados. En este mismo año, las federaciones anarquistas se unen a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que se convertirá en la primera fuerza sindical del país.
La Crisis de 1917
Superada la Semana Trágica, y pacificada temporalmente la situación en Marruecos, hubo algunos años de auge económico favorecido por la Primera Guerra Mundial, donde España se mantuvo neutral. Debido a las exportaciones, España obtuvo grandes beneficios, sobre todo la burguesía industrial y mercantil de Cataluña y País Vasco. Además, la gran cantidad de oro ingresada por el Estado permitió acabar con sus deudas y adquirir el capital extranjero en empresas mineras y ferroviarias. Paralelamente, se produjo el auge de negocios especulativos que enriquecieron a los empresarios.
El mal reparto social de los beneficios del “boom” económico y la creciente inflación derivada de la carencia de algunos productos desviados a la exportación provocaron el deterioro de la capacidad adquisitiva de las clases trabajadoras, que llevaron al estallido social y una profunda crisis en 1917, originada por tres problemas durante el gobierno conservador de Dato:
- Crisis militar. El descontento entre los oficiales “peninsulares” ante los rápidos ascensos de los “africanos” así como las reivindicaciones para mejorar sus sueldos, culminó con la creación de las Juntas Militares de Defensa, para fortalecer el ejército y obtener una mayor intervención militar en la vida política.
- Crisis parlamentaria y política. Ante la suspensión de las garantías constitucionales y la negativa del gobierno a iniciar las sesiones de Cortes, hicieron que republicanos, socialistas y liberales constituyeran en Barcelona una Asamblea Nacional de Parlamentarios que demandó un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes.
- Crisis social. Se convocó la huelga general de 1917 por la CNT y la UGT, con objetivos muy distintos, donde los anarquistas querían acabar con el régimen capitalista y el Estado, y los socialistas querían acelerar la caída de la Restauración y el establecimiento de una república democrática. Dicha huelga creó una fuerte tensión social que llegó a grandes conflictos sociales y a la agitación obrera. Tuvo un amplio seguimiento en las ciudades y se saldó con numerosas muertes y detenidos. En ella se pedía mejoras salariales y cambios democráticos. El gobierno proclamó el estado de guerra y los militares asumieron el mando de las operaciones antisubversivas.
Ante la amenaza de revolución obrera, las Juntas de Defensa abandonaron sus peticiones y apoyaron la represión contra los huelguistas, lo que condujo a una inmediata desactivación de la Asamblea de Parlamentarios. Además, el movimiento obrero se radicalizó: los anarquistas más radicales ganaron peso en la CNT y posteriormente, una parte de la militancia más agresiva del PSOE/UGT se distanció para formar el Partido Comunista de España (PCE).
La Descomposición del Sistema (1918-1923)
La conjunción de cuatro elementos provocó una crisis continua:
- Finalizada la I Guerra Mundial, las industrias españolas fueron incapaces de mantener los mercados que habían acaparado durante la guerra. Las exportaciones cayeron en picado y esto significó cierre de fábricas, aumento del paro, descenso de salarios y malestar social.
- Agudización del problema social, destacando las zonas andaluzas y catalanas.
- El agravamiento del problema de Marruecos, tras el desastre de Annual, lo que produjo una gran conmoción nacional. Las responsabilidades del desastre se repartieron entre los militares, el gobierno y el propio Monarca.
- La radicalización de los nacionalismos.
La vuelta al poder del conservador Dato en 1920 supuso llevar a cabo medidas represivas que solo sirvieron para que el propio Dato fuera asesinado en 1921, año en el que se produce la derrota de Annual. Tras esto, se nombró al general Picasso como instructor para depurar el desastre; pero el interés de la clase dirigente y el monarca, por ocultar el informe y el rechazo de Alfonso XIII a las reformas democratizadoras propuestas por el liberal Prieto, desembocaron en el golpe de Estado del general Primo de Rivera, que vinculó de esta manera el trono a la figura del dictador.
Conclusión
La primera etapa del reinado de Alfonso XIII se caracterizó por el declive del sistema político ideado por Cánovas del Castillo y de los intentos de regeneración del país. Los distintos sucesos ocurridos durante el período condujeron a la dictadura de Primo de Rivera.