Panorama General del Reinado de Alfonso XIII (1902-1931)
Intentos de Modernización y Regeneracionismo
Contexto Histórico
Entre 1902 y 1931, el reinado de Alfonso XIII estuvo marcado por una serie de intentos de modernización, crisis políticas y sociales, y la Guerra de Marruecos. El sistema de la Restauración, en crisis desde finales del siglo XIX, experimentó un declive significativo durante este período. La muerte de líderes políticos clave como Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta provocó divisiones internas en los partidos Liberal y Conservador, debilitando el sistema del turnismo. El caciquismo y el pucherazo electoral también se vieron afectados por el aumento del voto urbano y las críticas de los regeneracionistas. Como resultado, las mayorías parlamentarias se volvieron precarias, con la presencia creciente de obreros, republicanos y nacionalistas en el Parlamento.
Problemas del País
España enfrentaba diversos problemas durante el reinado de Alfonso XIII:
- Aumento de las luchas sociales: Las tensiones entre obreros y patronos se intensificaron.
- Críticas a la Iglesia: Se cuestionaba su papel en la educación y se demandaba el matrimonio civil.
- Desprestigio del ejército: El desastre del 98 en la Guerra Hispano-Estadounidense minó la confianza en las fuerzas armadas.
- Auge del nacionalismo: Los movimientos nacionalistas catalán y vasco ganaron fuerza.
- Conflicto en Marruecos: La expansión colonial española en Marruecos, establecida como protectorado franco-español en la Conferencia de Algeciras (1906), se convirtió en un foco de tensión.
La Crisis de 1905 y el Regeneracionismo de Antonio Maura
En 1901 se fundó en Cataluña la Lliga Regionalista, que obtuvo una importante victoria electoral en 1905. Este triunfo generó alarma en el ejército, que consideraba al partido separatista. Tras incidentes con la prensa catalana, el gobierno aprobó la Ley de Jurisdicciones (1906), que otorgaba al ejército jurisdicción sobre los delitos contra la patria y el ejército. En respuesta, se creó la plataforma electoral Solidaritat Catalana, que agrupaba a nacionalistas, republicanos y carlistas, y que triunfó en las elecciones de 1907.
Antonio Maura, líder del Partido Conservador, asumió la presidencia del gobierno en 1907 con el objetivo de regenerar España. Sus reformas incluyeron:
- Aumento de la inversión pública.
- Ley de protección de la industria nacional.
- Plan de reconstrucción naval.
- Mejoras en la agricultura.
- Reformas sociales como el descanso dominical y la regulación del trabajo infantil.
- Modificación de la ley electoral.
- Creación de las Mancomunidades (asociaciones de diputaciones).
La Semana Trágica de Barcelona (1909)
En Barcelona, las movilizaciones obreras anarquistas y la creación de partidos como Solidaridad Obrera y el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, anticlerical y antiespañol, aumentaron la tensión social. El conflicto se agravó con el ataque de las cabilas rifeñas a mineros españoles en el valle del Rift en 1909, lo que desencadenó la Guerra de Marruecos. La movilización de reservistas por parte del gobierno de Maura provocó protestas y una huelga general en Barcelona. Maura declaró el estado de guerra, y durante una semana se produjeron disturbios, quema de conventos y enfrentamientos entre el ejército y la población. La ejecución de Francisco Ferrer Guardia, acusado de instigar los disturbios, generó críticas internacionales. La Semana Trágica puso fin al gobierno de Maura.
Crisis y Quiebra del Sistema de la Restauración
El Gobierno de Canalejas y el Impacto de la Primera Guerra Mundial
José Canalejas, líder del Partido Liberal, presidió el gobierno entre 1910 y 1912. Sus reformas incluyeron la supresión de los consumos, la regulación del servicio militar, la ley del candado (que prohibía la fundación de nuevas congregaciones religiosas) y el impulso a las Mancomunidades. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), España se mantuvo neutral, aunque la opinión pública se dividió entre aliadófilos y germanófilos. La guerra generó un auge económico en España debido al suministro de bienes a los países beligerantes, pero también provocó una crisis social por el aumento del paro y la inflación.
La Crisis de 1917 y la Huelga General
En 1917, España sufrió una profunda crisis económica y política. El gobierno cerró las Cortes, detuvo a líderes de la UGT y restringió los derechos civiles. El ejército, descontento por la falta de recursos y los bajos salarios, creó las Juntas de Defensa. En julio de 1917, la Asamblea Nacional de Parlamentarios en Barcelona exigió la apertura de las Cortes, una nueva constitución y un cambio de gobierno. En agosto de 1917, se produjo una huelga general. La represión gubernamental causó numerosas víctimas y la caída del gobierno de Eduardo Dato. El miedo a una revolución llevó al gobierno a encarcelar a líderes huelguistas y a algunos militares a apoyar al gobierno.
La Crisis Social en Barcelona y la Guerra de Marruecos
Entre 1919 y 1923, la lucha entre patronos y obreros se intensificó en Barcelona, agravada por el fin de la Primera Guerra Mundial y la pandemia de gripe española. El pistolerismo se extendió, y el gobierno aplicó la «ley de fugas». En 1919, se logró la jornada laboral de ocho horas en Barcelona. En Marruecos, la situación se deterioró. En 1921, el Desastre de Annual, una desastrosa ofensiva militar liderada por el general Silvestre, causó más de 13.000 muertos. La investigación parlamentaria posterior, plasmada en el Expediente Picasso, reveló graves errores militares e implicó al rey Alfonso XIII en la gestión del conflicto.