PANORAMA GENERAL DEL REINADO DE ALFONSO XIII. INTENTOS DE MODERNIZACIÓN. EL REGENERACIONISMO. CRISIS Y QUIEBRA DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN. LA GUERRA DE MARRUECOS.
PANORAMA GENERAL DEL REINADO DE ALFONSO XIII
Hijo póstumo de Alfonso XII y Mª Cristina de Habsburgo, fue proclamado rey el día de su nacimiento. Comienza su reinado efectivo en 1902 tras la regencia de su madre. Se exilió en 1931 al proclamarse la Segunda República, murió en Roma en 1941. Por su talante liberal, modernizador y europeísta se le considera un monarca regeneracionista. Su reinado fue de crisis política casi permanente por la interacción de numerosos motivos:
- Las injerencias del rey en los asuntos políticos: nombrando y cesando jefes de gobierno (crisis orientales) y apoyando a los más conservadores que culminará en la Dictadura de Primo de Rivera.
- El debilitamiento del caciquismo (por el desarrollo urbano) y del turno de partidos (división interna) por el desarrollo de la oposición política y social (nacionalistas, republicanos, anarquistas y socialistas). Así desde 1917 se sucedieron los gobiernos de coalición, sujetos a alianzas y continuos cambios. Ni liberales ni conservadores consiguieron mayorías suficientes para conformar gabinetes sólidos.
En este contexto de inestabilidad política, el país tuvo que enfrentarse a graves problemas sociales:
- El aumento de la conflictividad social y de la capacidad movilizadora de las organizaciones obreras.
- El protagonismo creciente del ejército, apoyado por el monarca, que quería resarcirse del Desastre del 98 interviniendo en Marruecos.
- Afianzamiento del nacionalismo en Cataluña y País Vasco.
- Anticlericalismo creciente de las clases populares por el poder de la Iglesia (en la enseñanza).
INTENTOS DE MODERNIZACIÓN. EL REGENERACIONISMO
El Regeneracionismo fue un movimiento que surgió tras la crisis del 98 y que canalizó el descontento contra el régimen de la Restauración. En el ámbito intelectual y literario se reflejó en el pesimismo existencial de la Generación del 98 (Ganivet, Unamuno y Maeztu). En su vertiente social y económica, Joaquín Costa (“Oligarquía y Caciquismo”) denunció el falseamiento de la democracia y propuso reformas económicas y educativas para las clases trabajadoras (“Despensa y escuela”). En materia política, tanto los conservadores (Silvela, Maura) como los liberales (Canalejas) se plantearon reformar el sistema desde dentro.
De 1902 a 1907, fue un período de inestabilidad política: continuó el turnismo pero la división interna de los partidos dinásticos y la sucesión de gobiernos de corta duración impiden los proyectos regeneracionistas.
La crisis de 1905
En 1905 estalló la primera crisis en Cataluña. La victoria de Lliga Regionalista de Cambó y Prat de la Riba en las elecciones locales de 1905 alarmó al ejército que veía en peligro la unidad del país. Los comentarios satíricos anticastrenses en algunas publicaciones barcelonesas, llevaron a que trescientos oficiales asaltaran e incendiaran las imprentas. La reacción del gobierno fue ceder ante el Ejército: en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones que identificaba las críticas al Ejército como críticas a la Patria y pasaban a ser juzgadas por la jurisdicción militar. Las fuerzas políticas catalanas reaccionaron y crearon una coalición burguesa, Solidaridad Catalana que consiguió una clara victoria electoral en 1907, reduciendo drásticamente la representación de los conservadores y liberales en Cataluña.
Antonio Maura, líder del Partido Conservador, llegó al poder en 1907 con un programa reformista: modificó la ley electoral, estableció el Instituto Nacional de Previsión e intentó sin éxito aprobar una tímida autonomía para Cataluña. Pero su proyecto reformista se derrumbó en 1909.
La crisis de 1909: la semana trágica de Barcelona.
En la industrializada Barcelona, el auge de las movilizaciones obreras había culminado en 1907 con la creación de Solidaridad Obrera (anarquista) como respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaridad Catalana. El avance del republicanismo originó en 1908 la fundación del Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux con un programa españolista, demagógico (aparentemente revolucionario) y anticlerical. Por otro lado, la Ley de Jurisdicciones de 1906 reforzó el antimilitarismo en la ciudad. Y el anticlericalismo fue la respuesta al aumento del número de clérigos. En un ambiente de tensión creciente, la política autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a calmar los ánimos. Sin embargo, fue la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la Semana Trágica al movilizar a los reservistas lo que provocó protestas, barricadas, incendios de conventos y una huelga general en Barcelona (26 de julio) que degeneró en un motín de 7 días de duración. Las autoridades declararon el estado de