El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis de la Restauración en España

El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis de la Restauración en España

El reinado de Alfonso XIII (1902-1931) fue caracterizado por un impulso regeneracionista tras la crisis del 98. Los primeros intentos de reforma interna del régimen (revisionismo) no impidieron su declive. La crisis general de 1917, marcada por la ineficacia gubernamental, creciente oposición política, agitación social y el desastre militar en Marruecos, aceleró este proceso. Ante esto, el general Primo de Rivera dio un golpe de Estado en un intento por estabilizar la situación, lo que resultó en una dictadura dividida en dos fases: el Directorio Militar (1923-1925) y el Directorio Civil (1925-1930).

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

En septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera se pronunció contra la Constitución y exigió que el poder pasase al ejército. Alfonso XIII le encomendó la formación de un nuevo gobierno, formado por militares. Ante el golpe, no hubo resistencia de los políticos dinásticos, ni del pueblo en general. Sin embargo, republicanos, socialistas y sindicatos respondieron con huelgas que fueron reprimidas por la acción militar.

La dictadura sería la solución autoritaria a una situación insostenible, causada por la crisis del sistema político y los fracasos militares en Marruecos. De esta manera, el golpe de estado triunfó por el apoyo del ejército, del monarca y de la burguesía catalana.

Primo de Rivera, al tomar el poder, suspendió la Constitución, disolvió las Cortes y estableció el estado de guerra, reprimiendo libertades y persiguiendo a los anarquistas. Reemplazó gobernadores civiles por militares y disolvió los Ayuntamientos. Además, colaboró con Francia para resolver el conflicto en Marruecos, logrando éxitos como el desembarco de Alhucemas en 1925 y la rendición de Abd-el-Krim. La ocupación efectiva del protectorado en 1927 elevó el prestigio de los militares africanistas y fue considerado el mayor logro de su dictadura.

Una vez resueltos los problemas que habían justificado su golpe de estado, Primo Rivera renovó su régimen mediante la sustitución del Directorio Militar por un nuevo Directorio Civil. Para ello, necesitaba un nuevo régimen, cuyas bases fueron:

  • Un partido propio -la Unión Patriótica- sin ideología definida.
  • Una Asamblea Nacional Consultiva en sustitución de las viejas Cortes con miembros elegidos desde el poder.
  • Un proyecto de Constitución (1929).

La dictadura promovió la autarquía y la producción nacional, interviniendo en la economía a través de la protección de la actividad privada, la creación de monopolios en sectores clave y la implementación de obras públicas. En política social, se reguló el trabajo para evitar conflictos, se integraron sectores moderados del movimiento obrero y se reprimieron organizaciones radicales. Se estableció la Organización Corporativa Nacional para regular salarios y condiciones laborales.

Oposición y Caída de la Dictadura

La oposición a la dictadura de Primo de Rivera fue variada. Los políticos de los antiguos partidos del turno exigieron el retorno a la Constitución de 1876 y elecciones. Los republicanos formaron la Alianza Republicana, los anarquistas crearon la Federación Anarquista Ibérica (FAI) y el PSOE abogó por la República. Intelectuales como Valle-Inclán, Unamuno y Antonio Machado también se opusieron. En Cataluña, la burguesía perdió apoyo y surgieron partidos nacionalistas.

Ante esta oposición, Alfonso XIII, preocupado por el impacto en la monarquía, retiró su respaldo al dictador, quien finalmente dimitió en enero de 1930. Alfonso XIII intentó restaurar el sistema parlamentario, pero los gobiernos de Berenguer y Aznar fracasaron. La oposición formó el Pacto de San Sebastián en 1930 para derrocar la monarquía y proclamar la República. Tras la derrota en las elecciones municipales de abril de 1931, Alfonso XIII abandonó España y el 14 de abril se proclamó la Segunda República.

La Dictadura de Primo de Rivera fue un intento militar fallido de resolver los problemas políticos en España. Aunque logró éxitos como poner fin a la guerra de Marruecos y promover el crecimiento económico, no estableció un sistema democrático duradero. El fracaso de la dictadura provocó la caída de la monarquía de Alfonso XIII y el surgimiento de la Segunda República.

El Reinado de Alfonso XIII: Intentos de Reforma y Descontento Social

El reinado de Alfonso XIII (1902-1931) comenzó con intentos de reforma tras la crisis del 98, pero enfrentó creciente descontento social, manifestado en los sucesos de 1909 y la crisis de 1917. El golpe de Primo de Rivera parecía una solución, pero solo prolongó el colapso inevitable. Eventualmente, la Restauración llegó a su fin, llevándose consigo a la monarquía.

El reinado de Alfonso XIII marcó el final del imperio colonial en 1898 con la pérdida de las colonias (Puerto Rico, Filipinas, Cuba), lo cual sumió a la sociedad española en frustración al ver destruido el mito del imperio español. Así, España adquirió un papel secundario en el contexto internacional, siendo conocida como un sistema político corrupto y unos gobernantes incompetentes. De esta manera se dio lugar al regeneracionismo.

El regeneracionismo fue una corriente política y cultural que buscaba una alternativa política al sistema corrupto de la Restauración, representada por Joaquín Costa. Éste exigía dejar atrás los mitos de un pasado glorioso, modernizar la economía y alfabetizar a la población. Socialmente, representaba la opinión de las clases medias, que no se identificaban con un régimen oligárquico. Además, el “desastre” dio cohesión a la Generación del 98.

Reformas Sociales y Políticas

Los gobiernos conservadores y liberales en España implementaron reformas sociales y políticas. Los conservadores establecieron leyes laborales básicas y crearon el Instituto Nacional de Previsión en 1908, además de aprobar una ley electoral en 1907 para combatir el fraude. Los liberales de Canalejas promovieron leyes sociales en 1910, como una jornada laboral más corta en las minas y regulaciones para el trabajo de las mujeres. Su ley de Reclutamiento de 1912 estableció el servicio militar obligatorio y limitó la exención de los ricos mediante una cuota.

Los nuevos líderes como Maura y Canalejas se vieron incapaces de mantener unidas a las diferentes facciones políticas y la situación empeoró para el Partido Liberal tras el asesinato de Canalejas (1912). Esta crisis explica el protagonismo político de Alfonso XIII. Respecto a la práctica del turno, Maura proclamó en 1912 la imposibilidad de mantener esta práctica con un Partido Literal demasiado inclinado a la izquierda, comenzando el enfrentamiento que llevó a la descomposición del sistema.

Tensión Internacional y Crisis Interna

España expandió su presencia en el norte de África con la Conferencia de Algeciras en 1906 y el Tratado Hispano-francés en 1912, estableciendo un protectorado en Marruecos. Esto buscaba beneficios económicos y restaurar el prestigio nacional. La ocupación militar comenzó en 1909 bajo el gobierno de Maura, pero sufrió una derrota en el Barranco del Lobo, lo que desencadenó protestas en Barcelona, conocidas como la Semana Trágica, y la dimisión de Maura debido a la represión.

Hubo una crisis militar con la rebelión de las Juntas Militares de Defensa, apoyada por Alfonso XIII. Se incrementó la oposición política, con la Liga Regionalista de Cambó convocando una asamblea en Barcelona por la autonomía catalana, y luego una Asamblea de Parlamentarios que terminó en división. Finalmente, una crisis social provocó una huelga general liderada por UGT y CNT, reprimida por el gobierno con el despliegue de tropas.

El Desastre de Annual y el Fin de la Restauración

La situación política se complicó con el desastre militar de Annual en Marruecos, donde las tropas españolas fueron derrotadas. Esto dividió a la opinión pública entre partidarios y detractores de la guerra. El Informe Picasso culpó al Gobierno, altos militares y al rey por el desastre. La incapacidad para resolver los problemas llevó al fin del régimen de la Restauración. En 1923, Primo de Rivera dio un golpe de Estado en Barcelona, con el respaldo del rey, convirtiéndose en presidente de un directorio, primero militar y luego civil.

La Segunda República Española: Un Intento de Democracia

La Segunda República nació de la descomposición de la monarquía de Alfonso XIII y estuvo condicionada por la crisis de 1929 y la creciente tensión política (fascismo – comunismo). Se mostró como una oportunidad para democratizar y modernizar el Estado mediante reformas económicas y sociales. Sin embargo, la dinámica política provocó una creciente radicalización que desembocó en la Guerra Civil.

El intento de volver al sistema Constitucional de 1876 explica los fracasos de los gobiernos de Berenguer y Aznar. Comenzó cuando la oposición, unida en el Pacto de San Sebastián, convierte unas elecciones municipales (12 de abril) en un referéndum sobre la monarquía. Después, la victoria republicana en las principales ciudades provocó la marcha del rey y se proclamó la II República el 14 de abril de 1931.

El Gobierno Provisional y la Constitución de 1931

Tras proclamarse la República, se formó un gobierno presidido por Niceto Alcalá Zamora, que convocó elecciones generales el 28 de junio. Dos problemas destacados fueron el regionalista y el religioso. Tras las elecciones, republicanos de izquierdas y socialistas elaboraron la Constitución de 1931, que estableció una república democrática con sufragio universal, reconocimiento de autonomías, separación Iglesia-Estado y derechos laborales y educativos.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Alcalá Zamora asumió la presidencia con Azaña como primer ministro, impulsando reformas como el estatuto de autonomía de Cataluña y la modernización del ejército. Se separó Iglesia-Estado, se aprobó el divorcio y se reformaron las leyes laborales. Sin embargo, la crisis económica y el descontento de la izquierda limitaron su alcance, generando agitación social y la caída del gobierno tras la represión en Casas Viejas (1933).

El Bienio Conservador (1933-1936)

En las elecciones de 1933, la CEDA de Gil Robles obtuvo la victoria, seguido por el Partido Republicano Radical de Lerroux, quien asumió el gobierno. Su gestión suspendió reformas progresistas, aumentó la influencia eclesiástica y militar, desatando disturbios y radicalizando a la izquierda. La situación culminó en la revolución de 1934, donde una huelga general liderada por la izquierda en contra de la CEDA desencadenó graves enfrentamientos, especialmente en Asturias. La represión del gobierno y el aumento de tensiones llevaron a nuevas elecciones.

El Frente Popular y el Camino a la Guerra Civil

En las elecciones de febrero de 1936, la izquierda unida en el Frente Popular obtuvo el 47% de los votos. Así, el Gobierno de Azaña retomó el programa de reformas, pero el deterioro del orden público con manifestaciones, quema de iglesias y enfrentamientos callejeros impidió la acción del gobierno. Ante esto, Alcalá Zamora dimitió y Azaña pasó a ser el presidente de la República, cediendo su cargo a Casares Quiroga.

La tensión social aumentó hasta que los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo desembocaron en Melilla un pronunciamiento militar el 17 de julio de 1936, provocando el inicio de una guerra civil.

Conclusión

La Segunda República fue una oportunidad de crear un marco de convivencia democrática que modernizara las estructuras del Estado y un programa de reformas sociales que acabasen con el atraso económico y la injusticia social. Sin embargo, la inestabilidad política y la conflictividad social llevaron al país hacia una guerra civil que se prolongaría durante tres largos años.

La Guerra Civil Española (1936-1939)

La Guerra Civil Española, uno de los eventos más significativos del siglo XX, dejó un impacto duradero en la sociedad española debido a la brutalidad del conflicto y las consecuencias del régimen franquista que siguió. Comenzó el 18 de julio de 1936, cuando un grupo de generales se rebeló contra la República. A pesar de la resistencia del gobierno republicano, la sublevación desencadenó una larga guerra que dividió a España en dos bandos: los sublevados liderados por Franco, respaldados por Alemania, Italia y Portugal; y los republicanos, apoyados por la Unión Soviética.

El Alzamiento Militar y el Inicio de la Guerra

Tras el triunfo del Frente Popular en 1936, un grupo de generales preparaba un alzamiento militar liderado por el general Mola. El Frente Popular reaccionó trasladando a los altos mandos sospechosos, como Franco a Canarias o Mola a Marruecos. El asesinato de Calvo Sotelo, en represalia por el asesinato del teniente Castillo, sirvió de pretexto para acelerar el alzamiento, que comenzó el 17 de julio en Melilla. El 19 de julio, Franco se trasladó a Tetuán donde tuvo éxito la sublevación, al igual que en Andalucía occidental, Galicia, Navarra y Castilla y León.

Etapas de la Guerra Civil

La guerra civil española se desarrolló en tres etapas:

  1. Inicialmente (1936-1937), los sublevados liderados por Franco avanzaron rápidamente, conquistando gran parte del territorio, pero se encontraron con una resistencia feroz en Madrid.
  2. En la siguiente fase (1937-1938), los sublevados se centraron en el Norte y el Mediterráneo, mientras que los republicanos intentaron contraatacar sin éxito, culminando en la derrota en la batalla del Ebro.
  3. Finalmente (1938-1939), los sublevados tomaron Barcelona y Cataluña, dejando a Madrid como último bastión republicano. Tras fracasar las negociaciones, Franco lanzó una ofensiva final y declaró su victoria en abril de 1939.

Factores Clave en la Guerra

  • Ejércitos: El ejército sublevado mostró iniciativa y disciplina, mientras que el republicano resistió pero enfrentó problemas internos.
  • Intervención extranjera: La intervención extranjera fue clave, con Alemania e Italia respaldando a los sublevados, y la Unión Soviética apoyando a los republicanos junto con las Brigadas Internacionales.

La Zona Republicana

En la zona republicana, la sublevación militar condujo a una revolución social. Coexistían el Gobierno de José Giral y los comités de partidos y sindicatos. Mientras la CNT abogaba por una guerra y revolución inseparables, los republicanos como el PSOE y el PCE priorizaban la guerra. Largo Caballero lideró un gobierno desde septiembre de 1936 y se creó el Ejército Popular. Tras tensiones entre comunistas y anarquistas en 1937, Negrín asumió el gobierno y estableció medidas de guerra.

La Zona Rebelde

En la zona rebelde, tras la muerte de Sanjurjo, Franco fue nombrado Jefe del Estado en octubre de 1936. A pesar de divisiones, se formó el Movimiento Nacional y se unificaron los partidos en la Falange. El nuevo Estado impuso la censura, restauró el poder de la Iglesia y controló la sociedad ideológicamente. Finalmente, en 1939, la Ley de Responsabilidades Políticas permitió la persecución de colaboradores republicanos.

Consecuencias de la Guerra Civil

La Guerra Civil Española dejó medio millón de muertos, 250.000 prisioneros y 500.000 exiliados, con devastadoras consecuencias económicas y sociales. Culturalmente, supuso la represión y el exilio de destacados intelectuales, mientras políticamente marcó el inicio de 40 años de dictadura y 20 de aislamiento internacional.

Conclusión

La Guerra Civil Española marcó el siglo XX español, reflejando los profundos problemas sociales y políticos sin resolver. La victoria del bando nacional instauró la dictadura franquista hasta 1975, cuyas secuelas aún influyen en la sociedad, destacando la importancia de comprender este periodo para avanzar hacia una convivencia democrática plena.

El Franquismo (1939-1975)

El 1 de abril de 1939, Franco anunciaba el fin de la guerra, empezando un régimen dictatorial caracterizado por el totalitarismo. Su intención fue la de crear un Nuevo Estado que desterrara toda idea de liberalismo, democracia y comunismo. Además se asentaba ideológicamente en un catolicismo conservador y en una concepción unitaria del Estado, donde Franco concentraba todo el poder.

La Concentración del Poder y las Bases del Régimen

Franco concentró el poder como jefe del Estado, liderando un régimen autoritario y fascista con fuerte anticomunismo y antiliberalismo. Apoyado en el nacionalcatolicismo, reprimió las lenguas regionales y abolió los órganos de autogobierno, promoviendo sindicatos verticales en un sistema nacionalsindicalista.

El régimen de Franco se basó en el respaldo del Ejército, la Iglesia Católica, la Falange, el Tradicionalismo y el Opus Dei, con la Iglesia obteniendo privilegios a cambio de su apoyo. La Falange y los tradicionalistas fueron pilares ideológicos, consolidando el Movimiento Nacional en 1958, mientras el Ejército mantuvo su lealtad al Generalísimo. Además, el franquismo recibió apoyo de terratenientes, el sector financiero y clases medias.

Las Leyes Fundamentales

La dictadura pretendió dar una imagen de legalidad con las Leyes Fundamentales:

  • Fuero del Trabajo (1938): Inspirado en el modelo fascista italiano, estableció un sindicato único obligatorio.
  • Ley Consultiva de las Cortes (1942): Convocaba a la “participación del pueblo en política”, y aprobaba leyes presentadas por el ejecutivo.
  • Fuero de los Españoles (1945): Publicado por Franco como maquillaje ante las exigencias democráticas.
  • Ley del Referéndum Nacional (1945): Pretendía mostrar que en España se reconocía el sufragio universal.
  • Ley de Sucesión (1947): Reserva el derecho a Franco a nombrar un sucesor.
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Reafirmaba los viejos valores.
  • Ley Orgánica del Estado (LOE) (1966): Actuaba como una constitución y consagraba la democracia orgánica.

Aislamiento Internacional y Represión

España mantuvo neutralidad en la Segunda Guerra Mundial, aunque colaboró con Alemania a través de la División Azul. El aislamiento internacional se reflejó en su exclusión de la ONU, mientras que la economía estancada y la autarquía empeoraron la situación. La represión política se intensificó, evidenciada en condenas a cárcel o trabajos forzados, y la oposición al franquismo se manifestó con gobiernos en el exilio y grupos como los»maqui» que buscaban la restauración de los Borbones.

Apertura Exterior y Transformación Económica

El franquismo se acercó a Estados Unidos durante la Guerra Fría, lo que permitió su ingreso en la ONU en 1955. Económicamente, implementó el Plan de Estabilización y los Planes de desarrollo, generando desequilibrios territoriales y dependencia del turismo. Surgió oposición política como el PCE y el PSOE, y se fundó ETA. Juan Carlos I fue designado como sucesor para asegurar la continuidad del régimen.

Últimos Años y Muerte de Franco

Franco nombró a Carrero Blanco presidente del gobierno que endureció el régimen, y fue asesinado por ETA y sustituido por Arias Navarro en 1974. Los problemas aumentaron por la debilidad de Franco, como el conflicto del Sáhara y la crisis del petróleo en 1973. Finalmente, el 20 de noviembre de 1975 muere Franco y dos días después Juan Carlos fue proclamado Rey de España. Concluía la dictadura más larga de la Historia de España.

 

El Franquismo es un periodo turbios de la H.E desde punto de vista político supuso un retroceso, en cuanto a  cultura poco se podía hacer debido a la censura. Esto supuso un retraso respecto a los demás países europeos en donde España ha intentado solventar desde inico“La Transición”.


La Segunda República nació de la descomposición de la monarquía de Alfonso XIII y estuvo condicionada por la crisis de 1929 y la creciente tensión política (fascismo comunismo). Se mostró como una oportunidad para democratizar y modernizar el Estado mediante reformas económicas y sociales. Sin embargo, la dinámica política provocó una creciente radicalización que desembocó en la Guerra Civil. 

El intento de volver al sistema Constitucional de 1876 explica los fracasos de los gobiernos de Berenguer y Aznar. Comenzó cuando la oposición, unida en el Pacto de San Sebastián, convierte unas elecciones municipales (12 de abril) en un referéndum sobre la monarquía. Después, la victoria republicana en las principales ciudad provocó la marcha del rey y se proclamó la II República el 14 de abril de 1931.

Tras proclamarse la República, se formó un gobierno presidido por Niceto Alcalá Zamora, que convocó elecciones generales el 28 de junio. Dos problemas destacados fueron el regionalista y el religioso. Tras las elecciones, republicanos de izquierdas y socialistas elaboraron la Constitución de 1931, que estable

Alcalá Zamora asumió la presidencia con Azaña como primer ministro, impulsando reformas como el estatuto de autonomía de Cataluña y la modernización del ejército. Se separó Iglesia-Estado, se aprobó el divorcio y se reformaron las leyes laborales. Sin embargo, la crisis económica y el descontento de la izquierda limitaron su alcance, generando agitación social y la caída del gobierno tras la represión en Casas Viejas (1933).

En las elecciones de 1933, la CEDA de Gil Robles obtuvo la victoria, seguido por el Partido Republicano Radical de Lerroux, quien asumió el gobierno. Su gestión suspendió reformas progresistas, aumentó la influencia eclesiástica y militar, desatando disturbios y radicalizando a la izquierda. La situación culminó en la revolución de 1934, donde una huelga general liderada por la izquierda en contra de la CEDA desencadenó graves enfrentamientos, especialmente en Asturias. La represión del gobierno y el aumento de tensiones llevaron a nuevas elecciones.

En las elecciones de febrero de 1936, la izquierda unida en el Frente Popular obtuvo el 47% de los votos. Así, el Gobierno de Azaña retomó el programa de reformas, pero el deterioro del orden público con manifestaciones, quema de iglesias y enfrentamientos callejeros impidió la acción del gobierno. Ante esto, Alcalá Zamora dimitió y Azaña pasó a ser el presidente de la República, cediendo su cargo a Casares Quiroga. 

La tensión social aumetó hasta que los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo desembocaron en Melilla un pronunciamiento militar el 17 de julio de 1936, provocando el inicio de una guerra civil. 

La Segunda República fue una oportunidad de crear un marco de convivencia democrática que modernizara las estructuras del Estado y un programa de reformas sociales que acabasen con el atraso económico y la injusticia social. Sin embargo, la inestabilidad política y la conflictividad socia llevaron al país hacia una guerra civil que se prolongaría durante tres largos años.

ció una república democrática con sufragio universal, reconocimiento de autonomías, separación Iglesia-Estado y derechos laborales y educativos.

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