El Reinado de Carlos IV y la Guerra de la Independencia (1788-1814)
Carlos IV accedió al trono en 1788. El siglo XVIII terminó de forma ajetreada para España. Tras la invasión de los franceses en la península ibérica, los españoles tuvieron que luchar en una guerra por su independencia, conflicto que trajo consigo graves desastres. Aunque la ocupación francesa marcó el fin del Antiguo Régimen y sentó las bases de un Estado liberal, plasmado en la obra de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812. Bases que acabaron con el regreso al trono de Fernando VII y la restauración del absolutismo en 1814.
Carlos IV intentó continuar la política reformista de su padre, Carlos III, que quedó paralizada por el miedo a una expansión de la Revolución Francesa.
A la misma vez, se produce el ascenso de Manuel Godoy, un militar sin experiencia política.
Tras la ejecución de Luis XVI (rey de Francia y familiar de Carlos IV), España le declaró la guerra al país galo, comenzando la Guerra de los Pirineos (1793-1795), que concluye con la Paz de Basilea en 1795, donde España reconoce su derrota y vuelve a aliarse con Francia.
En 1805, la armada española quedó prácticamente destruida a manos de Gran Bretaña en la Batalla de Trafalgar, lo que provocó una grave crisis económica.
Tras estos sucesos, aumenta la impopularidad de Godoy, y en 1807 se produce la firma del Tratado de Fontainebleau, donde este acuerda con Napoleón la entrada del ejército francés en la península para acabar con Portugal.
Pero esta alianza, en realidad, fue una ocupación del territorio español por el ejército napoleónico.
Godoy, tras esto, temió lo peor, por lo que se retiró a Aranjuez para ir a Sevilla y embarcar hacia América. Situación que provocó el Motín de Aranjuez en marzo de 1808, levantamiento contra el gobierno apoyado por el príncipe Fernando, consiguiendo la expulsión de Godoy y la abdicación del rey.
Napoleón convocó en Bayona a padre e hijo para solucionar los problemas, aunque fue una estrategia para conseguir la abdicación de ambos en persona, por lo que entregó el trono a su hermano, José Bonaparte.
El 2 de mayo de 1808 comienza en Madrid un alzamiento contra la ocupación francesa, dando así, aparte de este conflicto militar, la ausencia de Fernando VII, que llevó a la creación de la primera constitución.
La Guerra de la Independencia y sus Consecuencias
El inicio de la guerra dividió el país en corrientes ideológicas: los afrancesados, que aceptaron a José I como rey y pretendían acabar con el Antiguo Régimen, y el frente patriótico, que no reconocía la soberanía de José I, lo que trajo consigo una guerra, la Guerra de la Independencia.
Tras ese no reconocimiento de José I como rey, se formaron juntas de armamento, defensa y resistencia en varias ciudades.
La Guerra de la Independencia fue un conflicto internacional y una guerra civil, al enfrentar al frente patriótico y a los afrancesados.
El ejército francés no fue capaz de dominar la península ibérica. Numerosas ciudades se rebelaron. En las montañas cortaron el paso a ejércitos napoleónicos.
Teniendo por ello José I que abandonar Madrid y refugiarse en Vitoria.
Las juntas acabaron coordinándose y se formó la Junta Central Suprema.
La derrota del general Dupont en Bailén provocó la llegada de Napoleón al frente de la Grande Armée, consiguiendo controlar casi toda la península.
La Junta Central se trasladó a Cádiz, única ciudad que resistió a los franceses con la ayuda de Gran Bretaña.
La resistencia española, tras sus derrotas, se organizó en guerrillas, grupos de civiles armados que asaltaban a los franceses por sorpresa.
A partir de 1812, la campaña de Napoleón en Rusia supuso la retirada de militares de la península, contraatacando así a los españoles, con el apoyo de tropas portuguesas e inglesas.
Tras ser derrotado en varias ocasiones, Napoleón se vio obligado a firmar la paz en el Tratado de Valençay en 1814, permitiendo el retorno de Fernando VII.
Tras esta dura guerra, los afrancesados tuvieron que exiliarse de España. Esta, a su vez, se convirtió en una potencia de segundo orden, y a su misma vez comenzó la independencia de las colonias americanas.
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Entre 1817 y 1824 se completó la independencia americana, aunque hay varios acontecimientos que tuvieron lugar años anteriores.
José I, que aunque no era el deseado por los españoles, ya había sido el rey de Nápoles, y ofreció a los españoles el Estatuto de Bayona, una carta otorgada que promulgaba la igualdad jurídica de todos los ciudadanos y la eliminación de los señoríos.
Estas reformas estuvieron apoyadas por los afrancesados, quienes vieron en ellas el fin del Antiguo Régimen, aunque estas no se pusieron en marcha por la guerra.
La opinión pública consideraba a los afrancesados unos traidores.
Por otro lado, encontramos a la Junta Suprema Central, que asumió la regencia de Fernando VII y quería combatir a los franceses. Con ello, convocaron unas Cortes para redactar una constitución para el reino.
En 1810, la Junta Suprema decide disolverse, dejando a manos de un Consejo de Regencia convocar las Cortes, consultando al país por las reformas.
Unos 300 diputados abrieron las primeras Cortes el 24 de septiembre de 1810 en el Teatro de la Corte en San Fernando, aunque tuvieron que trasladarse, por la ocupación de los franceses, a la Iglesia de San Felipe Neri en Cádiz, donde se terminó de redactar.
Aunque existían distintas tendencias ideológicas:
- Los tradicionalistas, quienes no querían ninguna reforma y querían mantener la monarquía absoluta.
- Los renovadores, quienes apoyaban las reformas de carácter moderado.
- Los liberales, partidarios de acabar con el Antiguo Régimen.
El primer manifiesto de las Cortes fue el nombramiento de Fernando VII como rey, pero la principal fue la Constitución, firmada y aprobada el 19 de marzo de 1812.
Agustín Argüelles y Diego Muñoz Torrero destacaron en la elaboración de la Constitución, influida por la constitución francesa y la de Estados Unidos.
Principios Fundamentales de la Constitución de 1812
En la Constitución quedó plasmada las ideas del liberalismo español, tales como:
- Soberanía nacional.
- División de poderes: el legislativo residía en las Cortes, el ejecutivo en el rey y el judicial en los tribunales.
- Monarquía constitucional, donde el rey no podía salirse de la Constitución.
- Derechos universales.
- Sufragio universal masculino.
- Relaciones Iglesia-Estado con una única religión: la católica.
La Constitución de “La Pepa” sirvió de modelo para otras constituciones. Aunque tuvo una escasa vigencia en tres periodos distintos: 1812 a 1814, 1820 a 1823 y 1836 a 1837.
Aunque, a pesar de sus puntos a favor, no todos estaban de acuerdo con dicha constitución.
Con esta Constitución, los nobles temen la pérdida de privilegios, la Iglesia asume las desamortizaciones y el pueblo no nota cambios.
El Retorno de Fernando VII y el Trienio Liberal
A pesar de que los liberales obligaron al rey a firmar la Constitución, la nobleza y el clero elaboraron el Manifiesto de los Persas, donde solicitaron al monarca la anulación de las reformas liberales y la vuelta al Antiguo Régimen.
La derrota de Napoleón reforzó el absolutismo.
Fernando firmó el Decreto de Valencia el 4 de mayo de 1814, donde anula toda acción de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.
Tras esto, comienza un periodo de restauración del Antiguo Régimen: el Sexenio Absolutista (1814-1820).
Esto llevó a numerosos pronunciamientos, que fracasaron hasta que el coronel Rafael de Riego se sublevó en Cabezas de San Juan en 1820, consiguiendo que el movimiento se extendiera por todo el país.
Tras esto, al rey no le quedó más remedio que jurar la Constitución de Cádiz, iniciando el Trienio Liberal (1820-1823), un breve periodo liberal que terminó por la Santa Alianza, que mandó un ejército que le devolvió al monarca el poder absoluto.
No es hasta la muerte de Fernando VII en 1833, gracias al conflicto entre su hermano, Carlos María Isidro, y su hija Isabel, que vuelve al poder el liberalismo.
La Revolución Francesa fue un acontecimiento que conmovió a Europa a nivel social, económico y político. Aunque no cabe ninguna duda de que fue gracias a la Constitución de Cádiz que se pudo instaurar un régimen liberal y acabar con el Antiguo Régimen.