El Reinado de Isabel II (1833-1868): Consolidación del Liberalismo y Conflictos Políticos

El Reinado de Isabel II (1833-1868)

La Reina Isabel II y el Inicio de su Reinado

Isabel II, hija de Fernando VII y María Cristina, fue nombrada reina gracias a la Ley Pragmática, que eliminó la Ley Sálica. A los 13 años fue proclamada mayor de edad. De niña era considerada de “escasa luces”. Contrajo matrimonio con Don Francisco de Asís. Durante su monarquía se consolidó el sistema liberal en España. Su reinado acabó en 1868, tras una revolución liberal que la obligó a exiliarse, pero siempre influyó en su hijo Alfonso XII y su nieto Alfonso XIII.

La Década Moderada (1844-1854)

Isabel II asumió el trono en 1833, pero la Década Moderada se refiere al periodo entre 1844 y 1854. Encargó la formación de un gobierno al Partido Moderado, liderado por Narváez (1844), tras la derrota de Espartero.

  • En 1844 se crea la Guardia Civil, como cuerpo de policía de carácter militar destinado a mantener el orden en las zonas rurales y que aseguraba el derecho a la propiedad de los terratenientes.
  • Se crean dos tipos de impuestos (directos e indirectos).
  • Se aprueba la Ley de Ayuntamientos, que permitía el nombramiento de alcaldes por parte de la corona, lo que generó tensión entre los partidos políticos.
  • Se deroga la Constitución de 1837 y se redacta y aprueba la Constitución de 1845 (conservadora, con monarquía compartida -el poder legislativo se comparte con las Cortes-, bicameral -Congreso de los Diputados + Senado-, sufragio censitario y limitación de derechos individuales; además, establecía un Estado confesional).

En 1851 se firma el Concordato con el Vaticano para intentar un acercamiento a la Iglesia, enemistada desde la desamortización de 1836. Se establece un Estado confesional, se autoriza a la Iglesia a intervenir en la enseñanza y el Estado se compromete a cubrir sus gastos a cambio de que la Iglesia no reivindique las tierras desamortizadas.

Los gobiernos de esta década favorecieron los negocios financieros en los que participaban políticos y personajes relacionados con el poder. En 1854, tras años de corrupción y autoritarismo por parte de los gobiernos moderados, las clases populares dieron su apoyo a un alzamiento liberal (progresista).

Segunda Guerra Carlista (1846-1849)

Además, durante este periodo, tuvo lugar la Segunda Guerra Carlista (1846-1849) en Cataluña. La iniciaron los partidarios del hijo de Carlos María Isidro, Carlos Luis, quien intentó contraer matrimonio con Isabel II, pero ella se casó con Francisco de Asís. Estalló la guerra. Los carlistas, dirigidos por Cabrera y Tristón, llegaron a Barcelona, donde fueron derrotados por las tropas de Manuel Gutiérrez. Los isabelinos ganaron la guerra. Hasta 1860 perduraron focos carlistas en zonas rurales de Navarra, País Vasco y Cataluña, que se rehacían con el apoyo de sectores del campesinado y clero rural. Carlos Luis fue hecho prisionero, pero se le permitió exiliarse a cambio de renunciar al derecho al trono.

El Pronunciamiento de 1854 y el Bienio Progresista (1854-1856)

En 1854 tiene lugar un pronunciamiento militar liderado por el general O’Donnell (creador del Partido Liberal). El primer intento fracasó, pero O’Donnell buscó la ayuda de los progresistas para llevar a cabo un segundo intento, el cual triunfó. No pretendía destronar a Isabel II, sino forzarla a admitir las reformas democráticas interrumpidas en 1844. Se crea el Manifiesto de Manzanares, redactado por Cánovas del Castillo. Empieza una nueva etapa política que duró dos años.

  • Se elaboró una Constitución (1856) que no se puso en práctica (“non nata”).
  • Isabel II pidió a Espartero (general progresista) que formara gobierno, con lo que volvieron a adoptarse medidas radicales (jesuitas expulsados, prohibición de procesiones).
  • O’Donnell se convirtió en ministro de Guerra.
  • Se produjo una segunda desamortización (1855) por Madoz, que puso en marcha la incautación de bienes comunales de los municipios, con el objetivo de impulsar la economía.
  • En 1855 se aprueba la Ley de Ferrocarriles, que planificó la red ferroviaria española.
  • En 1856 se aprueba la Ley Bancaria, que facilitaba las inversiones exteriores, impulsaba el liberalismo económico, la creación de bancos, la concesión de créditos y la inversión.

Además, el Bienio Progresista coincidió con un buen momento económico. España vendía sus productos a otros países que estaban en guerra. Pero en 1856 empezó una crisis económica. Tres causas marcaron el final del Bienio Progresista:

  • Coalición de dos partidos: progresistas y Unión Liberal: (diferencias, tensiones, inestabilidad en el gobierno).
  • Isabel II mantuvo una gran hostilidad con el gobierno progresista, intentando obstaculizarlo utilizando el poder que le otorgaba la Constitución de 1845.
  • Malestar e inestabilidad económica.

Espartero dimitió y O’Donnell se hizo cargo del gobierno, lo que significó el fin del Bienio Progresista. Isabel II convenció a O’Donnell de dejar el gobierno (1856) y volvió Narváez, dando comienzo al Bienio Moderado (1856-1858).

Retorno del Moderantismo y Desestabilidad Política (1856-1863)

  • Se restaura la Constitución de 1845.
  • Se paraliza la desamortización.
  • Se aprueba la primera Ley de Educación (1857), que establecía tres niveles de educación y creaba institutos públicos.
  • Vuelven los privilegios de la Iglesia.
  • Se terminan las obras públicas.
  • Se celebran elecciones (corruptas por los caciques), en las que se permite la compra de votos.
  • Se crea el primer censo.
  • En 1857 se produce una crisis de subsistencias, que es reprimida con gran dureza por parte del gobierno moderado.
  • En 1858 Narváez presenta su dimisión y la reina se ve obligada a pedir que vuelva O’Donnell (1858-1863).

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