1. El Reinado de Isabel II (1833-1868)
2. Las Regencias (1833-1843)
2.1. La Regencia de María Cristina (1833-1840)
2.1.1. Los Gobiernos Moderados (1833-1835). El Estatuto Real.
Inicio de la regencia: fase de transición (octubre 1833 a enero de 1834). Jefe de gobierno Cea Bermúdez (absolutista, dispuesto exclusivamente a reformas administrativas o técnicas). Descontento de los liberales.
Enero 1834: sustitución de Cea Bermúdez por Martínez de la Rosa (moderado, hombre de Cádiz y del Trienio llegado del exilio).
El Estatuto pareció insuficiente a los progresistas. Escisión definitiva del liberalismo entre moderados y progresistas. Unido a la ineficacia reformista de los gobiernos de Martínez de la Rosa y Toreno provocó la revolución de verano de 1835 protagonizada por la burguesía urbana (tumultos, quema de conventos, quema de la fábrica Bonaplata, …). La regente cesa a Toreno y nombra a Álvarez Mendizábal.
2.1.2. Los Gobiernos Progresistas (1835-1843)
Álvarez Mendizábal, liberal progresista, exiliado largo tiempo en Inglaterra donde había destacado como financiero. Con la llegada de Álvarez Mendizábal se va a iniciar en España la revolución burguesa.
Para sanear la Hacienda y disponer de fondos para la guerra realizará la desamortización de 1836 (1ª gran desamortización de la historia de España).
2.1.3. La Desamortización de Álvarez Mendizábal
Decretos de 16 y 19 de febrero y 8 de marzo de 1836: se suprimieron los conventos y comunidades religiosas, excepto los dedicados a la enseñanza y al cuidado de enfermos, sus bienes se adjudicaron al Estado y se vendieron en subasta para pagar la deuda pública.
El objetivo de Álvarez Mendizábal era triple:
- Mejoró la situación política y militar del bando liberal.
- Provocó una reacción radical de la Iglesia (excomuniones). Conflicto Iglesia – Estado (Inquisición y desamortización).
- No mejoró la situación social ni económica. Las tierras fueron compradas por adinerados (nobles o burgueses). Ocasión perdida para realizar la reforma agraria que requería el campo español.
2.1.4. La Sublevación de La Granja
En 1836 la regente aparta a Mendizábal y entrega el poder a los moderados. El progresismo emprende la vía de la conspiración que culmina con el motín de La Granja, verano 1836, que obliga a la regente a reponer a los progresistas (gobierno Calatrava con Mendizábal en Hacienda) y a restaurar la Constitución de 1812.
Los mismos progresistas van a emprender una labor de reforma de la Constitución de 1812 para adaptarla a las nuevas exigencias. El resultado será una nueva Constitución (1837)
2.1.5. La Constitución de 1837 y la Legislación Ordinaria
Transición entre moderados y progresistas.
La del 37 es una auténtica Constitución. Reconocía la soberanía nacional que se expresaba en Las Cortes y estas podían elaborar leyes.
Las Cortes se dividían en dos cámaras:
- Congreso elegido por sufragio censitario. Este se regulaba a través de la Ley Electoral (se elaboró una nueva ley electoral que ampliaba el número de electores).
- Senado designado por el rey entre ternas propuestas por los electores.
El rey tenía la potestad de convocar y disolver las cámaras y tenía derecho de veto.
Los ministros eran responsables ante las cámaras.
Derechos y libertades amplios y más sistematizados que en Cádiz.
Restablecimiento de la Milicia Nacional.
En paralelo con las reformas políticas, tendentes a implantar el régimen liberal en España, se produce una legislación de contenido económico social, que pretende acabar con el Antiguo Régimen y sustituirlo por un marco apropiado para el desarrollo de la economía capitalista: leyes sobre señoríos y mayorazgos (la tierra pasa a ser propiedad privada).
2.1.6. La Evolución Política: La Alternancia
Los progresistas pierden el poder en las elecciones de octubre del 37, dando paso a gobiernos moderados hasta 1840: reforma de la Ley electoral en sentido restrictivo, paralización de las reformas, especialmente la venta de bienes desamortizados.
Durante estos años se produce:
- Decantamiento de la guerra a favor de los liberales.
- Enfrentamiento entre Las Cortes (dominadas por los moderados) y los municipios controlados por los progresistas (ayuntamientos democráticos: votaban todos los vecinos).
El final de la guerra trajo consigo un recrudecimiento de la batalla entre moderados y progresistas; convirtió al ejército en árbitro de la situación política y a Espartero en el hombre más influyente del país.
En verano de 1840 se aprueba la Ley de Ayuntamientos (elección de alcaldes por la Corona y sufragio restringido). Sublevación del ayuntamiento de Madrid y de la Milicia Nacional. Espartero presenta un programa de gobierno que la regente no quiere asumir. Mª Cristina renuncia a la regencia, no a la tutoría de Isabel y marcha al exilio.
2.2. La Regencia de Espartero (1841-1843)
Progresista. Regencia corta y fracasada. Causas:
- Talante personalista y autoritario de Espartero. Torpeza política.
- Conspiraciones continuas organizadas por los moderados y la ex regente. Reprimidas con dureza.
- Librecambismo que le enfrenta con los industriales y trabajadores. Sublevación de Barcelona que acaba con el bombardeo de la ciudad y una durísima represión. Tras los sucesos de Barcelona Espartero pierde todos sus apoyos.
- División de los progresistas entre los defensores del sufragio censitario (progresistas) y los partidarios del sufragio universal
Sucesos de Barcelona: gran coalición contra Espartero
Verano de 1843 conspiración militar dirigida por generales moderados (Narváez, O’Donnell). Espartero se exilia en Inglaterra.
3. El Reinado de Isabel II (1843-1868)
Para evitar una nueva regencia el 8 de noviembre de 1843 se proclama la mayoría de edad de la reina (13 años). Colaboración de moderados y progresistas.
3.1. La Década Moderada (1844-1854)
Gobiernos moderados. Hombre fuerte Narváez. Estabilidad política relativa. Asentamiento del régimen liberal conservador en España
Este proceso se lleva a cabo a través de tres pilares:
3.1.1. Constitución de 1845
Soberanía compartida (doctrinarismo)
Sistema bicameral:
- Senado designados por el rey con carácter vitalicio y en número ilimitado.
El rey tenía la potestad de convocar y disolver las cámaras y tenía derecho de veto.
Supresión de la Milicia Nacional y del gobierno democrático de los municipios.
3.1.2. Creación de un Aparato de Estado Centralista y Conservador
Preocupación por el orden: creación de la Guardia Civil. Elaboración del Código Penal.
3.1.3. Concordato de 1851
Se cierra el conflicto con la Iglesia. Concordato de 1851: La Iglesia acepta la venta de los bienes desamortizados a cambio de la devolución de los no vendidos; una subvención al clero; la capacidad de volver a poseer bienes y el control de la enseñanza.
En 1848 se produce en España, como en Europa, una oleada revolucionaria debido a la crisis económica (aunque también había motivaciones políticas), duramente reprimida por Narváez.
Los gobiernos moderados que contaron con el apoyo de la corona tuvieron una evolución negativa durante la década: cada vez más corruptos (ferrocarril)
3.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
El bienio comenzó con la revolución de 1854: golpe de estado que triunfó gracias al respaldo popular. Sublevación de un grupo de militares moderados (julio del 54) dirigidos por O’Donnell (Vicalvarada): los sublevados publican un manifiesto (Manifiesto del Manzanares) redactado por Cánovas del Castillo donde se recogen algunos de los puntos solicitados por los progresistas.
La reina llama a Espartero que compartirá el poder con O’Donnell del 54 al 56: bienio progresista.
Razones:
- Torpeza política de Espartero.
- Enfrentamiento entre O’Donnell y Espartero.
- Oposición de la reina y su camarilla.
- Conflictividad social
3.2.1. La Constitución de 1856.
Inspirada en los principios progresistas. No llegó a entrar en vigor: Soberanía nacional. Sistema bicameral. Milicia Nacional. Ampliación del sufragio y de las libertades.
3.2.2. La Legislación Económica
Lo más importante del bienio. Obra del ministro de Hacienda el progresista Pascual Madoz:
- Desamortización de 1855: Afectó a los bienes del clero y sobre todo de los municipios
- Ley de ferrocarriles de 1855: Impulso definitivo a la construcción del ferrocarril en España. Condiciones muy favorables para los constructores:
- Interés de las inversiones garantizado por el gobierno
- El ferrocarril se convierte en el principal campo de especulación.
Los gobiernos del bienio contaron con la oposición permanente de la reina y de su camarilla. Esto unido a las disensiones entre Espartero y O’Donnell y a la continua conflictividad social constituirán las causas del fracaso del trienio.
En 1856 dimite Espartero y la reina encarga el gobierno a O’Donnell. Intento de rebelión popular en defensa de Espartero, protagonizado por la Milicia Nacional y los obreros, reprimido con dureza por el ejército dirigido por Serrano.
3.3 El Final del Reinado (1856-1868)
Etapa dominada por la figuras de Narváez y O’Donnell. Estos años se suelen dividir en dos etapas: del 56 al 63 y la crisis final del reinado del 63 al 68.
3.3.1. La Etapa 56-63
Tras los acontecimientos de julio de 1856, O’Donnell se hace cargo del gobierno: suprime la Constitución de 1856, que no llegó a promulgarse, y restaura la de 1845 añadiéndole un Acta Adicional liberalizando el mecanismo electoral; suprime la Milicia Nacional y paraliza la venta de bienes de la Iglesia aunque se mantiene la venta de los bienes pertenecientes a los municipios.
En octubre de 1856 la reina repone como presidente a Narváez que restaura la Constitución de 1845 desprovista del acta de O’Donnell y ejerce el gobierno de la misma forma que antes de 1854.
En 1858 O’Donnell vuelve al gobierno: gobierno largo de la Unión Liberal (1858-1863). Pocas diferencias con la etapa anterior. Características:
- Prosperidad económica
- Estabilidad
- Adquiere gran proyección exterior.
3.3.2. La Crisis Final del Reinado (1863-1868)
Gobiernos de O’Donnell y Narváez hasta la muerte de ambos. Durante estos años se produce la descomposición del régimen isabelino que llevará a su final en 1868.
- Cierre del régimen que se convierte de hecho en una dictadura. Manipulación de las elecciones. Los progresistas practicarán el retraimiento (no participación en las elecciones).
- Aparece y se hace cada vez más fuerte un movimiento antidinástico en la medida en que la corona aparece vinculada a las maniobras más reaccionarias y a los mayores episodios de corrupción.
- Crisis económica muy fuerte a partir del año 64 al 68:
- Crisis de la Hacienda pública.
- Conflictividad social fruto de la crisis económica. La ruina de la hacienda impide tomar medidas y la única respuesta será la represión (matanza de estudiantes de la noche de San Daniel) que agravará los problemas y hará crecer el movimiento antidinástico.
En 1866 se producen levantamientos militares y civiles auspiciados por los progresistas:
- Levantamiento de Prim (enero), a pesar del fracaso se convierte en la gran alternativa al régimen; levantamiento de los sargentos del cuartel de San Gil (60 muertos y 66 fusilados), levantamientos en Gerona y otras ciudades. Todos serán reprimidos duramente por O’Donnell, Narváez y Serrano.
En agosto de 1866 progresistas, demócratas y republicanos firman el Pacto de Ostende: destronamiento de la reina y convocatoria de unas Cortes elegidas por sufragio universal. En 1867, tras la muerte de O’Donnell, la Unión Liberal se suma al pacto. La reina solo cuenta con el apoyo de su camarilla y la Iglesia.