Antecedentes
En 1833, tras la muerte de Fernando VII, Isabel II asume el trono, con su madre Maria Cristina como regente. Carlos Maria Isidro se opone, desencadenando la primera guerra Carlista.
Desarrollo de la guerra
Los carlistas, con ideología absolutista, buscan ocupar zonas liberales. Tras diversas etapas, se firma el Convenio de Vergara en 1839, reconociendo a Isabel como reina.
El gobierno de Isabel II
Se establece una monarquía liberal con el Estatuto Real de 1834. Los liberales se dividen en moderados y progresistas, con gobiernos alternantes y reformas como las desamortizaciones.
La década moderada y el Bienio progresista
Bajo el gobierno de Narváez se centraliza el poder y se derrota a los carlistas. Tras el pronunciamiento de O’Donnell, inicia el Bienio progresista con reformas como la Constitución de 1856 y las desamortizaciones de Madoz.
La Unión liberal y el fin del reinado
Tras el gobierno de O’Donnell, se inicia la Unión liberal. Narváez asume un gobierno autoritario, con crisis económica y desprestigio de la reina. En 1868, la revolución conocida como “La Gloriosa” obliga a Isabel II a abdicar.