Década Moderada (1844-1854)
Tras el levantamiento del general Narváez contra Espartero en Torrejón, se inicia en 1844 una etapa política conocida como la Década Moderada, cuyo protagonista fue Narváez. La política se basó en:
- Un sistema político oligárquico en el que la representatividad popular era escasa, pues primaba el orden sobre la libertad. Las Cortes fueron suspendidas a menudo, se produjo un continuo falseamiento electoral por parte del gobierno, se extendió la corrupción administrativa y se marginó totalmente a los progresistas. Esta versión restringida, conservadora y antidemocrática del liberalismo se conoce como liberalismo doctrinario y tuvo muchos defensores en toda Europa.
- La Constitución de 1845. Los gobiernos moderados promovieron la Constitución de 1845 que reforzó los elementos conservadores que ya tenía la de 1837:
- Catolicismo: religión oficial.
- Soberanía compartida entre las Cortes y el rey.
- Senado elegido por el rey y Congreso elegido por sufragio censitario.
- Refuerza los poderes de la Corona.
- La tendencia a la centralización y a la jerarquización:
- Se creó la Guardia Civil.
- Se adoptó el sistema métrico decimal.
- Se crearon los gobiernos civiles y militares.
- Se reformó la Hacienda por obra del ministro Alejandro Mon.
- Se reguló la instrucción pública en 1845 por obra del ministro Pedro Pidal.
- Acercamiento a la Iglesia católica:
- Los moderados suspendieron la venta de bienes nacionales.
- Se firmó un Concordato en 1851 por el cual el Estado se comprometía a hacer frente a los gastos eclesiásticos para compensar a la Iglesia.
El fin de la Década Moderada
El autoritarismo de los moderados se fue incrementando, así como la corrupción. Se fue generando una oposición al régimen moderado formado principalmente por:
- El sector izquierdo liderado por O’Donnell.
- Los progresistas por Espartero.
- El Partido Demócrata (1849) reivindicaba la soberanía nacional, el sufragio universal masculino, las Cortes unicamerales, la separación de la Iglesia y el Estado.
Bienio Progresista (1854-1856)
Se inició con la revolución de 1854. Tuvo tres acontecimientos:
- El pronunciamiento de O’Donnell en Vicálvaro. El fracaso del pronunciamiento obligó a sus líderes a buscar el apoyo de capas más amplias de la sociedad mediante la proclamación del Manifiesto de Manzanares.
- La proclama de Manzanares surtió efecto y la sublevación comenzó a extenderse por las grandes ciudades donde se formaron juntas revolucionarias. El episodio decisivo de esta insurrección lo protagonizaron las clases populares que levantaron barricadas en Madrid.
- La extensión e intensidad del movimiento revolucionario propició la coalición de moderados, progresistas y amplios sectores del Partido Demócrata. Aquella coalición logró formar un gobierno encabezado por el general Espartero y con O’Donnell como ministro de Guerra. Comienza así el Bienio Progresista.
Durante el Bienio Progresista destacaron:
- La elaboración de un proyecto de Constitución en 1856 llamada nonata que no llegó a promulgarse.
- La culminación del proceso desamortizador en 1855. Conocido como desamortización general, fue promovida por Pascual Madoz y afectó a la Iglesia, tierras y propiedades de los municipios y del Estado.
- La reordenación económica para la aprobación de normas como la Ley de Concesiones Ferroviarias (1855) y las leyes bancarias (1856) que dieron lugar a la creación del actual Banco de España.
- Durante el Bienio Progresista estallaron numerosas huelgas, como la huelga general de Barcelona en 1855.
La crisis del Bienio Progresista
La crisis estalló con el enfrentamiento entre el ministro de la Guerra, O’Donnell, y el de la Gobernación. El apoyo de la reina al ministro de la Guerra provocó la dimisión de Espartero y la ruptura del pacto político de 1854.
La Vuelta al Moderantismo (1856-1868)
Tras la caída del gobierno del Bienio Progresista se produjo un retorno al liberalismo moderado. Durante el reinado de Isabel II hubo una sucesión de gobiernos moderados y de la Unión Liberal. En 1856, O’Donnell se hacía cargo de la presidencia del gobierno con las siguientes medidas:
- Se restablece la Constitución de 1845 a la que se añadió un acta adicional que ampliaba los derechos y libertades.
- La supresión de la Milicia Nacional.
- La reorganización de los ayuntamientos limitando su autonomía.
En ese mismo año, 1856, la reina confió la presidencia del gobierno a Narváez. La acción política de los gobiernos moderados hasta 1858 se caracterizó por la vuelta al modelo político anterior:
- Se rehabilitó la Constitución de 1845.
- Se suspendió la desamortización.
- Reanudaron las relaciones con la Santa Sede.
- Reprimieron duramente todas las revueltas campesinas.
En esta etapa se aprobó la importante Ley Moyano (1857) por la que se ordenaba el sistema educativo. Ante la ineficacia del gobierno moderado, en 1858 O’Donnell y la Unión Liberal volvieron al gobierno en el que permanecieron durante cinco años (1858-1863), el gobierno largo de O’Donnell. Fue una etapa de una relativa estabilidad política. Los gobiernos unionistas:
- Fomentaron la expansión del ferrocarril.
- Promovieron mejoras en el sector agrario.
- Desarrollo de la industria textil algodonera, de la banca y de la minería.
- Favorecieron la entrada de empresas e inversores de capital extranjero.
- Realización de dos obras públicas importantes: el tendido ferroviario y el Canal de Isabel II.
Uno de los pilares básicos de la Unión Liberal fue la política exterior. Las actuaciones en el exterior fueron:
- La intervención en Indochina.
- La guerra de Marruecos.
- La expedición a México.
- La reincorporación de Santo Domingo a España.
Desde 1863 se sucedieron gobiernos moderados y unionistas muy inestables y autoritarios, presididos por O’Donnell o Narváez. La inseguridad se agravó por la fuerte depresión económica. Prosiguieron las insurrecciones de los grupos que se consideraban marginados del poder. Las conspiraciones no iban dirigidas solo contra el gobierno sino contra la reina misma. Entre estos disturbios destacaron:
- La Noche de San Daniel (1865).
- La sublevación del Cuartel de San Gil (1866).
En septiembre de 1868, ya habían muerto O’Donnell y Narváez, triunfó la llamada Revolución Gloriosa que acabó con el régimen de Isabel II.