Introducción
En 1830, el nacimiento de Isabel II planteó un nuevo problema sucesorio al reinado de su padre, Fernando VII. Este problema, aunque presentado como jurídico, era en realidad político. Tras Carlos María Isidro, hermano del rey, se encontraban los partidarios del Antiguo Régimen y el absolutismo, mientras que detrás de Isabel se agrupaban los defensores del liberalismo. En 1833, con el fallecimiento de Fernando VII, Isabel, aún menor de edad, hereda el trono, siendo su madre, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, la regente durante su minoría.
El Reinado de Isabel II (1833-1868)
El reinado de Isabel II se caracterizó por las siguientes fases:
- División del liberalismo español: Ya desde el Trienio Liberal (1820-1823), el liberalismo español se dividió en moderados y radicales. De estos grupos derivaron el Partido Moderado y el Partido Progresista, que junto con la Unión Liberal, compartieron el poder durante el reinado de Isabel II. Estos partidos, a su vez, se dividían en tendencias o familias.
- Minoría de edad (1833-1843): Durante la regencia de María Cristina, hubo periodos de gobierno de moderados y progresistas.
- Regencia de Espartero (1840-1843): El poder estuvo en manos de los progresistas.
- Mayoría de edad (1843-1868): Esta fase se divide en la Década Moderada (1844-1854), con Narváez como líder del Partido Moderado; el Bienio Progresista (1854-1856), con Espartero como líder; y la alternancia entre moderados y la Unión Liberal, liderada por Narváez y O’Donnell.
En oposición a los liberales, se encontraban los carlistas, partidarios del absolutismo. Durante el reinado de Isabel II, la oposición carlista fue armada y de carácter civil.
Las Guerras Carlistas
La Primera Guerra Carlista (1833-1839) tuvo dos fases: una de dominio carlista y otra de dominio liberal. Terminó con el Abrazo de Vergara, firmado por Espartero y Maroto, que mantenía parte de los fueros vascos y navarros, y permitía a los militares carlistas incorporarse al ejército liberal con el mismo rango. La Segunda Guerra Carlista tuvo lugar principalmente en Cataluña y finalizó con el triunfo de los liberales.
La Inestabilidad Constitucional
Las diferencias ideológicas entre moderados y absolutistas explican los diferentes textos constitucionales vigentes en este periodo:
- Estatuto Real de 1834: Una carta otorgada más próxima al absolutismo que al liberalismo.
- Constitución de 1837: Intenta conciliar ideas progresistas y moderadas.
- Constitución de 1845: De carácter moderado.
Ley Municipal de 1845 y Ley de Presa
La Ley Municipal de 1845 fue muy centralista. La Ley de Presa sancionaba con multas e incluso el cierre del periódico las críticas a la familia real, al gobierno y a la Constitución.
La Intervención del Ejército
La intervención del ejército fue constante mediante sucesivos pronunciamientos. Algunos ejemplos son:
- Pronunciamiento de Quesada
- Sargento de La Granja
- Espartero
- Narváez
- Vicalvarada
Inicio de la Industrialización
Durante el reinado de Isabel II se inicia el proceso industrializador gracias a la superación de los obstáculos feudales y a la política económica adoptada. Destacan:
- Supresión de los gremios
- Desamortización
- Ley de reforma tributaria de Mon
- Ley de Ferrocarriles de 1855
- Ley de Banca de 1856
- Ley de Sociedades Anónimas de 1856
- Leyes arancelarias
Conflictos Sociales
Los conflictos económicos provocaron cambios sociales, como el ascenso de la burguesía y el problema del proletariado urbano. La época más conflictiva fue el Bienio Progresista y los años finales del reinado, a partir de la crisis económica de 1866.
El Fin del Reinado
A partir de 1866, la crisis del reinado se agravó. Una crisis financiera internacional, el incremento del paro, las protestas sociales y las revueltas estudiantiles contribuyeron a la inestabilidad. La muerte de políticos importantes, escándalos políticos y el Pacto de Ostende, que unió a progresistas, demócratas y unionistas, culminaron en la Revolución Gloriosa de septiembre de 1868, que puso fin al reinado de Isabel II y dio paso al Sexenio Democrático.