El Reinado de Isabel II y la Crisis del Sistema Canovista en España

El Reinado de Isabel II: Oposición al Liberalismo

Las Guerras Carlistas

La muerte de Fernando VII en 1833 dio lugar a un conflicto dinástico por el trono entre dos herederos: Isabel y Carlos María Isidro. Los absolutistas apoyaban a Carlos, mientras que la madre de Isabel, María Cristina, buscando defender los derechos de su hija, se apoyó en los liberales. Estos dos bandos se enfrentaron en las Guerras Carlistas. Navarra y el País Vasco fueron los núcleos del carlismo, que contaba con el apoyo de los campesinos y la baja nobleza. A los isabelinos los apoyaba la burguesía, la alta nobleza y parte del clero. A lo largo del siglo XIX hubo tres guerras carlistas:

  • 1ª etapa (1833-1839): Muerte del coronel Zumalacárregui en Bilbao. Iniciativa isabelina y Convenio de Vergara, que puso fin a la guerra. Ofensiva por parte de los isabelinos (Espartero). Carlos María Isidro se exilia a Francia tras el pacto.
  • 2ª etapa (1846-1849): Durante el reinado de Isabel II. No se efectuó el matrimonio entre Isabel y el hijo de Carlos.
  • 3ª etapa (1872-1876): Destronamiento de Isabel. Los españoles eligen a Amadeo de Saboya para reinar y los carlistas vuelven a entrar en conflicto. En 1876, Alfonso XII reina y derrota al carlismo.

Isabel II: Regencias

Isabel tenía 3 años y su madre tuvo que hacerse cargo del reinado. María Cristina de Borbón gobernó con un absolutismo moderado. La regente llamó a los liberales al gobierno y Martínez de la Rosa se hizo cargo con el Estatuto Real (1834) en vez de la Constitución de 1812. El poder legislativo lo tenía la reina y era muy restringido.

Comienza el liberalismo progresista en 1835 con Mendizábal, que inicia la desamortización eclesiástica. En 1836, María Cristina despidió a Mendizábal y se sublevaron los sargentos de la Granja de San Ildefonso, lo que consolidó el liberalismo progresista y la ruptura con el Antiguo Régimen.

En 1837 se hace una nueva Constitución en la que había dos cámaras: Congreso y Senado, votadas mitad por sufragio censitario y mitad por el monarca. La soberanía era compartida entre las Cortes y el rey. Se establece la libertad de religión.

Se tomaron medidas económicas como la supresión del régimen señorial, la Mesta, los gremios y mayorazgos. El liberalismo estaba dividido en moderados y progresistas. Ganaron los moderados en las elecciones después de la Constitución y se produjo un conflicto con los progresistas. La Ley de Ayuntamientos fue un elemento del conflicto. En 1840 los progresistas impusieron su criterio por la fuerza y la regente dimitió, pasando la regencia a Espartero.

Espartero casi no tuvo oposición. Su caída se dio cuando firmó el librecambio con Inglaterra. Espartero lo resolvió bombardeando Barcelona y los liberales dieron un golpe militar. El general Narváez encabezó la sublevación y Espartero cayó. En 1843 le dan la mayoría de edad a Isabel II y empieza a gobernar.

Isabel II: El Reinado Efectivo

La muerte de Fernando VII en 1833 abrió un largo periodo de transformación en la vida española. Con su hija Isabel II se produce el paso definitivo del Antiguo Régimen al liberalismo burgués. Se establece una monarquía constitucional inspirada en el liberalismo político, se sientan las bases de la economía capitalista y desaparece la sociedad estamental para dar lugar a una sociedad de clases.

Mientras Isabel II fue menor, el reinado estuvo bajo dos regencias: María Cristina (1833-1840) y Espartero (1840-1843). En 1843, Narváez derrotó a Espartero, que se fue a Londres y no volvió a España. Para evitar otra regencia, a Isabel la nombraron mayor de edad y la coronaron reina. En 1864, Isabel se casó con su primo Francisco de Asís y, cuando su matrimonio resultó ser un fracaso, sus enemigos la acusaban de ser frívola, lo que la debilitó políticamente. Aun así, mantuvo su popularidad hasta la década de 1860. Pero su desconfianza hacia los liberales progresistas y su favoritismo a los moderados debilitaron su posición. En 1868 estalla la Revolución Gloriosa, huye a París y muere allí en 1904.

La Década Moderada (1844-1854)

Cuando cae Espartero se inicia la Década Moderada (1844-1854). Isabel encargó formar un gobierno moderado liderado por Narváez, que gobernó 10 años. Derogó la Constitución de 1837 e hizo una nueva en 1845 donde, en vez de soberanía nacional, se establece una soberanía compartida entre el rey y las Cortes. Le dan más poderes a la corona. Las Cortes siguen siendo bicamerales y los diputados del Congreso seguían siendo elegidos por sufragio censitario.

También, en ese momento se firma el pacto de la Santa Sede y el gobierno, Concordato de 1851, para zanjar la ruptura que se produjo con la Iglesia por la desamortización de Mendizábal. El pacto fue que la Iglesia aceptaba la desamortización a cambio de que se reconociera a España como católica y la intervención de la Iglesia en la educación.

Este gobierno moderado hizo un régimen basado en el centralismo político-administrativo y para ello:

  • Se crea la provincia.
  • Se promulga la Ley de Ayuntamientos de 1845.
  • Se reforma el sistema tributario, implantando sistemas de impuestos más justos.
  • Se crea el Banco de España.
  • Se crea la Guardia Civil.

Por las luchas internas de los moderados y las denuncias de corrupción y escándalos financieros, el pueblo apoyó un pronunciamiento liberal progresista, que estalló en los cuarteles de Vicálvaro en 1854, la Vicalvarada, que es la declaración de intenciones de los progresistas. La reina llama a Espartero y comienza el Bienio Progresista (1854-1856).

El Bienio Progresista (1854-1856)

Volvieron a adoptar medidas radicales como la expulsión de los jesuitas y la prohibición de procesiones y otras manifestaciones católicas. Se hizo un texto constitucional, pero no llegó a ser promulgado en 1856. Se hizo la Ley de Desamortización General de 1855 para completar la de Mendizábal, que consistió en expropiar bienes de la Iglesia y bienes municipales. Esto supuso la ruptura total con la Iglesia y la oposición tanto de liberales moderados como progresistas. Se hicieron leyes relacionadas con la banca y la minería.

Por la presión de la corona y la Iglesia se revelan los liberales moderados que derrotan a Espartero y vuelven los moderados al poder, iniciándose la Segunda Década Moderada (1856-1868).

La Segunda Década Moderada (1856-1868)

Se alternan los gobiernos de Narváez y O’Donnell. Este gobierno se benefició de las buenas cosechas y de la expansión comercial gracias a las bases coloniales de Cuba y Filipinas. También hubo una activa política exterior, conquistando territorios en Asia, África y Sudamérica.

Paralelamente en España crecían las aspiraciones políticas de mayor libertad y derechos civiles, se desarrolló el Partido Demócrata, apareció el republicanismo, se crearon las primeras organizaciones obreras y hubo revueltas de los campesinos. En 1864 vuelve Narváez y destituye a profesores universitarios republicanos, pero hay protestas estudiantiles y el ejército actuó con gran violencia. Hay más pronunciamientos progresistas que acabaron con los fusilamientos de San Gil. La reina va perdiendo cada vez más prestigio y se unen progresistas y demócratas y hacen los Pactos de Ostende, llegando al acuerdo de destronar a Isabel II en 1868.

El Sexenio Democrático: Intentos Democratizadores. Revolución, Reinado de Amadeo I y la I República

El desprestigio de Isabel II hizo que se aliaran progresistas y demócratas, acordando en 1866 los Pactos de Ostende para destronarla. En septiembre de 1868, la armada española de Cádiz, dirigida por Topete, Prim y Serrano, comenzó la Revolución Gloriosa, que se extendió por el resto de España e Isabel II huyó a Francia, triunfando la revolución.

En un primer momento, el poder político lo ejerció la Junta Revolucionaria de Madrid, que dio el poder a Serrano, quien convocó Cortes Constituyentes, hizo unas elecciones que confirmaron a Serrano en su cargo y comenzó a elaborar una nueva Constitución en 1869.

La Constitución de 1869

Fue la primera constitución democrática de España. Sus características son:

  • Amplia declaración de derechos (libertad de imprenta, sufragio universal masculino…).
  • Soberanía nacional.
  • División de poderes (gran protagonismo de las Cortes).
  • Monarquía, pero con limitación de los poderes del rey.

Aprobada la Constitución, Serrano es nombrado regente y Prim jefe de gobierno. Como necesitaban un nuevo rey, Prim exigió que fuera demócrata y no Borbón, y propuso a Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia. Amadeo tuvo una situación difícil porque, antes de llegar a España, asesinaron a Prim, su apoyo, y se encontró con la oposición de republicanos y carlistas, que en mayo de 1872 iniciaron la Tercera Guerra Carlista, y de los partidarios de que gobernara el hijo de Isabel II, Alfonso.

Reinado de Alfonso XII: El Sistema Canovista y la Constitución de 1876

La inestabilidad del periodo anterior y el fracaso de la I República despertó el deseo de una restauración monárquica con Alfonso XII, hijo de Isabel II, como rey. El principal defensor de la candidatura del príncipe fue Cánovas del Castillo. Le hizo firmar el Manifiesto de Sandhurst para que la monarquía fuese el resultado de los deseos de los ciudadanos. En diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII tras un pronunciamiento en Sagunto. En 1875, el rey llega a España y se inicia la Restauración.

A este régimen político se le llama Sistema Canovista, basado en el sistema británico en el que había una monarquía parlamentaria donde dos partidos se turnaban pacíficamente en el poder. Dentro de este bipartidismo, el resto de partidos formaban parte de la oposición al sistema.

  • Partido Conservador: Creado por Cánovas (integraba a los miembros del antiguo Partido de la Unión Liberal. Libertades limitadas y apoyo a la Iglesia).
  • Partido Liberal: Formado por Sagasta (agrupaba a progresistas y radicales moderados. Se diferenciaba muy poco del Partido Conservador, aunque eran anticlericales y defendían el sufragio universal).

Este bipartidismo consistía en una práctica de caciquismo constante. Los cambios de gobierno se pactaban por lo que, aunque se convocaban elecciones, se amañaban los resultados para que saliera el resultado favorable. Este sistema fue regulado por la Constitución de 1876.

El régimen político era una Monarquía Parlamentaria con la soberanía repartida entre el rey y las Cortes:

  • El ejecutivo en manos del rey.
  • El legislativo en manos de unas Cortes bicamerales.
  • El judicial queda en manos de los jueces.

Se crea una declaración de derechos:

  • En 1883, Sagasta elabora la Ley de Asociaciones, lo que permite la organización del movimiento sindical.
  • La libertad de expresión sigue reprimiéndose según las ocasiones.
  • No se permite el culto público de los no católicos.

La Regencia de María Cristina de Habsburgo y el Turno de Partidos. La Oposición al Sistema. Regionalismo y Nacionalismo

Tras la muerte de Alfonso XII (1885), su viuda, María Cristina de Habsburgo, asumió la regencia hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII, del que estaba embarazada a la muerte de su marido. Esta etapa comenzó con un gobierno liberal de Sagasta hasta 1890. A partir de ahí se turnaron los partidos hasta que en 1897 Cánovas murió en un atentado. Esto, junto con la pérdida de las últimas colonias españolas, hizo sufrir al régimen un duro golpe.

En un primer momento solo entraban en juego dos partidos: el Conservador (liderado por Cánovas, que integraba a miembros del antiguo Partido de la Unión Liberal) y el Partido Liberal (formado por Sagasta, donde juntaba a los progresistas y radicales moderados). Los dos partidos tenían su propia red organizada para asegurarse los resultados electorales adecuados. Los demás partidos constituían la oposición al sistema (aunque poco a poco empezaron a ganar fuerza y provocaron la crisis del sistema canovista a partir de 1898).

El partido obrero más representativo fue el Partido Republicano Progresista, que pertenecía a hombres como Salmerón o Ruiz Zorrilla. Los partidos obreros se organizan legalmente a partir de la promulgación de la Ley de Asociación. Dentro de esta oposición había dos corrientes ideológicas: los socialistas marxistas y los anarquistas de Bakunin:

  • El partido socialista más importante de España fue el PSOE, fundado en 1879 por Pablo Iglesias, que nació con unos ideales marxistas, queriendo hacer una revolución social para dar el poder al proletariado, pero poco a poco fue tornándose más reformista (socialdemocracia) y se presentó a las elecciones. En 1888, Pablo Iglesias fundó la UGT, que buscaba mejorar las condiciones de los trabajadores.
  • Los anarquistas tenían un rechazo común a la forma de organización estatal, pero en España había dos corrientes:
    • Los anarquistas de Bakunin (Andalucía), que promulgaban la formación de comunidades autónomas autogestionadas.
    • Los anarcosindicalistas (en Cataluña), que optaban por la creación de sindicatos para manejar la organización social. La CNT, fundada en 1911, fue el más importante sindicato anarquista.

A mediados del siglo XIX surge en Europa un sentimiento nacionalista que poco tenía que ver con las fronteras políticas. En los últimos años de este siglo aparece el movimiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco:

  • En Cataluña, su primer impulsor fue Valentí Almirall, que quería agrupar a todos los independentistas al margen de sus ideologías políticas. Por esto se crearon dos grandes corrientes (la conservadora «La Lliga» y la revolucionaria «Esquerra Republicana»).
  • El nacionalismo vasco fue más tardío y minoritario hasta la II República. En 1895, Sabino Arana creó el PNV (Partido Nacionalista Vasco), partido independentista que pretendía la conservación de la lengua, tradiciones y cultura vasca.

Desde el desastre del 1898, el equilibrio político del sistema canovista se vio ensombrecido por la fuerza política y social de las organizaciones obreras, el republicanismo y el nacionalismo. Cuando Alfonso XIII subió al trono al cumplir los 16 años, comenzó la segunda etapa de la Restauración.

Guerra Colonial y Crisis de 1898

Durante el reinado de Fernando VII, la mayor parte de las colonias españolas en América habían obtenido la independencia y España solo poseía Cuba y Puerto Rico, junto con Filipinas en Asia. Desde mediados del siglo XIX, la economía cubana tenía más relaciones con EEUU que con España y existía en la isla un movimiento que solicitaba una liberalización económica y una mayor autonomía en lo político.

Estalló la revolución de 1868 en la que los españoles residentes en Cuba, que resultaban favorecidos con el monopolio, presionaban a Madrid para que ejercieran más represión ante los independentistas cubanos. El conflicto degeneró en una guerra de diez años, la Guerra Grande (1868-1878), que concluyó con la Paz de Zanjón, firmada por el general Martínez Campos. España se compromete a permitir la intervención cubana en el gobierno interior de la isla.

La paz solo fue una tregua, ya que la sociedad seguía dividida entre criollos (españoles que querían el monopolio) y mestizos (los que luchaban por la independencia cubana). En 1895, la guerra vuelve a estallar, dirigida por José Martí, líder del independentismo cubano. Su táctica de guerrillas consistió en atacar en las zonas rurales, evitando el enfrentamiento con el ejército español (muy superiores en número). Al fracasar Martínez Campos para refrenar la rebelión, fue enviado Weyler, que llevó a cabo una durísima represión.

Cánovas aprovecha esta ventaja e intenta introducir algunas reformas, pero fue asesinado y Sagasta asume el gobierno y decide conceder la autonomía a Cuba. El presidente de EEUU exigió a España la entrega de la isla a cambio de 300 millones de dólares y, ante la negativa del país, declaró la guerra en 1898. En España se lanzaron optimistas a esta guerra.

Tras la paz de 1898, España había perdido Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que pasaron a depender de EEUU. Ante esto se creó una gran actitud pesimista y un terrible desencanto que dio lugar al grupo de intelectuales de la llamada Generación del 98.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *