El Bienio de Centro Derecha (1933-1935)
Contexto Político y Social
Las elecciones generales de 1933, marcadas por una nueva ley electoral y la formación de alianzas, representaron un punto de inflexión en la Segunda República Española. Por primera vez, se hizo efectivo el derecho al voto de las mujeres. El ambiente se caracterizó por una fuerte confrontación política y un intenso despliegue propagandístico. Los socialistas, liderados por Largo Caballero, rompieron con los republicanos. Paralelamente, José Antonio Primo de Rivera fundó la Falange.
Triunfo Electoral de la Derecha
La derecha, representada principalmente por la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y el Partido Radical, obtuvo una victoria significativa, derrotando a los republicanos de izquierda. Este triunfo se atribuye, en parte, a la unión de los partidos de derecha y monárquicos antirrepublicanos en una coalición, y al descontento con algunas reformas del primer bienio, especialmente la agraria y la religiosa.
Gobiernos del Partido Radical
Los primeros gobiernos del Partido Radical, liderados por Lerroux y Samper, se formaron en coalición con otros partidos republicanos. La derecha, sin embargo, ejerció una fuerte influencia, modificando aspectos clave de la política religiosa, la legislación laboral y la reforma agraria. Se realizaron rectificaciones esenciales, sin derogar por completo las leyes anteriores. Se modificaron los jurados mixtos y se promulgó una ley de amnistía que reintegró al servicio activo a los generales implicados en el golpe de Estado de Sanjurjo (1932). El Partido Radical sufrió una escisión interna. Se intensificaron las tensiones autonómicas, destacando la huelga de campesinos en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, y el conflicto de competencias con la Generalitat de Cataluña.
La Revolución de Octubre de 1934
Un sector revolucionario del PSOE, liderado por Largo Caballero, impulsó un programa revolucionario y promovió la creación de la «Alianza Obrera» (UGT y PSOE). La CNT rechazó unirse. La formación de un nuevo gobierno radical con tres ministros de la CEDA fue percibida por los republicanos de izquierda como una traición a la República. Se convocó una huelga general en las principales ciudades. En Cataluña, Lluís Companys, presidente de la Generalitat, proclamó el «Estado Catalán dentro de la República Federal Española». Solo en Asturias se produjo una auténtica revolución social, con la participación de mineros y obreros.
El Final del Bienio de Derecha
La represión contra los promotores y participantes de la Revolución de Octubre, que la CEDA pretendía llevar hasta sus últimas consecuencias, dominó el debate político en 1935. Esto originó una crisis en el gobierno radical, que tuvo que formar un nuevo gabinete con una mayor presencia de ministros de la CEDA. Gil Robles, nombrado ministro de Guerra, aceleró la rectificación de las reformas republicanas: se desmontaron reformas sociales y laborales, se anularon los jurados mixtos y se modificó la reforma agraria. En el ámbito militar, se realizaron cambios en los mandos. Se plantearon reformas constitucionales y religiosas. La crisis del Partido Radical se agudizó debido a escándalos de corrupción, como el del «estraperlo».
El Frente Popular (1936)
Las últimas elecciones de la Segunda República mostraron un equilibrio entre los dos bloques en los que se había dividido España.
Victoria Electoral de la Izquierda
En 1936, los partidos de izquierda constituyeron una gran alianza: el Frente Popular. Este acuerdo electoral agrupaba a los partidos republicanos de izquierda, los socialistas y los comunistas. Su programa, moderado, se basaba en una amnistía por los sucesos de 1934 y la recuperación de la política del primer bienio. Las derechas y el centro se presentaron desunidas. Los alfonsinos y carlistas constituyeron una alianza electoral, el Bloque Nacional, que proponía una revisión total de la Constitución.
El Gobierno de Azaña
Manuel Azaña formó un gobierno compuesto exclusivamente por republicanos de izquierda, ya que los socialistas rechazaron integrarse en un gobierno de coalición. Se decretó una amnistía general para los afectados por delitos políticos y se restableció la autonomía de Cataluña. Se reanudó el proceso reformista, incluyendo la ocupación masiva de latifundios. La confrontación entre la Iglesia y la República se intensificó.
Crisis de la República
La constitución de las nuevas Cortes abrió una crisis que debilitó al gobierno. Las Cortes destituyeron al presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, y Azaña fue elegido en su lugar. La crisis económica se agravó, con la caída de la peseta, la reducción de la producción y el aumento del desempleo, lo que provocó numerosas huelgas. El PSOE y la CEDA contribuyeron a la inestabilidad de la República. La violencia callejera y los crímenes políticos entre militantes de izquierda y derecha se incrementaron.
La Conspiración Militar
La conspiración militar fue organizada por militares de extrema derecha y la Unión Militar Española (UME), y se planificó tras el triunfo del Frente Popular. El gobierno republicano intentó desarticular la trama golpista mediante cambios y traslados en los altos mandos. La sublevación contó con el apoyo de monárquicos, carlistas y falangistas. Su plan consistía en una sublevación simultánea de las guarniciones de todo el país. El asesinato de Calvo Sotelo aceleró el golpe. El 17 de julio de 1936 comenzó la sublevación. El fracaso de la rebelión en gran parte del país desembocó en una sangrienta guerra civil que duraría tres años.