Durante el 2º franquismo, España experimentó un alto nivel de desarrollo y un crecimiento económico sostenido. El importante proceso de modernización económica y social se reanudó a principios de los años 60. El auge económico que España conoció desde 1961 aprovechó la ola de prosperidad que la economía mundial venía experimentando desde 1952, y que duraría hasta principios de la década de los 70. España recibía del exterior un considerable volumen de divisas generado por 3 vías:
- El turismo: Empezó a llegar a España masivamente en los años 60 y para su acogida se improvisó rápidamente una estructura urbanística y hotelera. En 1974 el número de turistas que entraron en el país ascendió a más de 34 millones, que dejaron unos ingresos de casi 3.200 millones de dólares.
- Los emigrantes: Más de dos millones de españoles abandonaron su tierra para trabajar en Europa entre 1960 y 1975. En 1973 el número de divisas fue de 1.260 millones de dólares.
- Capital extranjero: La inversión del exterior, sobre todo de EEUU y Alemania, aumentó notablemente. Entre 1959 y 1975, España se había convertido en un país industrializado.
La reforma económica se inició con el decreto-ley de nueva ordenación económica, más conocido como el plan de estabilización del año 1959, que además era un plan de liberalización del sistema.
Esta pretendida liberalización chocó frontalmente con los cambios económicos de las fuerzas conservadoras del régimen, encabezadas por Franco, Carrero Blanco y sectores duros de la Falange.
Las actuaciones más urgentes para llevar a cabo el plan se tradujeron en las siguientes medidas:
- La liberalización de los precios.
- Liberalización de las inversiones extranjeras.
- Otras medidas que afectaron al bienestar social y que fueron las más duras, tales como la reducción de salarios, el recorte del dinero en circulación, recorte del gasto público, restricción de créditos bancarios.
A partir de 1961 empezaron a notarse los efectos positivos:
- El ahorro interno.
- Afluencia de capital extranjero.
El traslado de la población rural hacia las ciudades alivió la presión social sobre el campo, que pudo proseguir su proceso de mecanización y modernización.
El 2º franquismo es un periodo contradictorio en muchos aspectos: por una parte, un espectacular crecimiento económico y desarrollo social y, por otro lado, se retrocedió respecto a la apertura cultural y política.
Hubo una contestación al sistema permanente de la juventud inconformista.
Los avances de la protección social
Existió la Ley de Bases de la Seguridad Social en 1963, que proclamaba el derecho de todos los españoles a la Seguridad Social. Esta iniciativa respondía a 2 objetivos:
- Adaptar el sistema de prestaciones sociales al crecimiento económico.
- Acercarse al avance efectuado en otros países europeos y con ello obtener el reconocimiento de algunos organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Lo que se pretendía era incorporar a la totalidad de la población activa a la seguridad social.
- También hubo reformas educativas: Escolarización obligatoria de 12 a 14 años.
- También aparece la Ley de Ordenación de las enseñanzas medias.
- La ley sobre ordenación profesional industrial.
El enriquecimiento de la población fue compatible con una fuerte diferenciación social.
La modernización económica del país, iniciada en la década de los 60, acentuó las desigualdades entre las distintas clases sociales. Se llevó a cabo una clara tendencia hacia la concentración de las rentas en las minoritarias clases acomodadas. Hubo una marginación severa en los suburbios de las grandes ciudades.
La nueva Estructuración social
- La clase obrera: En el grupo de los jornaleros se aprecia un significativo descenso, mientras que los obreros de la industria y del sector servicios fueron los que más crecieron.
- Las clases medias: Aparecen clases medias nuevas, sobre todo urbanas, integradas por profesionales liberales, funcionarios y trabajadores por cuenta ajena.
- Las clases altas: Estas eran minoritarias, formaban un círculo de estimable poder económico y de influencia en el régimen franquista.
La movilización social
Se manifestó en 3 frentes:
- La situación laboral: Aparece un movimiento obrero formado por trabajadores, en su mayoría jóvenes y dispuestos a hacer uso de la huelga como medio de lucha. Aparecen Comisiones Obreras (CCOO) y Unión Sindical Obrera (USO).
- La movilización estudiantil: Se formó el sindicato democrático de escuelas universitarias para su lucha.
- La movilización urbana: Su plataforma la construyeron las 1ª asociaciones de vecinos, impulsadas por grupos cristianos comprometidos con la causa social y por militantes de las tierras clandestinas.
En 1957 lograron un ascenso en la vida pública los tecnócratas vinculados al Opus Dei, que fueron muy respaldados por Carrero Blanco. Pusieron en marcha entre 1957 y 1965 una amplia reforma de la administración pública. Pretendía:
- Conseguir un mayor grado de eficacia y racionalidad en el funcionamiento del Estado.
- Introducir un mínimo de garantías en los derechos de los administrados.
La reforma tecnócrata se concretó en la aprobación de una serie de leyes: régimen jurídico de la administración, atribuciones de los funcionarios, entidades autónomas, etc. Además, se crearon nuevos ministerios.
Terminada la reforma de la administración pública, Carrero Blanco y los ministros del Opus Dei consiguieron que Franco aceptara completar la institucionalización del régimen mediante la promulgación de la ley orgánica del Estado (1967). Era una de las últimas leyes fundamentales del franquismo. Esta ley intentaba suplir la carencia de una constitución. Los tecnócratas, con Carrero Blanco, presionaron con fuerza a Franco para que solucionara definitivamente el problema de la sucesión como jefe del Estado, puesto que solo él podía, legalmente, proponer a las Cortes la persona que habría de sucederle a título de Rey o Regente.
Según la ley de sucesión, el futuro rey debía ser varón, mayor de 30 años, de estirpe regia y que profesara la religión católica. Varios candidatos reunían estas condiciones, pero Franco se inclinó por Juan Carlos, que había sido educado en España conforme a los principios del régimen. Juan Carlos había llegado a la conclusión de que solo él, y no su padre, podría traer nuevamente la monarquía a España.
El 21 de julio de 1969 Franco presentó al Consejo del Reino su propuesta para la designación de Juan Carlos y al día siguiente, a las Cortes. Estas lo aprobaron por: 491 votos a favor, 19 en contra y 9 abstenciones.
El día 23 de julio de 1969 Juan Carlos juraba oficialmente lealtad a Franco y fidelidad a su régimen.
No se trataba de restaurar la vieja monarquía, sino de instaurar otra completamente nueva.
El Franquismo de la década de los años 70, que era también la etapa de su propia extinción, se enmarca en un hecho nuevo y decisivo: la decadencia biológica del general Franco, ya anciano y afectado por una enfermedad degenerativa e irreversible. Franco ya era incapaz de ejercer el arbitraje que había llevado durante más de 30 años.
En esta situación sin salida que caracterizaba al periodo final del régimen hasta la muerte de Franco, se sucedieron 2 gobiernos: el del año 1969 y el más decisivo de todos, el de 1973.
El primer gobierno de 1969: Gobierno de Carrero Blanco
Hubo tensiones entre falangistas y tecnócratas que estallaron públicamente a raíz de la Corrupción Matesa.
En julio de 1969 se descubrió que Matesa, una empresa de maquinaria, había recibido varios miles de millones de pesetas en la exportación de maquinaria textil, en la que se implicó a todos los tecnócratas, fuerza principal en la que se apoyaba Carrero Blanco. En octubre de 1964 triunfan los tecnócratas definitivamente. El gobierno cosechó éxitos relativamente importantes en su política de desarrollo económico y en su acción exterior.
Logró que se aprobara en 1970 la ley general de educación propuesta por Villar Palasí, que frenó los pequeños avances aventuristas. Franco decidió a finales de 1973 cambiar de gobierno, ya tenía 80 años y quería garantizar su muerte. El futuro del régimen bajo la monarquía de Juan Carlos I quería nombrar presidente a Carrero Blanco, pero el nuevo gobierno apenas tuvo tiempo para actuar. El 20 de diciembre de 1973 Carrero Blanco era asesinado en Madrid por un comando de ETA. Carlos Arias Navarro, Ministro de la Gobernación desde Junio de 1973, fue nombrado presidente del Gobierno para suceder a Carrero Blanco.
El gobierno de 1973: Gobierno de Carlos Arias Navarro
El 4 de Enero de 1974 presentaba su nuevo gobierno formado por distintas tendencias del franquismo y sin presencia de tecnócratas.
Carlos Arias Navarro, ante el pleno de las Cortes del 12 de febrero de 1974, inicia un programa de gobierno de signo aperturista. Pronto se comprobó que el gobierno tomaba unos caminos que le llevaban hacia posturas cada vez más inmovilistas.
El gobierno de Arias Navarro en 1975 se encontró con un notable incremento de la presión y con una intensa actividad terrorista. El régimen se encontraba en una crisis considerable. La muerte del 20 de diciembre no venía más que a complicar la situación. Desde 1957 la política exterior franquista se fijó como objetivo el acercamiento a la Europa comunitaria, el mantenimiento de una estrecha relación con EEUU y la recuperación de Gibraltar.
España aceptó la independencia de Guinea Ecuatorial en 1968 y cedió, al año siguiente, Ifni a Marruecos. Pretendió conservar el Sahara occidental, pero el 14 de noviembre de 1975 firmó un acuerdo por el que, sin haber consultado con su población, se repartía entre Marruecos y Mauritania.