Liberalismo Democrático: Forma de gobierno que consiste en una democracia representativa donde la capacidad de los representantes electos para la toma de decisiones políticas se encuentra sujeta al Estado de Derecho y normalmente moderada por una Constitución que regula la protección de los derechos y libertades individuales y colectivas, estableciendo restricciones tanto a los líderes como a la ejecución de la voluntad de una determinada mayoría.
Republicanismo Federal: Ideología que entiende la República como asociaciones locales de ciudadanos y promueve la participación ciudadana en los asuntos públicos. Un componente importante es el concepto del federalismo, buscándose la descentralización o distribución del poder, y unidades de administración y gestión más pequeñas, para así evitar gobiernos centrales fuertes con una alta concentración de poder. Fue la “antesala” del cantonalismo. Francisco Pi y Margall y el Partido Republicano Democrático Federal son los referentes de esta tendencia importante en la España del siglo XIX.
Cantonalismo: Movimiento insurreccional que aspira a dividir el Estado nacional en cantones casi independientes. Partidario de un federalismo de carácter radical (reparto de la riqueza, mejoras proletarias…), su objetivo es establecer una serie de ciudades o confederaciones de ciudades (cantones) independientes que se federarían libremente. El primero de estos fenómenos tuvo lugar durante la I República, el 12 de julio de 1873, cuando estalla la insurrección en Cartagena bajo el nombre de Revolución Cantonal, extendiéndose en los días siguientes por muchas provincias españolas. Pi i Margall, viendo que se declaraban cantones independientes por la tardanza de la imposición de las mejoras, dimite de su cargo, dando paso a Salmerón, que dedica su escaso mandato a reprimir el movimiento. Esta represión se prolonga hasta el golpe de estado (que rompe la Primera República Española) del general Manuel Pavía.
Eventos Clave
Pacto de Ostende (1866): Compromiso político firmado en la ciudad belga de Ostende, el 16 de agosto de 1866, entre las filas progresistas y demócratas españolas, con la participación de 45 representantes de ambos partidos, tras el fracaso de la sublevación del Cuartel de San Gil (22 de junio de 1866), encabezado por el general Prim, y la posterior represión montada por el presidente del Gobierno, el general Leopoldo O’Donnell, quien luego sería sustituido al frente del Gabinete por Ramón Narváez. El objetivo del Pacto de Ostende era derrocar a la reina Isabel II e instaurar un nuevo régimen republicano o una nueva dinastía monárquica que respetara los principios de la revolución, que serían unas Cortes Constituyentes las que decidirían mediante sufragio universal “masculino”.
“La Gloriosa” (1868): Levantamiento revolucionario español que tuvo lugar en septiembre de 1868 y supuso el destronamiento de la reina Isabel II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático. Fue una Revolución liberal-radical y burguesa que comenzó con el típico pronunciamiento militar progresista que consiguió terminar con la dinastía borbónica en la persona de Isabel II y mandarla al exilio, entregando «democráticamente» el trono de España a un italiano, Amadeo I de Saboya. El 16 de noviembre de 1870, Amadeo I de Saboya es elegido rey democráticamente por las Cortes españolas. Don Amadeo obtuvo 191 votos; 63 se declararon republicanos, 8 por el general Espartero y 2 por el príncipe Alfonso, hijo de la reina Isabel II.
Legislación y Economía
Ley de Minas (1871): Ley aprobada en 1871 que consistía en la venta o concesión de yacimientos mineros a distintas compañías, esencialmente extranjeras. Fue una de las medidas que intentó tomar el gobierno para paliar la deuda pública existente en esa época. Fue una de las medidas más coherentes con la liberalización de la economía, que ofrecía generosas facilidades a la entrada de capitales exteriores.
Manifiesto de Sandhurst (1874): Manifiesto de carácter político firmado el 1 de diciembre de 1874 por el entonces príncipe Alfonso de Borbón (futuro rey Alfonso XII de España), mientras se encontraba en el exilio. En el documento mostraba su disposición para convertirse en rey y partidario de una monarquía parlamentaria. El Manifiesto de Sandhurst sentó las bases del sistema político de la Restauración. El principio monárquico se definía en virtud de la legitimidad histórica, arraigado por tanto en la tradición, y no como simple fruto de una asamblea política. Se defendía, así, una monarquía constitucional. Ideológicamente se proclamaba un sentimiento patriótico, católico y liberal.