El Sexenio Democrático (1868-1874): Una Época de Conflictos y Cambios
El Sexenio Democrático, un período crucial en la historia de España del siglo XIX, estuvo marcado por una serie de conflictos políticos y sociales que definieron la transición del país hacia la Restauración Borbónica.
Asesinato del General Prim
Simultáneamente a la llegada a Barcelona del rey Amadeo de Saboya, su principal sostén político, el general progresista Juan Prim, fue asesinado. Este suceso, que aún hoy se considera un caso irresuelto, involucró a varias personas. Los indicios apuntan a la participación de republicanos intransigentes como José Paúl y Angulo, y sugieren la implicación, directa o indirecta, del general Francisco Serrano y el duque de Montpensier, Antonio de Orleans, candidato al trono previamente descartado por Prim. Los intereses esclavistas y cubanos podrían haber estado detrás del asesinato.
Tercera Guerra Carlista (1872-1876)
Este conflicto enfrentó a los partidarios del pretendiente carlista Carlos VII con el Estado, bajo los gobiernos sucesivos de Amadeo I y la Primera República. Tras la proclamación de la República, numerosos partidarios de Isabel II se unieron al bando carlista, intensificando la insurrección. La guerra se desarrolló principalmente en el País Vasco y Navarra, así como en Cataluña y, en menor medida, en Valencia y Aragón, todos ellos territorios forales. La restauración de los Fueros por el pretendiente en los territorios de la Corona de Aragón, y su defensa en los territorios vasco-navarros, influyó en la fuerza del levantamiento. Alfonso XII, recién restaurado en el trono, comandó nominalmente las victorias sobre los carlistas, obteniendo el título de «Pacificador». Antonio Cánovas del Castillo abolió definitivamente los fueros, aunque mantuvo la capacidad recaudatoria de las diputaciones y el pago de un cupo al Estado, sistema que sigue vigente.
Revolución Cantonal (1873-1874)
Esta insurrección tuvo lugar durante la Primera República Española. Los republicanos federales «intransigentes» buscaban instaurar inmediatamente la República Federal, sin esperar a que las Cortes Constituyentes elaboraran y aprobaran la nueva Constitución Federal, como defendía el presidente del Poder Ejecutivo de la República, Francisco Pi y Margall. Las zonas de fuerte republicanismo se proclamaron cantones independientes. Además de Cartagena, la rebelión se extendió por las regiones de Valencia, Murcia y Andalucía, especialmente Málaga, impulsada por el deseo de reforma social. Pi y Margall fue sustituido por Nicolás Salmerón, quien empleó al ejército, dirigido por los generales Arsenio Martínez Campos y Manuel Pavía, para sofocar la rebelión. Esta política fue acentuada por el gobierno de Emilio Castelar, que puso fin al cantón de Cartagena.
El Cantón de Cartagena
Fue una insurrección federalista en la provincia de Murcia, con el objetivo de constituirla en un cantón federal. Los republicanos federales intransigentes iniciaron la rebelión cantonal en julio de 1873. El Cantón de Cartagena fue el último reducto de la rebelión, cayendo en manos gubernamentales el 12 de enero de 1874, una semana después del golpe de Pavía.
La Revolución del Petróleo en Alcoy (1873)
Fue una revuelta obrera de carácter libertario y sindicalista en Alcoy, ocurrida paralelamente a la revolución cantonal. Los manifestantes reivindicaban mejoras salariales y la reducción de la jornada laboral. La revuelta terminó con la intervención del ejército federal y la ocupación militar de la ciudad, con duras represalias para los revolucionarios y escasas mejoras para la clase trabajadora. Se le llamó «del petróleo» porque los obreros utilizaban este combustible para sus antorchas. El alcalde federal, Agustí Albors, intentó utilizar la fuerza pública, resultando asesinado durante la revuelta.
Golpe de Estado de Pavía (1874)
Al reanudarse las sesiones de las Cortes el 2 de enero de 1874, Castelar perdió la cuestión de confianza presentada por Estanislao Figueras, Pi y Margall y Salmerón, quienes propusieron como nuevo presidente al federal Eduardo Palanca. El general Pavía, que tenía preparadas a sus tropas, desalojó del edificio del Congreso a los diputados con la intención de que Castelar continuara en el poder. Ante su negativa, reunió a los partidos con representación parlamentaria (excepto carlistas y federales), quienes decidieron poner al frente del gobierno al general Serrano. Así se inició la etapa conocida como República autoritaria, finalizando el régimen parlamentario republicano.
Pronunciamiento de Martínez Campos (1874)
El general Martínez Campos, que había sometido los cantones de Almansa y Valencia, era partidario de la Restauración de los Borbones en el trono. Sin embargo, a diferencia de Cánovas del Castillo, no estaba dispuesto a esperar a que la campaña política pacífica transformara a España en una monarquía. Tras un año de república autoritaria, el 29 de diciembre de 1874, se pronunció en Sagunto a favor de la Restauración en la persona de Alfonso XII, en acuerdo con los moderados valencianos dirigidos por Cirilo Amorós.