El Sexenio Democrático (1868-1874): República, Conflictos y Restauración Monárquica

El Sexenio Democrático (1868-1874): De la Revolución a la Restauración

El Sexenio Democrático es un periodo crucial en la historia de España, marcado por la inestabilidad política, los conflictos sociales y el intento de establecer un sistema democrático. Este periodo comienza con la Revolución Gloriosa de 1868 y culmina con la Restauración Borbónica en 1874.

La Primera República Española (1873-1874): Un Intento Fallido

El 11 de febrero de 1873, tras la renuncia de Amadeo de Saboya, se proclamó la Primera República Española con una amplia mayoría en el Congreso. Sin embargo, esta proclamación no representaba el sentir de todos los sectores de la sociedad. Muchos parlamentarios buscaban un régimen similar al de Amadeo, pero sin monarquía, mientras que los republicanos y los descontentos con el régimen de 1868 tenían otras aspiraciones.

La República nació con grandes dificultades:

  • Lucha interna entre republicanos: Federales (defensores de una república descentralizada) y unitarios (partidarios de un sistema centralizado).
  • Múltiples crisis: Agitación social, dos guerras (la carlista y la de Cuba) y la revolución cantonal.

En su breve existencia (febrero 1873 – enero 1874), la República tuvo cuatro presidentes:

  1. Estanislao Figueras: Mantuvo la Constitución de 1869, eliminando los artículos monárquicos. Abolió la esclavitud en Puerto Rico y suprimió las quintas. Renunció ante la agitación federalista.
  2. Francisco Pi i Margall: Intentó conciliar las diferentes corrientes republicanas. Su gobierno se vio afectado por las guerras y la desunión interna. En julio de 1873, estalló la insurrección cantonal en Alcoy, extendiéndose por varias ciudades. Pi i Margall renunció ante la presión.
  3. Nicolás Salmerón: Adoptó una postura más represiva contra el cantonalismo. La resistencia cantonal se disolvió con la caída de los principales cantones.
  4. Emilio Castelar: Reemplazó a Salmerón, quien dimitió por negarse a firmar sentencias de muerte de insurrectos. Castelar, a pesar de haber colaborado en un proyecto de constitución federal, adoptó una postura centralista. Se centró en restaurar el orden y continuar las guerras.

El Proyecto de Constitución Federal y el Fin de la República

Durante su mandato, Pi i Margall presentó un proyecto de Constitución federal, que no llegó a consolidarse debido a la falta de apoyo y los problemas internos. El proyecto, aunque incompleto, proponía una «nación española» compuesta por 17 estados federados, regulando los derechos y libertades.

El 3 de enero de 1874, el general Pavía, con el apoyo de Castelar, dio un golpe de Estado («El golpe de Pavía»). Rodeó el Congreso y, tras un breve enfrentamiento, los diputados se dispersaron. Este hecho marcó el fin del primer experimento republicano en España.

El Régimen de Serrano y la Restauración Borbónica

Tras el golpe de Pavía, se estableció un régimen liderado por el general Serrano, quien asumió la presidencia con el apoyo de militares y sectores conservadores. Este nuevo régimen fue una dictadura encubierta bajo forma republicana, caracterizada por:

  • Suspensión de la Constitución de 1869.
  • Fuerte papel del ejército.

La provisionalidad del régimen permitió los preparativos para el regreso de la monarquía. El 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó a Alfonso XII como rey, iniciando la Restauración Borbónica y poniendo fin al Sexenio Democrático.

Contexto y Conflictos Adicionales

El Pacto de Ostende

El Pacto de Ostende, firmado en 1866 entre demócratas y progresistas, fue un acuerdo clave para derrocar a la reina Isabel II, en un contexto de creciente crisis y división entre los moderados.

Las Guerras Carlistas

Las Guerras Carlistas fueron una serie de conflictos dinásticos y políticos que marcaron el siglo XIX español. Se pueden distinguir varias fases en la primera guerra carlista:

  1. Primera fase (finales de septiembre de 1833 – julio de 1835): Levantamientos armados en varias regiones, liderados por el jefe carlista Zumalacárregui. Finaliza con su muerte en el asedio de Bilbao.
  2. Segunda fase (julio de 1835 – octubre de 1837): Expediciones carlistas del general Cabrera, con poco apoyo popular.
  3. Tercera fase (octubre de 1837 – agosto de 1839): División interna en el carlismo entre conservadores y radicales.

La Segunda Guerra Carlista fue consecuencia de la inestabilidad política durante el reinado de Isabel II. El descontento por las reformas liberales, como la desamortización, y la centralización del poder, provocaron resistencia en regiones con fuerte identidad regionalista. Aunque consolidó el reinado de Isabel II, dejó una profunda división en la sociedad española.

El carlismo resurgió durante el Sexenio Democrático, apoyado por la derecha moderada y los neocatólicos. La Tercera Guerra Carlista (1872-1876) comenzó con levantamientos en varias regiones. Los carlistas establecieron estados alternativos en las provincias vascas y Navarra. La victoria liberal en 1876 puso fin a la guerra y al sistema foral.

La Sátira Política y la Búsqueda de un Monarca

La caricatura de la época, publicada en revistas satíricas como La Flaca, retrataba de forma humorística la búsqueda de un nuevo monarca para España tras la caída de Isabel II. Se representaba a personajes clave como Isabel II, su hijo Alfonso, el carlista Carlos VII y el duque de Montpensier, observando un cartel que decía «se colocan reyes». Esto reflejaba la situación política tras la Revolución Gloriosa, cuando España buscaba un monarca que cumpliera con ciertos requisitos (democrático, católico y aceptado por las potencias europeas). La elección de Amadeo de Saboya, su complicado reinado y su posterior abdicación en 1873, fueron temas recurrentes en la prensa satírica, que criticaba la inestabilidad política y social del momento.

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