El Sexenio Democrático (1868-1874) y la Restauración Monárquica (1874-1931)

El Sexenio Democrático (1868-1874)

La Revolución de 1868

Se desencadenó una revolución contra la monarquía. Unionistas (Serrano), progresistas (Prim) y demócratas se unieron (Pacto de Ostende) para democratizar el país. La revolución estalló en 1868 con la sublevación de la escuadra en la Bahía de Cádiz. El pronunciamiento fue seguido de revueltas en las principales ciudades, donde se formaron Juntas Revolucionarias. La derrota de Alcolea obligó a Isabel II a marcharse hacia el exilio. Se formó un gobierno provisional, con Prim y Serrano, que llevó a cabo una serie de reformas:

  • Reconocimiento de los derechos fundamentales
  • Sufragio universal
  • Reforma de la enseñanza
  • Democratización de los ayuntamientos

Y se eligieron nuevas Cortes que promulgaron la Constitución de 1869, claramente democrática.

La Monarquía Democrática (1870-1873)

Como la Constitución establecía una monarquía, buscaron un rey para España, y se eligió al demócrata Amadeo de Saboya. Pero el nuevo rey solo contó con el apoyo de unionistas y progresistas. Los moderados, carlistas, la Iglesia y los demócratas republicanos se opusieron. Algunos llegaron a promover insurrecciones a favor de la república. Ante la insurrección en Cuba y el estallido de una nueva guerra carlista, el rey dimitió en febrero de 1873.

La Primera República (1873-1874)

Aunque la mayoría de los diputados eran monárquicos, las Cortes proclamaron la República. Pero nació con pocos apoyos y con escasas posibilidades de éxito, aunque fue recibida con entusiasmo por las clases populares urbanas. Los republicanos tenían un amplio programa de reformas sociales y pretendieron organizar un Estado de forma descentralizada. Se proclamó una República federal que repartía las competencias legislativas entre el gobierno federal, las 15 repúblicas federadas y los municipios. Pero la República tenía diferentes problemas:

  • La guerra Carlista.
  • La guerra de Cuba.
  • Las divisiones internas de los republicanos.
  • La revolución social del cantón independiente de Cartagena, duramente reprimida.

En enero de 1874, el golpe de estado del general Pavía hizo disolver las Cortes y entregó la presidencia del gobierno al general Serrano. Éste intentó establecer un régimen republicano conservador, pero fracasó.

La Restauración Monárquica (1874-1931)

En diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó a Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II, rey de España y se nombra presidente de gobierno a Cánovas del Castillo.

El Sistema Canovista

Cánovas estableció un sistema político conservador, basado en un sistema parlamentario liberal, pero escasamente democrático, donde existían dos grandes partidos:

  • El partido conservador, liderado por Cánovas, partidario del orden social y la defensa de la Iglesia.
  • El partido liberal, liderado por Sagasta, más democrático (sufragio universal), laico y social.

Ambos defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada, estado centralista y uniforme…, y se alternaron el poder. Durante más de 40 años estos dos partidos establecieron un turno pacífico en el poder. Esto fue posible gracias a un sistema electoral corrupto que manipulaba las elecciones falsificando actas, comprando votos, y «haciendo votar a los muertos» o coaccionando a los electores en el caso de los caciques.

La Constitución de 1876

Fue claramente conservadora e impuso un Estado centralista y uniforme. Esto supuso la emergencia del movimiento nacionalista en el País Vasco (Creación del Partido Nacionalista Vasco), Cataluña (defensa de la lengua y cultura catalanas o Renaixença y demanda de autonomía) y Galicia (movimiento cultural o Rexurdimento).

La Crisis del 98

En 1895 estalló una nueva insurrección cubana por la negativa de España de dotarla de autonomía y de dificultar el comercio de la isla con EE.UU., principal comprador de sus productos. El conflicto duró 3 años y se desplazaron a la isla numerosas tropas. En 1898 EEUU declaró la guerra a España, que fue derrotada, perdiendo Cuba, Puerto Rico y Filipinas. La derrota provocó en la sociedad española un estado de frustración y pesimismo. Ante ello, algunos protagonizaron un movimiento regeneracionista, pidiendo la verdadera democratización y el fin del caciquismo y la corrupción.

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