Reinado personal de Isabel II (1844-68)
Década moderada (1844-1854)
Las reformas moderadas y la Constitución de 1845:
Concordato de 1851:
Organización de la administración:
Tres serán los objetivos que pretendían conseguir los moderados:
- Un orden jurídico unitario: se elaboró un proyecto en el que se recogía un conjunto de leyes que debería servir para todos y que implicaba la eliminación de los fueros proyecto que no va a ser aceptado. De hecho, la vuelta de los moderados supuso el restablecimiento del régimen foral y de las instituciones forales, a excepción de pase foral y de las aduanas de en el Ebro.
- La centralización y organización administrativa: se elaboraron leyes que regulaban la organización provincial en administración local, de tal manera que la autoridad de cada provincia estará en manos de los gobernadores civiles, dependiendo los alcaldes de la autoridad de estos. Así, una conexión poder central poder local.
- La reforma Hacendística: la reforma se concentró de los impuestos directos: sobre los rendimientos de las tierras de cultivo, de las industrias y del comercio. Eres de reforma al no ser apoyada por la confección del catastro, no se puede evitar el fraude ni la presión fiscal. Como consecuencia, el estado no pudo generar los ingresos necesarios, por lo que recurrirá de nuevo a los impuestos indirectos y en especial a los impopulares impuestos sobre el consumo.
Bienio progresista (1854-1856)
Las reformas progresistas del bienio:
Nuevas corrientes políticas
La unión liberal y el retorno del moderantismo y (1856-1868)
La crisis de 1866 y el agotamiento del régimen isabelino
Sexenio democrático (1868-1874)
Con la revolución de 1868 concluyó el reinado de Isabel II y se implantó un liberalismo democrático.
La revolución de 1868:
En septiembre de 1868 estalló la revolución conocida como la Gloriosa que comenzó con un pronunciamiento del almirante Topete en Cádiz, a él se unieron progresistas, demócratas, republicanos, unionistas y varios militares como Prim y Serrano.
La constitución democrática de 1869:
El principal objetivo del gobierno provisional, formado por la unión liberal y los progresistas fue la elaboración de una nueva constitución para lo que se convocaron elecciones a Cortes constituyentes con sufragio universal masculino. La constitución recogía el principio de la soberanía nacional y establecía la separación de poderes, derecho de reunión y asociación y libertad de culto. Cortes bicameral es, eligiéndose ambas cámaras por sufragio universal. La forma del Estado es la monarquía democrática-el rey reina pero no gobierna-.
La búsqueda de un rey demócrata 1869-1870:
España era una monarquía sin rey, por lo que se creó provisionalmente una regencia presidida por el General serrano, mientras que Prim se hacía cargo del gobierno. Descartada la vuelta de Isabel II, Cánovas del Castillo comenzó a formar un partido alfonsino por asegurar los derechos del futuro rey, Alfonso XII. Mientras se buscaba un nuevo rey, resurgió el problema colonial en Cuba y Puerto Rico, comenzando con una guerra que se convertirá en uno de los problemas más graves del sexenio y que iba durar 10 años. El afán de Prim, como jefe de gobierno fue intentar conciliar las distintas posiciones de los partidos políticos hasta que hubiera un rey. Pero volvieron a resurgir los carlistas que reclamaban los derechos de la corona de D. Carlos, nieto de Carlos María Isidro, mientras que los republicanos se mostraron decididos a impedir el restablecimiento de la monarquía.
La monarquía de Amadeo de Saboya 1870-1873:
A finales de 1870 se solucionó la cuestión del rey. Gracias a las gestiones de Prim, Amadeo de Saboya aceptó el trono de España y las cortes lo proclamaron rey a mediados de noviembre.
Cuando D. Amadeo conocido como su proclamación como rey, embarcó rumbo a Cartagena a donde llegó el 30 de diciembre. Fue entonces cuando se enteró que Prim había sido asesinado. Por ello desde el principio y sin su valedor, Amadeo se consideró desamparado para cumplir la perspectivas del gobierno derivadas de la Constitución. La desaparición de Prim, la oposición de los monárquicos alineados con el carlismo- que iniciaron nuevos levantamientos y el nuevo partido alfonsino promovido por Cánovas del Castillo, un republicanismo federalista que ganaba terreno,agitaciones obreras cada vez más organizadas y la guerra colonial, son las causas del fracaso de la primera experiencia de monarquía democrática en España. Después de repetidas elecciones generales y crisis de gobierno que nada solucionaron, D. Amadeo entregó a las Cortes su Acta de abdicación. Inmediatamente, el congreso y el Senado, constituidos en asamblea nacional, proclamaron la I República.
La primera República 1873-1874
La primera República fue una experiencia corta, caracterizada por la profunda inestabilidad política y social, y por la violencia. La República fue gobernada por cuatro presidentes distintos hasta que, tan solo 11 meses después de su proclamación, se produjo un golpe de estado del general Pavía y se instauró la República presidencialista dirigida por el General Serrano. El periodo estuvo hacer marcado por tres guerras civiles simultáneas: la tercera guerra carlista, la sublevación cantonal en la península ibérica y la guerra de los 10 años en Cuba. Los problemas más graves para la consolidación del régimen republicano fueron la falta de verdaderos republicanos, la emisión de estos entre federalistas y unitarios, y la falta de la apoyo popular. El 29 de diciembre de 1874, el General Martínez Campos se pronunció en Sagunto a favor de la restauración en el trono de la monarquía borbónica en la persona del D. Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II. El triunfo de la restauración borbónica se logró gracias al trabajo previo de Antonio Cánovas del Castillo, que sin embargo era contrario al pronunciamiento militar. De esta manera concluía el ciclo revolucionario iniciado en 1868 y se iniciaba otro gran periodo histórico, el de la Restauración.