El Sexenio Revolucionario, también llamado Sexenio Democrático, fue un período de la historia de España comprendido entre 1868 y 1874, en el cual se ensayaron dos nuevos modelos políticos sin mucho éxito: la monarquía democrática, con Amadeo I como rey, y el modelo republicano, con la proclamación de la I República.
Causas de la Revolución de 1868
- Crisis económica: Desde 1864, la situación económica se había deteriorado debido a la crisis de la industria textil, el hundimiento de las Bolsas, la bancarrota de la Hacienda pública y una crisis de subsistencia.
- Descontento político: El apoyo a la reina Isabel II era escaso.
- Unión de fuerzas sociales: Diferentes grupos se unieron en la revolución.
La Revolución Gloriosa y el Gobierno Provisional
En septiembre de 1868 estalló la Revolución Gloriosa, también conocida como la Setembrina. El general Prim, progresista, viajó a Cádiz, donde se unió a Serrano, unionista. A ellos se sumó Topete, quien se sublevó en Cádiz al grito de «¡Viva España con honra!». La sublevación se extendió por todo el país. El ejército monárquico fue derrotado en Alcolea por el general Serrano, y la reina se exilió. Se constituyó un Gobierno Provisional presidido por Serrano, que disolvió las Juntas y sus grupos de voluntarios armados a cambio de cumplir la mayor parte del programa democrático. Se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes con sufragio universal masculino.
Fuerzas Políticas del Sexenio
- Carlistas: Minoría de extrema derecha, antidemócratas. Obtuvieron buenos resultados en País Vasco y Navarra. Volvieron a la guerra con la Tercera Guerra Carlista.
- Moderados: Alfonsinos que reivindicaban la vuelta de los Borbones. Liderados por Cánovas del Castillo desde 1873.
- Partidos que apoyan al Gobierno: Unionistas, progresistas y demócratas. Vencieron en las elecciones, pero se separaron tras la Constitución de 1869. Prim fue uno de sus líderes más importantes.
- Republicanos Federales: Izquierda parlamentaria. Defendían el fin de la monarquía, la supresión de la esclavitud y la protección a los trabajadores. Tenían apoyo en Aragón, Valencia, Cataluña y Andalucía.
La Constitución de 1869
Se redactó la Constitución de 1869, la primera constitución democrática de la Historia de España y una de las primeras de Europa. Sus características principales fueron:
- Soberanía nacional: Residía en el pueblo a través del sufragio universal.
- Monarquía democrática: El Rey tenía competencias limitadas.
- División de poderes: Ejecutivo en el Rey, legislativo en Cortes bicamerales y judicial en tribunales de justicia con jurados.
- Sistema parlamentario: Sufragio universal para mayores de 25 años.
- Declaración de derechos individuales: Libertad de residencia, inviolabilidad del correo y del domicilio, derecho al voto, etc.
- Libertad de cultos: El Estado garantizaba el culto católico, pero se aprobó la libertad de cultos.
Regencia de Serrano y Búsqueda de un Rey
Aprobada la Constitución, el general Serrano fue elegido regente, y Prim asumió la responsabilidad política. Se buscó la unidad de los partidos políticos para dar estabilidad al régimen y un candidato al trono de España. La unión de los partidos fue imposible. Se publicaron leyes para desarrollar la Constitución, como la Ley de Orden Público y la Ley Electoral. El Ministro de Hacienda creó la peseta y liberó la economía española para fomentar la inversión.
Se buscó un rey que no fuera Borbón, que fuera católico y liberal. Se optó por Amadeo de Saboya, duque de Aosta. Su monarquía se inició con un apoyo político insuficiente y sin Prim, que fue asesinado.
El Reinado de Amadeo I (1871-1873)
El reinado de Amadeo I fue un fracaso debido a su carácter tímido y a la muerte de Prim. Los grupos contrarios a él fueron los alfonsinos, los carlistas y los republicanos. Fue aceptado por los estados europeos, excepto por el Vaticano. Socialmente se le opusieron la aristocracia, los terratenientes, los sectores industriales y el clero. Hubo tres convocatorias de elecciones y seis gobiernos diferentes.
El primer gobierno fue presidido por Serrano. Se produjo la división de la coalición monárquica democrática: Práxedes Mateo Sagasta formó el Partido Constitucionalista y Manuel Ruiz Zorrilla fundó el Partido Radical. En 1872 hubo una crisis del reinado debido a la insurrección carlista, al auge del movimiento obrero y al conflicto cubano, que surgió por las diferencias entre la sociedad cubana y la española. La sublevación contra el gobierno colonial la dirigió el coronel Céspedes con el Grito de Yara, estallando una guerra civil.
En 1873, Amadeo I abdicó por un conflicto entre el gobierno de Zorrilla y el ejército.
La Primera República Española (1873-1874)
Se proclamó la I República, que contravenía la Constitución de 1869. El primer presidente fue Estanislao Figueras. El segundo presidente fue Pi y Margall.
La Constitución de 1873
Emilio Castelar elaboró la Constitución de 1873, que no entró en vigor:
- Establecía una República confederal compuesta por 17 Estados y varios territorios de ultramar.
- Contenía una amplia declaración de derechos.
- El Estado no pagaría el culto de ninguna confesión (Estado laico).
- División de poderes: ejecutivo en el Gobierno, legislativo en las dos cámaras y judicial en el Tribunal Supremo.
La Insurrección Cantonal y el Fin de la República
Estalló la insurrección cantonal, que pretendía la conversión de la República federal desde abajo. Nicolás Salmerón fue nombrado presidente para restablecer el orden. Dimitió por su negativa a firmar penas de muerte y fue sustituido por Emilio Castelar, con un programa autoritario. Castelar dimitió y, cuando se estaba votando un nuevo presidente, el general Pavía tomó las Cortes con la Guardia Civil. Se formó un nuevo gobierno sin cantonalistas ni carlistas, y se propuso al general Serrano como nuevo jefe de gobierno.
Serrano continuó en una línea autoritaria. No fue capaz de resolver los tres grandes problemas: la guerra carlista, la insurrección cubana y la grave situación financiera.
Finalmente, Martínez Campos se pronunció en Sagunto y acabó con el Sexenio Revolucionario, imponiendo la Restauración Borbónica. El fin del gobierno de Castelar estuvo marcado por una gran inestabilidad que terminó con un nuevo golpe de Estado, tras el que vendría un nuevo periodo histórico: la Restauración Borbónica.