El Sistema Político de la Restauración Española (1874-1931): Características, Fundamentos y Crisis

El Sistema Político de la Restauración (1874-1931)

Se denomina Restauración al período de la Historia de España (1874-1931) en que se produjo la reposición en el trono de la dinastía borbónica en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII, tras el Sexenio Democrático y la experiencia de la dinastía Saboya y la Primera República.

Durante este tiempo estuvo en vigor la Constitución de 1876 y se caracterizó fundamentalmente por la consolidación en España del liberalismo y sus instituciones, bajo la hegemonía de la burguesía conservadora.

El Retorno de la Dinastía Borbónica

El 1 de diciembre, el príncipe Alfonso dirigió el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas, que proponía el restablecimiento de la monarquía tradicional y aceptaba los principios del liberalismo parlamentario imperante en Europa.

El general Martínez Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII como rey de España, obteniendo la adhesión de la mayor parte del ejército. Así comenzó la Restauración.

El Régimen Político

Las líneas generales del sistema se contienen en la Constitución de 1876. Los principios políticos de Cánovas se resumían en lo que denominaba la constitución interna del país, es decir, las instituciones tradicionales que debían quedar a salvo de discusión: la Corona y las Cortes. Por otra parte, Cánovas pretendía establecer un sistema bipartidista, en el que dos partidos «de notables» se turnasen en el ejercicio del poder.

Se elaboró una Constitución de carácter moderado, que establecía el bipartidismo como sistema de relevo en el Gobierno, no reconocía la soberanía nacional de modo suficiente y sí los derechos tradicionales de la Iglesia. Fue promulgada en junio de 1876 y establecía la «soberanía compartida» entre el Rey y las Cortes. Eran unos «partidos de notables», puesto que la Ley Electoral de 1878 restableció el sufragio censitario, que dejaba la participación ciudadana reducida a no más de un 5% de la población.

La Constitución establecía el centralismo político-administrativo aboliendo los fueros de las provincias vascas por una ley de julio de 1876, que revalidaba la igualdad fiscal y de prestación del servicio militar de todos los ciudadanos españoles. También establecía la unidad de códigos y la igualdad jurídica de todos los ciudadanos. Otro aspecto de la centralización fue la reorganización de las Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos.

El nuevo partido liberal-fusionista se diferenciaba del liberal-conservador. Sus diferencias fundamentales se establecen a partir de los límites en asuntos como la participación, los derechos individuales y la relación con la Iglesia. El régimen de la Restauración se basaba en el falseamiento electoral independientemente del sufragio.

Los Fundamentos Sociales

El régimen canovista se basaba fundamentalmente en el apoyo de los grupos más conservadores de la sociedad.

En otras palabras, se ha afirmado que la política económica y social de la Restauración era dictada por el «triángulo». Por otra parte, también se ha hablado de una «España dual», en la que las zonas industriales convivían con otro país muy atrasado, con un analfabetismo superior al 75% de la población. En esas condiciones sociales, la Restauración se apoya en una sociedad organizada en torno a los «caciques», hombres ricos e influyentes.

La Evolución del Régimen

A la muerte de Alfonso XII en 1885, los dos grandes partidos dinásticos llegaron a un acuerdo (Pacto del Pardo). Comenzó así el período de la regencia de María Cristina de Habsburgo, que duraría hasta 1902.

Bajo los gobiernos de Sagasta se aprobaron diversas leyes: Ley de Prensa de 1883, libertad sindical de 1887 y, la más importante, la Ley de Sufragio Universal (1890), que acababa con el sufragio censitario.

Descomposición del Sistema Canovista

Los principales factores de descomposición del sistema fueron:

  • Los nacionalismos periféricos: el nacionalismo catalán, desde las Bases de Manresa de 1892, exige autonomía política frente a Madrid y presenta sus listas electorales en la Lliga Regionalista. En el País Vasco, Sabino Arana formuló las bases ideológicas del nacionalismo vasco, que dieron lugar a la fundación del Partido Nacionalista Vasco. También en Galicia y, poco más tarde, en Andalucía surgen movimientos autonomistas.
  • Los movimientos obreros: se caracterizó por la despreocupación respecto a las cuestiones sociales. Desde la fundación de la I Internacional (AIT), nuevas fuerzas políticas se hicieron cargo de la situación. En España, el PSOE y la UGT expresan el movimiento de raíz marxista.
  • La crisis colonial: tras el «desastre» del 98, el Ejército sufre serias convulsiones internas y un gran desprestigio. En este contexto tuvo lugar la llamada crisis del Cu-Cut, semanario humorístico catalán cuya sede, junto con la de La Veu de Catalunya, fueron asaltadas por militares, por haber publicado viñetas irónicas sobre el Ejército.
  • La inestabilidad política: los nuevos líderes conservadores y liberales no lograban formar mayorías estables en el Parlamento, y fueron frecuentes los gobiernos de concentración.

Todos estos factores, unidos a la carestía y el envío forzado de soldados a la guerra colonial de Marruecos, abrieron paso a la agonía del régimen y, lentamente, a la caída de la monarquía en 1931.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *