El rey Carlos IV accedió al trono español en 1788 e inmediatamente se vio desbordado por la compleja situación de la Revolución francesa (1789). El miedo a la expansión revolucionaria congeló todas las reformas iniciadas en el reinado de Carlos III, apartó del gobierno a los ministros ilustrados, y nombró a Manuel Godoy secretario de Estado (1792).
La alianza con Francia
Godoy se decidió por la alianza con Francia, que derivó en una guerra contra Gran Bretaña y comportó la derrota de la armada franco española en Trafalgar. Ello supuso la pérdida de casi toda la flota española y de la interrupción del comercio atlántico. Godoy recurrió al endeudamiento, al aumento de las contribuciones y a la desamortización de tierras eclesiásticas, con el fin de conseguir recursos. También redujo la actividad y poder de la Inquisición y promocionó las Sociedades Económicas de Amigos del País.
El motín de Aranjuez
En 1807, Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, que autorizaba a los ejércitos franceses a entrar en España para ocupar Portugal, aliada de Gran Bretaña. A cambio, se pactó un reparto de Portugal entre Francia y España y se crearía un principado para el propio Godoy. Los franceses atravesaron los Pirineos y su presencia irritaba a la población.
Las abdicaciones reales y la proclamación de José I
Carlos IV y Fernando VII fueron llamados por Napoleón a Bayona, donde abdicaron ambos en la persona de Napoleón. Nombró a su hermano, José, rey de España. Para ratificar y anunciar sus intenciones, convocó Cortes, para ofrecer un Estatuto al país, el cual reconoció la igualdad de los españoles ante la ley, los impuestos y el acceso a los cargos públicos. José Bonaparte juró el Estatuto el 7 de julio de 1808.
El levantamiento popular
El 2 de mayo el pueblo de Madrid se alzó de forma espontánea contra las tropas de ocupación. Aunque el levantamiento fue reprimido su ejemplo cundió por todo el país y la población se rebeló contra el invasor impidiendo su avance.
Las actitudes frente a la ocupación francesa
La invasión francesa y la abdicación de la monarquía obligaron a la sociedad española a la toma de postura frente a la nueva monarquía napoleónica. Podemos diferenciar:
- Los afrancesados: una minoría, que aceptaron al nuevo monarca José Bonaparte y participaron en su gobierno.
- Los patriotas: que agrupa al grueso de la población española que se opuso a la invasión.